La relación de Mosa y los jugadores: el as ganador que hoy juega en contra del empresario

Mosa y Paredes
El abrazo de Mosa y Paredes, en la obtención del título del campeonato nacional, en diciembre de 2017, bajo el mando de Pablo Guede.

Una historia de amor que se rompe por la pelea que desató en Colo Colo, debido al recorte salarial que desea implementar Blanco y Negro. Lo que fue uno de los grandes sustentos del empresario en el Monumental, ahora se transforma en un conflicto sin retorno.


La pelea por el recorte salarial en Colo Colo le estalló en la cara a los jugadores y también a Aníbal Mosa, presidente de Blanco y Negro. De ambos lados acusan decepción y deslealtad, después de que la dirigencia alba pusiera un ultimátum: o los jugadores aceptan una rebaja de los sueldos (como sucedió con los funcionarios) o se les aplicará la Ley de Protección al Empleo.

Los reproches del empresario sureño y de los futbolistas, reflejado en las declaraciones de Esteban Paredes, se fundamentan en un hecho que siempre generó sorpresa: la estrecha relación del actual timonel con los jugadores del primer equipo, especialmente con el mismo Paredes, por quien Mosa pujó a fines de 2013, en su calidad de miembro de la comisión fútbol del club, para conseguir el regreso del goleador en enero de 2014, con Arturo Salah como presidente de la concesionaria.

En esa época, el puertomontino era oposición de la administración Salah. Y con el retorno de Paredes, empezó a ganarse el reconocimiento de los colocolinos. Así comenzó la relación entre estas dos figuras, que se fue reforzando con el tiempo y que se acentuó todavía más cuando Mosa asumió en su primer período al mando de la institución. “Nunca un cuestionamiento, a todo decirles que sí". Así describen en Colo Colo el vínculo que tenía el comerciante de origen sirio con el plantel. Muchas veces, de hecho, se le criticó su poco cuidado de las arcas del club por consentir los caprichos de los jugadores. La primera etapa de Mosa como máxima autoridad de ByN terminó en 2017, con 3 mil millones de pérdidas, según los balances oficiales del club.

Lejos de autocuestionarse, Mosa defendió su apuesta de volcar casi todos los ingresos de la institución en la confección de una plantilla millonaria, ya sea por altos salarios, premios especiales y bonos por objetivos. “Preferí tener un buen equipo, aunque tuviéramos números rojos”, comentó tiempo después el empresario. Y agregó, respondiendo a las críticas que le formuló Gabriel Ruiz Tagle, quien lo sucedió en la presidencia en 2018: “Cuando él (Ruiz Tagle) se refiere a que los gastos excesivos han sido en sueldos, efectivamente ha sido así. Pero no es gasto, es inversión. Cuando traemos a Valdivia, a Orión, a Carmona o renovamos a Valdés y Paredes, son gastos fijos mensuales permanentes. Si no le hubiésemos pagado esos valores, no los hubiésemos podido traer".

La manga ancha con los futbolistas también tuvo efecto en el pasar de varios entrenadores. Y no solo durante su etapa como presidente de Colo Colo. Recordado es el episodio de noviembre de 2014, cuando el camarín le cerró la puerta en la cara a Arturo Salah y Leonidas Vial, después de un partido. Esas puertas, sin embargo, siempre estaban abiertas para Mosa. Con ese nivel de empoderamiento, los jugadores tuvieron serias diferencias con las direcciones técnicas del mismo Héctor Tapia (en dos períodos), José Luis Sierra y Mario Salas. Y los tres DT terminaron perdiendo la batalla contra el plantel, que solo le dio su venia casi total a Pablo Guede, otro que también negoció privilegios únicos con Mosa, al nivel de pactar premios por ganar un eventual Mundial de Clubes.

En 2018, Paredes defendió públicamente la gestión de Mosa. “Quisiera transmitir el más sincero apoyo y agradecimiento para Aníbal, quien como presidente en este tiempo supo siempre poner los intereses de nuestro amado club por sobre todo”. Hoy, el mismo capitán que está cerca de los 40 años, quien renovó por un año y por un sueldo cercano a 40 millones de pesos, ataca al sureño: “Me ha decepcionado un poco por todo lo que se dijo. Un presidente tiene que darle más seguridad a sus trabajadores. Para nosotros, dejó mucho que desear”.

Mosa, en tanto, después de ponerle un freno en seco a las peticiones de los jugadores (por primera vez, quizás), también se reconoció decepcionado. Y así se rompió, posiblemente para siempre, el vínculo horizontal entre el presidente de Colo Colo y sus futbolistas. Un estilo que siempre fue su carta ganadora para obtener poder en el Monumental, pero que siempre fue una bomba de tiempo para su administración del equipo más popular y ganador de Chile.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.