“Las tenidas formales en Chile incluyen corbata”: ¿Cuáles son las supuestas normas que regulan la vestimenta de abogados?
Si bien siguen ocurriendo episodios en que jueces recriminan a abogados por su modo de vestir -como el martes, cuando durante una audiencia pública del Tribunal de la Libre Competencia (TDLC), su presidente llamó la atención a uno de los abogados presentes-, una revisión de las normas da cuenta de que sería una mera tradición el uso de chaqueta y/o corbata, ya que formalmente no hay regla que fije su uso. En 2009, la Corte Suprema sí instruyó a sus magistrados que observen "las exigencias que requiere la dignidad de su magistratura en su vestuario y trato".
-Nuevamente consulto al señor Bravo por qué no está cumpliendo con las reglas mínimas de formalidad que deben tenerse en una audiencia ante un organismo jurisdiccional en cuanto a su presentación personal.
-Me preocupé especialmente de mi presentación personal hoy día. Uso chaqueta, un chaleco a tono y una camisa. No es mi intención, bajo ninguna circunstancia, faltarle el respeto a este tribunal.
-Mire, señor Bravo, las tenidas formales en Chile incluyen corbata todavía.
El diálogo corresponde a un intercambio que sostuvo el martes el presidente del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), Nicolás Rojas, con el abogado Mario Bravo, quien se presentó sin el accesorio a una audiencia en la que los principales canales de la televisión abierta analizaron el proveedor que medirá el rating.
Lejos de hacer noticia por el contenido de la discusión de fondo, la instancia volvió a poner sobre la mesa el debate sobre los supuestos códigos de vestimenta que rigen para los abogados en los organismos jurisdiccionales en territorio nacional.
Bravo, en conversación con La Tercera PM, reveló que nunca había enfrentado una situación de esta característica, y aunque dice que para él no significó un menoscabo y que no lo incomodó, en redes sociales varios usuarios reaccionaron con indignación y recordaron el episodio donde al exconvencional Jaime Bassa también se le reprochó por su vestimenta en la Cámara de Diputados.
“Lo que pasa es que a mí la corbata me incomoda mucho, pero yo me preparé especialmente para la ocasión y creo que me vestí con el respeto que merece un tribunal. Ahora, lo importante es que yo no tengo ninguna duda de que este incidente no va a causar ningún menoscabo para mi representado -en este caso, TV+- y no tengo la menor duda de que el tribunal va a fallar conforme a derecho independiente del incidente”, comentó el abogado Bravo.
Y recalcó que “no existe una norma expresa al respecto y evidentemente uno tiene que vestir razonablemente y con respeto. Pero no existe una norma como tal”.
En ello también concordó la titular de la Defensoría de la Niñez, Patricia Muñoz, quien por medio de su cuenta en Twitter también descartó que existiera una norma al respecto, por lo que incluso interpeló a Nicolás Rojas a que cite formalmente la regla a la que alude.
La Tercera intentó contactar a Rojas para obtener una versión, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
Mera tradición
Ricardo Loyola, abogado y académico de Historia del Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez, explicó que en Chile “no existe ninguna norma acerca de cómo debe vestirse una persona en estrado o cómo debe ejercer su actividad, especialmente la de abogado”.
El profesor, que hace algunos años hizo su tesis de posgrado sobre la vestimenta de los abogados en Chile, recordó que sí existió una norma, “pero hasta antes de la Independencia, en la época colonial, donde sí las normas españolas señalaban la forma de vestir de cada uno de los oficios y profesiones, pero eso se entiende derogado, salvo que queramos mantener la costumbre”.
Respecto de los argumentos esbozados por Rojas, Loyola explicó que tradicionalmente “lo que se argumenta en el Poder Judicial es con el asunto del llamado ‘decoro judicial’, que tiene que ver con las formas de respeto, las apariencias y las formas de cómo deben hacerse las cosas”.
Uno de los ejemplos respecto a ese decoro, detalló, está relacionado con los “tratamientos de excelentísima o ilustrísima al referirse a la Corte Suprema o con las formas en cómo uno debe ir al estrado. Ahora, se entiende que el decoro judicial significa el mantenimiento de un cierto estándar de respeto, pero ese estándar de respeto en ningún momento dice que no se puede andar sin corbata”.
El abogado recordó que “incluso cuando la mujer empezó a llegar al mundo de la abogacía y comenzó a vestirse con pantalón y no con falda, también fue un tema. Los jueces hombres no dejaban que las abogadas fueran con pantalones porque ‘lo usan los hombres’ y eso cambió, mismo caso con la corbata”.
Lo que sí existe es un auto acordado de 2009, en que el pleno de la Corte Suprema instruyó a los magistrados velar por el vestuario de quienes participan en las audiencias. “Que esta Corte Suprema ha tenido conocimiento que algunos magistrados en las audiencias que dirigen o actuaciones que ejecutan no observan en sus maneras y vestuario y trato con abogados, testigos y público las exigencias propias del ejercicio de su ministerio como jueces de la República”, señala parte del texto.
Ante eso, mandata a todos “los jueces en el sentido de observar especialmente durante sus audiencias en que participen las exigencias que requiere la dignidad de su magistratura en su vestuario y trato con abogados y otros partícipes en los procedimientos, así como sus subordinados y público en general, evitando toda actitud o acción que menoscabe tal condición”. Junto con asignar a la Corte de Apelaciones de los respectivos lugares a ser la encargada de hacer cumplir esta ordenanza, sin que se expliciten mayores detalles.
De la corbata a la toga
Lejos de Chile, las tradiciones se inclinan hacia el uso de una toga, una túnica de color negro que hace más 324 años usan magistrados en diferentes partes del mundo como símbolo de formalidad y autoridad durante un juicio en tribunales, aunque principalmente por uniformidad de la vestimenta de quienes participan durante las audiencias, ya que los magistrados pueden utilizar cualquier ropa bajo ella.
Dicha tradición también introdujo la utilización de pelucas, como ocurre en el caso de los tribunales en Inglaterra o en otras magistraturas como el tribunal de La Haya.
¿Cómo se llegó a eso? La historia dice que esta costumbre se hizo popular como un disfraz que permitía a los jueces no ser agredidos en condenas criminales por los familiares del condenado, aunque lo mismo ocurre con las tradicionales capas rojas, pañuelos blancos y capas negras, estas últimas en honor a la Reina María II de Inglaterra.
El material se le dio originalmente a los jueces como una subvención de la Corona, y en 1635 se instauró la guía definitiva publicada en el Reglamento Judicial, buscando transmitir una imagen de dignidad e imparcialidad en los juicios. Sin embargo, esto no introdujo nuevos trajes; simplemente establece qué túnicas se deben ocupar y cuándo.
Aún así, esta tradición ya se encuentra en retirada y en ningún caso es una obligación. En 2011, la jueza Ekaterina Trendafilova, del tribunal de La Haya, solicitó a los abogados que dejaran las pelucas y túnicas de lado, reafirmando la idea de una costumbre que cae en el olvido.
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