Las claves de la primera entrevista televisiva conjunta de Kamala Harris y Tim Walz tras 40 días de silencio

La candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, y su compañero de fórmula, Tim Walz, visitan el instituto Liberty County High School en Hinesville, Georgia, el 28 de agosto de 2024. Foto: Reuters

Sin arriesgar mucho, las cartas demócratas -pero principalmente Harris- hablaron de economía, migración y de la carrera presidencial en sí, donde incluso adelantó que llamaría a un republicano al gabinete, de ganar en noviembre. La prensa estadounidense apuntó al intento de la vicepresidenta de acercarse tanto al centro político como presentarse como candidatos cotidianos.


Un consenso parece darse en la prensa estadounidense en torno a la primera entrevista que dio la pareja demócrata que busca llegar a la Casa Blanca en noviembre, la vicepresidenta Kamala Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz: fue una instancia en que intentaron y lograron verse como personajes ordinarios sentados en una cafetería, donde ni se causaron daño político, ni impulsaron su candidatura de manera importante.

Sin embargo, sentaron el precedente de otorgar su primera comunicación directa con la prensa y allanar el camino para el primer gran desafío, cuando el 10 de septiembre se vean las caras el expresidente Donald Trump y la actual vicepresidenta, Kamala Harris, en el primer debate presidencial entre ambos.

La entrevista fue con la cadena televisiva CNN, y estuvo a cargo de la periodista Dana Bash. El lugar elegido por la campaña demócrata no fue aleatorio. La instancia se realizó en una cafetería de barrio en Savannah, Georgia, donde solo los tres estuvieron presentes.

La candidata presidencial demócrata y vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, habla durante un acto de campaña en Savannah, Georgia, el 29 de agosto de 2024. Foto: Reuters

En ella, se rozaron temas como el plan de la dupla Harris-Walz de cara a un eventual gobierno, del que dijo sería “un nuevo camino a seguir” en comparación a la década con Trump fuera o dentro del poder, pero siempre rondando; los giros políticos que ambos han hecho en su carrera -si bien sus políticas sí lo han hecho, “mis valores no han cambiado”, dijo al respecto-; su eventual integración de un político del Partido Republicano a su gabinete; o los ataques de Trump en estos 40 días desde que la vicepresidenta dio un paso adelante y tomó el relevo del actual mandatario, Joe Biden. Ese momento, el 21 de julio, también fue abordado por primera vez por Kamala Harris.

Walz, en tanto, jugó un rol de acompañante. Sin lugar a dudas, la principal atracción era la candidata a la Oficina Oval, pero para pocos pasó desapercibido que, en un momento, el gobernador de Minnesota pasó casi ocho minutos en silencio, a la espera de una pregunta directa dirigida a él.

Las claves de la entrevista

Si bien fue la primera entrevista otorgada a medios nacionales, muchos de estos destacaron que, precisamente, esto fue la gran novedad del hecho, más que el contenido mismo. The New York Times aseguró que “la principal razón por la que la entrevista resultó notable fue que era la primera que hacía desde que el presidente Biden se retiró y la eligió como su sucesora”, inició su análisis.

“Sentada junto a su compañero de fórmula, el silencioso apoyo del gobernador Tim Walz de Minnesota, Harris respondió a las preguntas de Dana Bash el jueves sin causarse daño político ni darse un impulso significativo”, aseguró el periódico neoyorquino.

“La entrevista inaugural de Kamala Harris fue especialmente notable por parecer… ordinaria”, coincidió la agencia de noticias The Associated Press. La primera interacción directa con un medio “fue destacable, sobre todo, por lo rutinaria que parecía”, añadieron.

¿En qué se evidenció esta descripción? Por ejemplo, en la defensa a rajatabla del legado de su jefe, el Presidente Biden. La consultaron por el historial económico de la actual administración, y lo consideró fantástico. La guerra en Gaza y su postura frente a Israel, la misma. Incluso se mostró favorable al fracking (o fracturación hidráulica), proceso donde se rompe el denso esquisto para extraer gas natural y que ha sido objeto de críticas por sus efectos climáticos. Esto último, en línea con la Ley de Reducción de la Inflación, firmada por Biden y que propició la expansión del fracking en Estados Unidos, detalló CNN.

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el Presidente, Joe Biden. Foto: Archivo

“Como vicepresidenta, no prohibí el fracking. Como presidenta, no lo prohibiré”, añadió Harris. Cuando se presentó como precandidata presidencial en 2019, la entonces senadora por California se opuso a esta práctica, pero su eliminación hoy podría afectar seriamente el empleo en Pennsylvania, estado clave de cara a las elecciones de noviembre.

Otro giro abordado en la entrevista fue el de Tim Walz, quien en un video de 2018 habló de violencia armada y se refirió a “armas de guerra, que llevé en la guerra”. La frase fue desatacada por sus rivales republicanos, pues en los 24 años en que el político estuvo en la Guardia Nacional del Ejército, nunca estuvo en una zona de combate.

“Mi mujer, la profesora de inglés, me dijo que mi gramática no siempre es correcta”, se disculpó el candidato demócrata a la vicepresidencia. “Ciertamente, asumo mis errores cuando los cometo”, añadió. En su discurso en la Convención Nacional Demócrata, aseguró que junto a su esposa recurrieron a la fecundación in vitro para concebir a sus hijos, pero desde entonces ha tenido que aclarar que se trató de otro tipo de tratamiento de fertilidad.

“No voy a pedir disculpas por hablar con pasión, ya sea de las armas en las escuelas o de la protección de los derechos reproductivos”, respondió a Dana Bash. “El contraste no puede ser más claro… Creo que la mayoría de los estadounidenses lo entiende”.

Aquella diferencia hacía referencia a la candidatura del expresidente Donald Trump, personaje para el cual también hubo palabras, pero limitadas. La estrategia ha quedado de manifiesto desde la Convención, donde la campaña demócrata ha intentado asociar la alegría como su nuevo caballito de batalla ante Trump. Pero, al mismo tiempo, alejándose de lo identitario.

De hecho, Harris eludió en varias ocasiones preguntas sobre los recientes cuestionamientos de Trump a su identidad, género y raza. Durante una conferencia de la Asociación Nacional de Periodistas Negros en Chicago, Trump aseguró que la vicepresidenta se había identificado como del sur de Asia, pero que “resultó que se volvió negra” por motivos políticos.

La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, en Milwaukee, Wisconsin, y el expresidente Donald Trump en Bedminster, Nueva Jersey, en una combinación de fotografías de archivo. Foto: Reuters

Sacudiendo su cabeza mientras Bash recordaba el hecho, Harris se limitó a señalar que es parte de su “mismo viejo y cansado libro de jugadas”.

— Siguiente pregunta, por favor— dijo Harris.

— ¿Eso es todo?— replicó Bash.

— Eso es todo— respondió Harris con una sonrisa.

Según The New York Times, la estrategia responde a un intento por captar el voto de centro -tanto demócrata como republicano- y prescindir de la raza como un elemento excluyente. “Me postulo porque creo que soy la mejor persona para hacer este trabajo en este momento para todos los estadounidenses, independientemente de su raza y género”, señaló Harris.

Un tópico candente para su campaña es la migración, y si bien no contestó directamente cuando se le preguntó sobre si sigue creyendo que se debería despenalizar los cruces ilegales, como dijo en el pasado, admitió que “debe haber consecuencias”.

La vicepresidenta también tuvo palabras para un momento clave en su vida: aquel 21 de julio en que Joe Biden cedió ante la implacable presión de su propio partido para que diera un paso al costado en la carrera presidencial. Fue también el día en que el actual mandatario la apuntó como su sucesora.

Fue una mañana agitada la de ese domingo, rememoró Harris. Estaba terminando de preparar el desayuno para un grupo de familiares que fue a visitarla desde fuera de la ciudad y se alistaba a armar un rompecabezas con sus sobrinas, cuando el teléfono sonó.

“Era Joe Biden, y me dijo lo que había decidido hacer”, relató a Bash, en su relato más extenso de lo que ocurrió ese día hasta la fecha. “Le pregunté:’¿Estás seguro?’, y él dijo ‘Sí’”, continuó la vicepresidenta. “Para ser honesta, mi primer pensamiento no fue sobre mí. Mi primer pensamiento fue sobre él”.

“Estoy muy orgullosa de haber sido vicepresidenta de Joe Biden”, añadió, en línea con la estrategia discursiva de destacar el legado de su actual jefe. “Estoy muy orgullosa de postularme con Tim Walz para presidenta de los Estados Unidos y traer… lo que creo que el pueblo estadounidense merece, que es un nuevo camino a seguir”, cerró.

Consultada sobre el futuro y una eventual victoria, Harris planteó que no descartaba nombrar a un republicano en su gabinete. De momento, no tenía a “nadie en particular” en mente, puesto que “nos faltan 68 días para estas elecciones, así que no voy a poner el carro delante del caballo. Pero lo haría”.

Vale recordar que un grupo de republicanos le dieron la espalda a Trump, e incluso participaron en la Convención Nacional Demócrata hablando en el escenario de Chicago. También, en la administración del expresidente Barack Obama, este seleccionó a varios republicanos para puestos de alto rango, como por ejemplo el exrepresentante de Illinois Ray LaHood, quien ofició como secretario de Transporte. Lo mismo ocurrió con el exsenador de Nebraska Chuck Hagel, republicano que sirvió como secretario de Defensa.

“Creo que es importante tener personas en la mesa cuando se toman algunas de las decisiones más relevantes que tengan diferentes puntos de vista y diferentes experiencias. Y creo que sería beneficioso para el público estadounidense tener un miembro de mi gabinete que fuera republicano”, concluyó Harris.

Kamala Harris y Tim Walz bajan de un bus de campaña tras varias paradas, en su hotel de Savannah, Georgia, el 28 de agosto de 2024. Foto: Reuters

Para la Radio Pública Nacional (NPR), “desde un punto de vista estrictamente de desempeño, Harris fue clara, tranquila y no se inquietó cuando la presionaron sobre cambios en sus posiciones sobre ciertos temas”, escribieron. “En algunas entrevistas anteriores, se mostró a la defensiva, pero ese no fue el caso aquí. Parecía cómoda y al mando, lo cual es importante para un candidato presidencial a quien la gente todavía está empezando a conocer”.

En materia exterior, Harris señaló que no habrá cambios respecto a la política estadounidense hacia Israel. “Permítanme ser muy clara”, empezó. “Soy inequívoca e inquebrantable en mi compromiso con la defensa de Israel y su capacidad para defenderse. Y eso no va a cambiar. Pero demos un paso atrás. El 7 de octubre. Mil doscientas personas fueron masacradas. Muchos jóvenes que simplemente asistían a un festival de música. Las mujeres fueron horriblemente violadas. Como dije entonces, digo hoy, Israel tenía derecho, tiene derecho a defenderse. Demasiados palestinos inocentes han sido asesinados. Y tenemos que llegar a un acuerdo”, declaró.

Tampoco fue todo vaguedad y declaraciones políticas. Por ejemplo, habló de la ampliación de un crédito fiscal por hijo de 6.000 dólares a las familias durante el primer año de vida del niño, y de un crédito fiscal de 25.000 dólares para quienes compran una vivienda por primera vez.

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