¿Cartas para la Roja? El talento joven con raíces chilenas que pulula por el mundo
Mientras la palabra "recambio" se hace recurrente y las series juveniles de la Roja no avanzan (salvo la Sub 17), una serie de jugadores de padres o abuelos chilenos militan en el extranjero y se han decantado por usar la camiseta de otro país.
¿Dónde está el recambio de Chile? ¿Existe realmente? Esa pregunta ha asomado con recurrencia en el último tiempo. Y las respuestas no son alentadoras. Lo concreto es que la renovación de la selección nacional es un tema instalado, impaciente. Salvo por la Sub 17, los éxitos en las categorías juveniles escasean en el último tiempo. Por lo tanto, se hace necesario ampliar la perspectiva de cara al futuro. Son varios los futbolistas jóvenes con raíces chilenas (ya sea por uno de sus padres, abuelos u otro) que están desperdigados por el mundo, incluso con actividad por combinados de otros países, lo que no necesariamente les impide tener una chance en la Roja alguna vez.
De hecho, más de uno fue sondeado para recalar en Pinto Durán, pero sin la proyección esperada. ¿Quiénes pueden ser las caras de la renovación del fútbol local?
Brandon Cortés (18) está dando sus primeros pasos en la Primera de Boca Juniors (desde 2012 que está en el club). Gracias a Gustavo Alfaro, pudo debutar en abril por la Superliga. Argentino de padres chilenos, fue convocado para la Sub 18 de la Albiceleste que disputará el Torneo L'Alcudia, en España, que parte el 28 de julio. Era carta segura para las juveniles chilenas, pero no generó mayor interés. En abril, Cortés dijo lo siguiente: "Hace dos años me llamaron a entrenar con la Sub 17 de Chile. Después no tuve más contactos. Hoy solo pienso en Boca". El caso de Cortés, inscrito por Boca para la Copa Libertadores, es uno de tantos.
La Selección miró de lejos el Mundial Sub 20 de Polonia, que ganó Ucrania. Pero sí hubo "participación chilena". ¿La razón? La presencia de Sebastián Soto (18), delantero que jugó para Estados Unidos. De padre chileno y madre mexicana, el joven ariete nació en Carlsbad, California, e ingresó al combinado de las Barras y las Estrellas en la categoría Sub 17. Fichó en el Hannover 96 alemán y en abril pasado debutó en la Bundesliga.
Quien también está en ese país es Kennet Hanner-López (19), delantero chileno-alemán, sondeado por Héctor Robles para la Sub 20, aunque nunca llegó a integrar oficialmente una nómina. Luego de destacar en las inferiores del Mainz, para esta temporada fichó en el Hoffenheim hasta junio de 2020, para su plantel filial.
Uno que cambió de aire es Gabriel Rojas (22). Producto de las inferiores de San Lorenzo, fichó recientemente en Peñarol. Alguna vez fue sondeado por Juan Antonio Pizzi para la Selección, en 2017, cuando alternaba en el Ciclón, como alternativa para la banda izquierda. Aquel llamado nunca prosperó. Su nexo con el país es por un tío chileno, casado con una hermana de su padre. Ya tiene participación por la Sub 20 argentina.
Si hay alguien que no ha sido contactado por las series menores es Byron Vásquez (19). Él es chileno, pero vive desde los 8 años en Japón, afincado con su familia en la isla. Milita en el Iwaki FC, de la tercera división nipona, con contrato profesional, en un club con instalaciones de primer nivel.
Más ejemplos. Está el caso de Jordan Puglia (19), mediocampista chileno-suizo que está en la Sub 21 del Zúrich o Giovanni de la Vega (19), chileno-holandés que está en el Utrecht tras dejar el Ajax. También Matías Moya (21), volante oriundo de Neuquén, argentino de abuelos chilenos, producto de la cantera de River y hoy a préstamo en Banfield. Por su parte, el defensa Jordan Barroilhet (21), francés de padre chileno, de 1,96 m., hizo las inferiores en el Montpellier y luego pasó al fútbol español. Su pase es del Girona y actuó en la última campaña en el Peralada, de la Segunda B hispana. Su hermano Richard milita en Puerto Montt.
La ANFP tiene a sus analistas en Juan Pinto Durán siguiendo a estos jugadores y atentos a descubrir nuevos talentos internacionales con sangre chilena. El caso de Ricardo Rodríguez, jugador del Milan, mundialista con la selección de Suiza, es un caso que siempre ha dado vueltas en los pasillos de la Roja. Cuando aún podía hacerlo, pidió una oportunidad en la selección chilena y nunca la recibió.
El reglamento de la FIFA indica que un jugador puede disputar partidos con distintas selecciones en series menores. La doble militancia se acaba cuando el futbolista disputa su primer partido oficial por un combinado adulto.
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