Lavín, Matthei, J.A. Kast, la UDI... El sándwich en que quedó Evópoli tras las definiciones en la derecha
Están sorprendidos porque la UDI no les avisó antes -reclaman- que sondeaba con Republicanos un pacto electoral municipal. No les gusta pero tampoco se cierran: no tienen ningún alcalde y pretenden crecer. Y el remolino que armó el alcalde de Las Condes parece haber reactivado las aspiraciones presidenciales de Felipe Kast.
“José Antonio Kast estuvo en Chile Vamos, en un partido de Chile Vamos, y decidió emprender en solitario sus propuestas políticas. Adicionalmente se ha declarado opositor a nuestro gobierno. Los acuerdos no solamente tienen que ser por convencimiento electoral, sino que por afinidades políticas. Por lo tanto, en este instante no consideramos que se deba instrumentalizar la elección. Y las conversaciones que tenga la UDI con Republicanos es la legítima proposición de un partido socio que no se debe convertir en una imposición”.
Hasta ahí llega Francisco Undurraga, uno de los cuatro vicepresidentes de Evópoli, ante la disyuntiva que les ha plantado de sopetón el partido que lidera Jacqueline van Rysselberghe. Otras voces de la tienda que preside Andrés Molina reclaman que la UDI no les avisó oportunamente que habían abierto negociaciones con el ex diputado gremialista para un eventual pacto electoral municipal. Sus “socios” explican que son solo diálogos informales y que ni siquiera están hablando directamente con Kast, sino que esa cuenta la lleva el diputado Guillermo Ramírez con los también exUDIs y ahora Republicanos Arturo Squella y Javier Leturia, y el exRN Rojo Edwards.
Como sea, aunque en Evópoli la idea no les gusta nada por distancia ideológica y porque una nueva postulación presidencial de José Antonio Kast amaga en parte las aspiraciones de su sobrino Felipe Kast (quien, a todo esto, ha vuelto a conversar esporádicamente con él luego de tener los puentes cortados), la puerta no está cerrada. Esta mañana los secretarios generales volvieron sobre el tema. Los protagonistas de esta nota están poniendo condiciones: que Republicanos le diga formalmente a todo el bloque qué quiere, y no solo a la UDI, y que la negociación sea primero en casa antes que con los ajenos Chile Vamos.
La puerta no está cerrada porque en Evópoli -aclaran allá- no hay aún una sola posición ni menos acuerdo. En el papel, la urgencia de negociar es de la UDI porque JVR quiere amortiguar el peligro de perder alcaldías a manos de su adversario JAK en territorios sensibles como el Maule Sur (región del senador Juan Antonio Coloma y plaza del diputado Republicano Ignacio Urrutia) y en La Araucanía (bastión de Felipe Kast y donde apunta Edwards). Además, confiesan algunas bajas que se han pasado a ese bando. Prefieren pactar a costa de unas pocas unidades, pero no quieren ser ellos quienes den el portazo, sino que endosárselo al partido de Molina.
Evópoli tiene que resolver esto luego (en menos de un mes hay que matricular a los aspirantes de las primarias de noviembre) porque hasta ahora se estaban preparando para entrar a las ligas mayores: apenas tienen una cuarentena de concejales y ningún alcalde, y ya han hecho un casting bajo el eslogan “Líderes Comunales” que -dicen- ya va en las 1.500 almas. Con tanto edil veterano que ahora no puede repostular, es su mejor oportunidad, así que ¿por qué tendrían que cederle el derecho a una fuerza ajena y rival? Porque quieren evitar el riesgo de que una trifulca electoral termine regalándole comunas a la oposición, explica un dirigente, que estará aprovechando el impulso del plebiscito.
Este enredo municipal es una de las tantas capas del emparedado que parece tener a Evópoli como su bacon, aunque ahí algunos se apuran en precisar que “este problema es de la UDI, no de nosotros”. Pero con la crujidera que ha provocado esta semana Joaquín Lavín en el arco derechista, la entrada al juego de Evelyn Matthei, la cuestión de J.A. Kast, el asunto del plebiscito y las dudas de cómo irá a decantar la primaria presidencial de julio 2021, el partido que hasta hace poco tenía a medio comité político de ministros en el bolsillo tendrá que tomar decisiones.
La primera es mañana sábado, cuando el Consejo General defina de una vez cómo encarará el referéndum: si declara libertad de acción o se mantiene en el “Apruebo”, aun cuando algunos -como Undurraga- se hayan pasado al “Rechazo”, al lado de otros como el diputado Luciano Cruz-Coke. No se ve posible, dicen, volcar a la tienda a esta segunda opción si eso implica matricularse con la derrota. Felipe Kast, además, está con el “Apruebo”. Y Hernán Larraín Matte y otros están empecinados en apurar el fichaje de candidatos al órgano constituyente y los contenidos a debatir.
Las perspectivas para la presidencial tienen que ver con esto, pero son más inciertas. En Evópoli dicen estar bien molestos con Lavín porque además “de estar hablando como candidato de segunda vuelta antes de tener nuestros votos”, no se “ha preocupado de nosotros”. Salvo un vínculo con Felipe Kast (en rigor, un telefonazo al mes en promedio, detallan), el alcalde no tiene o no parece preocuparse por tener redes con ellos.
RN tiene medio pie fuera de la primaria presidencial. Salvo que Manuel José Ossandón logre zafar pronto del caso tráfico de influencias, porque ahora dicen que se ve dudoso que Andrés Allamand deje la Cancillería a comienzos del 2021, y para que Mario Desbordes haga lo mismo con Defensa primero tiene que crecer más en números. ¿Qué va a hacer Evópoli entonces? En el papel debería repetirse el plato Felipe Kast, pero allá dicen que eso no está abrochado y que, quien sabe, el día de mañana podrían mirar otros nombres, como el del diputado Luciano Cruz-Coke (pero él está por el “Rechazo”).
Precisamente por esto es que el senador Kast no se quiso quedar abajo del revuelo lavinista. El miércoles El Mercurio abrió su sección de cartas con la suya, criticando lo de declararse socialdemócrata: “Me extraña que en lugar de levantar con orgullo nuestro sueño y agenda de justicia liberal, el alcalde Lavín piense que es necesario cambiar las convicciones para poder avanzar hacia un Chile Justo”. Llegó tres días después del superdomingo del alcalde UDI, pero llegó. Y dicen que seguirá.
De cómo evolucione todo este remolino, de lo que pase después del referéndum, de las municipales y tantas cosas más dependerá el asunto presidencial de Evópoli. Felipe Kast sabe que tener el mismo apellido que José Antonio le sería nocivo si ambos compiten en la misma elección (en el partido miden que la mitad de la gente los confunde), pero como cree que su tío evitará la primaria y él no, pues que no será tan terrible.
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