La reunión con Uriarte que no fue y cómo el gobierno intenta alinear al oficialismo en la discusión constituyente
El Ejecutivo está inquieto por la demora en alcanzar un nuevo acuerdo constitucional y teme que, si hay una mayor dilación, el asunto pierda fuerza en la opinión pública. Pese a que ayer hubo algunos dirigentes de los partidos de gobierno que negaban que la titular de la Segpres hubiera convocado a una cita, la mayoría confirmó que se convocó a un encuentro para abordar una postura común sobre el mecanismo para habilitar el nuevo proceso. Sin embargo, no se concretó.
“Nos vamos a juntar con la ministra Uriarte para ponernos de acuerdo”, comentaba ayer un representante del oficialismo luego de la reunión que tuvieron con el resto de las fuerzas políticas para negociar el acuerdo político para darle continuidad al proceso constituyente.
El objetivo de la cita, dicen fuentes oficialistas, era tratar de unificar las posturas de Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad luego de que, en el encuentro del martes, Chile Vamos los emplazara para que hicieran una propuesta concreta sobre el mecanismo para redactar una nueva Constitución.
La reunión, convocada por la ministra Segpres Ana Lya Uriarte (PS), iba a ser telemática y representaba el segundo esfuerzo de ambas coaliciones oficialistas por tener algo más concreto respecto a qué tipo de órgano va a redactar la nueva Carta Magna. El primer hito fue hace unas semanas cuando elaboraron un documento común en el que plantearon algunos ejes generales, entre ellos, su apuesta para que el nuevo órgano constituyente sea cien por ciento electo.
Pese al interés del gobierno por intentar ordenar a ambos bloques, la reunión no se concretó. Dirigentes de los partidos oficialistas dicen que no pudieron ponerse de acuerdo en una hora en que todos tuvieran disponibilidad, mientras otras versiones apuntan a que se canceló para evitar riesgos de filtración de la cita y que se tensionaran las tratativas a raíz del rol del Ejecutivo.
La misión de llegar al viernes con una propuesta oficialista no se ve fácil. Son varios los asuntos por resolver. Hasta el momento entre los partidos de gobierno solo tienen despejado que el órgano debe ser cien por ciento electo, paritario, con escaños reservados según el padrón indígena de la Conadi y que los independientes deben competir dentro de las listas de los partidos.
Eso es solo una base. Ahora Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático tienen que ponerse de acuerdo sobre cuántos integrantes tendrá el órgano, cuántos meses durará el funcionamiento de la futura Convención, cómo se integrará el comité de expertos, qué atribuciones tendrá ese comité y, lo más difícil, qué sistema electoral se usará para elegir a los futuros representantes.
Dada la diversidad de visiones, el rol de Uriarte adquiere especial relevancia. En el oficialismo dicen que la secretaria de Estado ha seguido al pie de la letra su misión de “acompañar” el proceso de negociación. Ha sabido mantenerse al margen, pero sin perder influencia. Ha asistido a las reuniones ampliadas con el resto de las fuerzas políticas manteniendo su bajo perfil, sin dar muchas declaraciones a la prensa, lo cual, hasta el momento, ha sido bien recibido por la oposición.
El Ejecutivo sabe que tiene que jugar un rol soterrado, de lo contrario, podría entorpecer las negociaciones. Hasta el momento todos los errores que han enredado las tratativas se los han endosado a La Moneda, más allá de las diferencias internas que ha tenido la derecha que también han repercutido a la hora de avanzar en un nuevo acuerdo.
Primero fue la ministra Camila Vallejo (Segegob) cuando dio por sentado un acuerdo que luego fue desconocido por Chile Vamos. Después fue el turno de su par de la Mujer, Antonia Orellana, cuando en Tolerancia Cero comprometió el envío de un proyecto de ley de aborto libre -tal como está estipulado en el programa de gobierno-, pero sus palabras provocaron a la derecha y entorpecieron una vez más el ritmo de las tratativas.
La tercera ocasión fue la semana pasada cuando Vallejo, en una entrevista en The Clinic, aseguró que “hay que resguardar que el proceso constituyente no se transforme en una reforma a la Constitución del 80 hecha por el Congreso”. Si bien estas últimas declaraciones no generaron una mayor polémica, en Chile Vamos fue comentario obligado y, en privado, transmitían que la vocera de gobierno otra vez intentó incidir en la negociación.
Más allá de eso, desde los partidos oficialistas reconocen que el gobierno ha tenido un rol activo en marcar los tiempos de la discusión constituyente. En concreto, según dicen, los han instado a llegar a un acuerdo lo más pronto posible. Sobre este punto, dentro del sector coinciden en que hay una preocupación por “no eternizar la discusión”.
Así, las mismas fuentes admiten que para el Ejecutivo las encuestas de opinión referidas al proceso constituyente resultan cada vez más adversas. “Cuando tengamos un acuerdo, no le va a importar a nadie”, dice un representante del oficialismo debido a que los sondeos muestran cada vez más un mayor desinterés de la ciudadanía.
La preocupación en La Moneda por una excesiva dilación del acuerdo es alta, reconocen en el sector. El temor, dicen, es que si termina octubre sin consenso, la opción de repetir el plebiscito de entrada adquiera cada vez más fuerza. O, peor aún, que el tema muera lentamente y el proceso se transforme en una reforma constitucional con sede en el Congreso.
Hasta el momento, el gobierno comparte dos criterios básicos. Además de lo que ya se sabe -cien por ciento electo y paritario- también empujarán para que sea un proceso de redacción acotado en el tiempo y que tenga menos integrantes que el anterior. Por lo mismo, es probable que la posición fluctúe entre los 50 y 100 representantes. Esto iría en línea con lo que ya solicitó el diputado Tomás Lagomarsino (Partido Radical) de hacer todo lo posible por tener un nuevo proceso “poco ostentoso”.
La comunicación con el Ejecutivo, según reconocen dentro de las coaliciones, se da principalmente con las ministras Uriarte y la titular de Interior, Carolina Tohá, con quienes suelen tener conversaciones por teléfono para mantenerlas al tanto de las negociaciones, pero también con la ministra Vallejo y Orellana.
Nueva cita oficialista
Este miércoles cerca de las 14.00 está programada una nueva reunión entre los partidos oficialistas, en el Congreso Nacional en Valparaíso, aunque algunos tienen contemplado conectarse de manera telemática. Los asistentes comentan que el objetivo de la cita es dar cuenta de lo que ha avanzado la mesa negociadora y comenzar a discutir el mecanismo. Eso sí, la ministra Uriarte no se sumaría a la reunión.
Además de los partidos oficialistas, al encuentro asistirá el jefe de bancada de los diputados de la DC, Eric Aedo. Su participación marcará un precedente, ya que anteriormente en este tipo de instancias se había sumado el senador Francisco Huenchumilla, quien, al igual que los partidos de gobierno, respaldó la opción Apruebo en el plebiscito del 4 de septiembre.
La reunión de ayer fue el primer paso para abrir el debate por el mecanismo, pero además se inició otra conversación. Los partidos discutieron brevemente sobre qué institución debe ejercer el rol de “árbitro” de los 12 bordes que han consensuado hasta ahora en el oficialismo y la oposición.
La discusión sobre quién es el “arbitro” ya había sido deslizada previamente, pero recién ayer los distintos dirigentes hablaron “someramente” sobre el asunto. Según cuentan distintos asistentes al encuentro del martes, el tema lo instaló Chile Vamos. En la derecha están conformes con las bases institucionales acordadas, pero a sus bases les preocupa que el futuro órgano no las respete.
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