Leonor Etcheberry, la abogada integrante de la Corte Suprema que rompió con la hegemonía gremial del Colegio de Abogados

En 1991, el reconocido abogado penalista, Alfredo Etcheberry, entregó la presidencia del Colegio de Abogados a Ricardo Rivadeneira, uno de los fundadores de Renovación Nacional. Desde esa fecha, la entidad gremial fue liderada solo por consejeros de derecha algo que, este lunes, una abogada integrante de la Corte Suprema y experta en derecho civil cambió: Leonor Etcheberry (57), hija de Alfredo, rompió con la hegemonía gremial que duró 28 años.

Y lo hizo en una de las elecciones más polémicas del Colegio, acostumbrados a tener comicios "tranquilos y sin vaivenes". Hace dos días, Etcheberry se convirtió en presidenta luego de ser ratificada en un duro consejo que se alargó por más de siete horas y que marcó el desenlace de una elección marcada por renuncias y disputas entre los consejeros. En enero se aprobó una cuota de género que aumentó la participación y la elección de mujeres y luego se vio marcada por la decisión de la lista gremial, quien obtuvo mayoría, de llevar a Arturo Alessandri como presidente.

Finalmente, tras la renuncia de Alessandri, y aprovechando una mayoría circunstancial, las listas opositoras a la gremial, unieron fuerzas, y ungieron a Etcheberry como presidenta y a Héctor Humeres como vicepresidente. El consenso se logró al acordar que el mandato de la abogada durará hasta 2020, para luego ser la vicepresidenta del Colegio e invertir los roles con Humeres.

"Es una distinguida abogada. La conozco desde que éramos muy jóvenes cuando ambos fuimos ayudantes de derecho civil en la Facultad de derecho de la Chile. Me parece excelente que sea consejera y Presidente (sic) ya que tiene gran conocimiento de la profesión en rubros que son muy relevantes para nuestro colegio. Además es una persona muy ponderada y no puede olvidarse que fue elegida por unanimidad del Consejo", advierte el ex vicepresidente del Colegio, Pedro Pablo Vergara, consejero de la lista gremial.

Varios de los consejeros la califican como "cercana" y recalcan su trayectoria académica y profesional. Egresada de la Universidad de Chile, Etcheberry, alcanzó notoriedad cuando en 1998 colaboró en la redacción de la Ley de Filiación que terminó con la figura de los hijos ilegítimos. Siempre ligada al derecho de familia, en julio del año pasado y como abogada integrante de la Corte Suprema, redactó el fallo de la Corte que permitió que una persona transgénero pudiera cambiar legalmente su nombre y sexo registral, sin la necesidad de requerir una intervención quirúrgica.

Y si bien su lista es calificada como cercana a la Democracia Cristiana, Etcheberry no milita en ningún partido. "No me gustan los extremos y me imagino que eso hace que a una la identifiquen más con la postura de centro. No sé si militaría en algún partido", comentó a La Tercera PM.

Etcheberry proviene de una familia plagada de abogados: padre, hermanas y sobrinos. Uno de estos últimos es el diputado del Frente Amplio, Gonzalo Winter (Convergencia Social), con quien dice que tiene una muy buena relación y que a pesar de las diferencias de opinión en algunos temas, comenta que se llevan "muy bien". "Es muy importante que las mujeres vayan tomando nuevos espacios que en las últimas décadas han sido conservadores como es la presidencia del Colegio de Abogados. Y por su capacidad y profesionalismo, creo que ella va a cumplir su rol con gran éxito", señaló el parlamentario.

"La mujer en el derecho es algo prioritario", así parte Etcheberry al ser consultada por sus desafíos como líder del gremio. "Me gustaría también priorizar el ejercicio del derecho en Familia y hay un gran objetivo de traer a la gente joven que hoy en día es reacia a colegiarse. Hay un déficit de personas que estén interesadas por el colegio. La primera pregunta que te hacen es '¿Para qué sirve el Colegio?' En eso hay que trabajar", señala.

En la última elección, gran parte de los consejeros de las listas de centro e izquierda abogaron no solo por los temas de integración de las mujeres sino que también para que el Colegio comience a abordar temas de contingencia que han afectado al mundo de la abogacía. "Me gustaría tener más incidencia en que el Colegio tenga una postura en temas ligados con el derecho y con el ejercicio de la profesión", dice.

"Uno no ve opiniones del Colegio en temas relevantes. Hay leyes y temas que pueden ser conflictivos en algún minuto como lo que pasa con la Defensoría, el nombramiento de jueces, etc, y que en general, desde afuera, no vi que el Colegio tuviera una postura o una misión. Por eso, hay que ponerse a trabajar", agrega Etcheberry.

Noviembre del año pasado y la desvinculación de tres académicos de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales (UDP) genera un paro de estudiantes, luego una toma y las firmas de más de 120 abogadas repudiando, en especial, el despido de Etcheberry.

La abogada experta en derecho civil estuvo cerca de 30 años en esa casa de estudios y comenta que eso "ya pasó" y que no tiene rencor. La decisión del decano de la Facultad de Derecho UDP, Marcelo Montero, también afectó a los profesores Tomás Vial y Rafael Mery. En ese momento se argumentaron temas económicos y discrepancias en el proyecto académico para sacar a los tres abogados de sus cargos.

"Teníamos visiones diferentes de las que podía tener el decano respecto del proyecto pero nunca creí que fue por un ajuste financiero. El rector (Carlos Peña) me ofreció volver con lo mismo que tenía por eso no creo que haya sido financiero, el decano quiso ajustar algunas cosas y después se dio cuenta que habían personas más comprometidas con el proyecto que otros", comenta la abogada.

Etcheberry no volvió a la universidad, dejó de hacer clases y a comienzos de este año decidió postular como consejera al colegio. "Nunca busqué ser presidenta, esto se fue dando", comenta.

¿Recibió llamados de algún parlamentario o autoridad para felicitarla por la presidencia?

-Sí, algunos. Pero lo que más me sorprendió fue el llamado de muchos alumnos, eso fue lindo. Ese es uno de mis máximos orgullos, el haber influido en gente joven.