Las variables que complican el acuerdo para una nueva constituyente
El asentamiento del nuevo comité político era precisamente uno de los factores que estaba demorando el inicio de las conversaciones formales para el nuevo proceso constituyente. A la luz de los últimos hechos políticos, parlamentarios de distintos sectores coincidían en que sería difícil resolver antes del 11 de septiembre un acuerdo.
Los ruidos por el cambio de gabinete se transformaron en una nueva complicación en medio de las incipientes tratativas para abrir un nuevo proceso constituyente.
El fallido nombramiento de Nicolás Cataldo (PC) como subsecretario del Interior, debido a las presiones de la derecha, molestó al Partido Comunista. Incluso, en declaraciones en CNN, la diputada Carmen Hertz (PC) dijo que eran “vergonzosas” las críticas de la derecha contra Cataldo y que sería “doblemente vergonzoso” si el gobierno cedía a esas presiones.
Entre diputados socialistas -que promovían particularmente la asunción a ministro de Manuel Monsalve- tampoco cayó bien que el subsecretario del Interior se quedara en su cargo. El nombre de Ana Lya Uriarte (PS), si bien era empujado por la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, tampoco dejó conforme a toda la bancada de diputados.
El asentamiento del nuevo comité político era precisamente una de las variables que estaba demorando el inicio de las conversaciones formales para el nuevo proceso constituyente.
De hecho, el lunes en la tarde, el presidente de la Cámara, Raúl Soto (PPD), encabezó un encuentro exploratorio en el cuarto piso de la corporación con representantes de todas las bancadas.
Según la versión que se transmitió en la Cámara, Soto -quien se había reunido en la mañana con el Presidente Gabriel Boric y el titular del Senado, Álvaro Elizalde (PS), en La Moneda- consultó a los presentes la disponibilidad de comenzar mañana miércoles una negociación formal luego de que la propuesta de la disuelta Convención Constitucional fuera rechazada con casi el 61,86% de los votos.
Sin embargo, la respuesta mayoritaria fue negativa, precisamente porque el Ejecutivo aún no termina su proceso de rearme tras la derrota electoral.
Si bien las conversaciones informales ya venían desde antes del plebiscito, en varias bancadas del oficialismo y la oposición había coincidencia en que apurar las tratativas podría tener un efecto perjudicial.
Un acuerdo rápido, antes del 11 de septiembre era promovido con especial interés por el propio Presidente Boric, y fue uno de los puntos que planteó en las llamadas telefónicas que sostuvo el domingo en la noche con dirigentes opositores y de gobierno.
“El 11 de septiembre es un hito en el calendario que polariza Chile, y el Presidente ha planteado que tenemos que tener un camino ya iniciado antes de eso. Yo comparto eso”, dijo por ejemplo el senador y presidente de la UDI, Javier Macaya, el domingo, en una entrevista a La Tercera.
La idea de comenzar antes las gestiones también fue reforzada por Soto, tras la reunión en La Moneda.
Sin embargo, desde otras fuerzas políticas, y en particular desde el mismo PS, se encargaron de dar un portazo a la intención de tener cerrado un nuevo pacto antes del 11. “Hay que hacer las cosas bien”, declaraba un alto dirigente socialista. “No podemos volver a fallar”, planteaba un miembro de la directiva de RN.
Acelerar las tratativas, a juicio de algunos, abría el riesgo de repetir los errores, que se cometieron después del acuerdo del 15 de noviembre de 2019, al incorporar las listas de independientes y dar una sobrerrepresentación indígena, temas que no estaban en el pacto original.
Los plazos no son la única variable que complejiza las conversaciones.
Cuál será la sede -Senado o Cámara Baja- por la que se iniciará la tramitación de la reforma que habilitará el nuevo proceso constituyente, es otro de los nudos.
Si bien las conversaciones informales en el Senado ya llevaban más tiempo -y aparentemente es la sede que más agrada a Boric-, diputados de todos los sectores evaluaban incluso presentar un proyecto propio en la Cámara, a contrapelo de la postura de La Moneda y el Senado.
La forma de elección de los nuevos constituyentes es otro elemento que todavía sigue abierto.
Si bien las listas nacionales y cerradas eran una fórmula que agradaba a los senadores desde la UDI al PS, en los últimos días ha cobrado fuerza la idea de que sean listas regionales y abiertas, mecanismo que es el favorito entre algunos diputados.
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