Cómo logró Massú contagiar a Thiem su 'nada es imposible, ni una hueá'
A 24 horas de que su pupilo perdiera la final con Rafael Nadal, Nico detalla las sensaciones de su trabajo con el austriaco y cree que su dirigido será el sucesor del hispano: "Seguramente lo va a ser", dice.
Han pasado apenas 24 horas desde la final de Roland Garros, en la que Dominic Thiem cayó en un luchado partido ante Rafael Nadal. Nicolás Massú, técnico de la figura austriaca, hace una pausa para analizar junto a La Tercera PM los exitosos meses al mando del número cuatro del mundo. Ha sido una etapa en la que el chileno se consolida como entrenador.
"Estos tres meses han sido increíbles, a nivel de intensidad, a nivel de resultados. Empezamos a trabajar hace poco tiempo, y Dominic se gana el Masters de Indian Wells, en cancha rápida, el primero de su carrera. Después se gana el ATP 500 de Barcelona, llega a semifinal del Masters de Madrid y ahora la final de Roland Garros. Ha sido espectacular lo que se ha vivido", parte señalando el doble campeón olímpico.
Nico, acostumbrado a su "nada es imposible, ni una hueá", traspasa esta misma forma de vida a su pupilo. "Obviamente que cuando uno está en una final, siempre quiere ganar. Y, más que nada, yo trabajo desde que era jugador, y hoy como entrenador, pensando en que las cosas sí pueden ocurrir. Yo soy un convencido del trabajo y de la dedicación, y trabajo siempre pensando en que las cosas en el futuro pueden pasar. Puede ser a corto plazo o largo plazo. Simplemente yo trabajo para que sucedan y hay que ser agradecido de que las cosas han sido increíbles en tan pocos años, como jugador y ahora como entrenador. Siempre he sido una persona positiva", sostiene.
En lo metodológico, el viñamarino entrega muy detalladamente los aspectos que ha trabajado con su dirigido, los que apuntan a generar mayor agresividad e intensidad en su juego. "Desde que empezamos a trabajar con Dominic, tenemos una gran comunicación, tratando de mejorar siempre cada día más. Por ejemplo, cuando estuvimos en cancha rápida, buscamos que cosas chiquititas pudieran hacer una gran diferencia; tratar de ser más impredecibles dentro de la cancha, de tener mayores opciones de juego. Cuando estuvimos en Indian Wells, trabajamos las dos devoluciones; poder devolver atrás, como siempre lo hace, y también devolver adelante, siendo agresivo. En las instancias finales, cuando quiebra, lo hace estando adentro de la cancha", explica.
También hay otras jugadas que la dupla ha ido preparando en este tiempo y que últimamente se han incorporado exitosamente al patrón de juego de Thiem. "Cuando él tiene pelotas de tres cuartos de cancha hacia adelante y tiene que subir a la red, debe tener la claridad para hacerlo; variar con su primer servicio. Cuando pueda, tomar la pelota cuando vaya subiendo. Son muchas cosas que hemos trabajado juntos y creo que hasta ahora ha salido de una manera muy buena", precisa. Y añade: "Los resultados han sido increíbles, esperamos seguir de la misma manera. Él es un gran profesional, entrena increíble; siempre da un cien por ciento en la parte física y tenística. Siempre está con buena predisposición, es un luchador, siempre pelea todas las pelotas. Y para un entrenador, en este caso yo, es muy fácil trabajar con él, porque siempre lo que uno le dice, lo hace. Y lo hace mejor".
Pero no solo con la raqueta se puede encontrar alguna clave, también hay otros elementos relacionados con lo psicológico y con la planificación, que son fundamentales en un tenista de élite. "En el día a día es súper importante estar cerca de él. Desde Salzburgo hasta ahora, he vuelto cuatro o cinco días a mi casa. Hemos trabajado mucho a conciencia", dice el Vampiro, quien cree infinitamente en el potencial de su pupilo, aunque está consciente de que hay factores que mejorar todavía: "Es un jugador que puede jugar en todas las superficies. Tiene el talento para poder hacerlo; también hay que buscar la regularidad, que durante más tiempo del año pueda jugar su mejor tenis. Obviamente hay que mantenerlo sano, elegir bien un calendario adecuado para que él pueda estar con energía y al cien por ciento en todos los torneos".
El sucesor de Nadal
Luego de la victoria de Thiem sobre Novak Djokovic, Massú intentó que la final se retrasara en un día para que su pupilo llegara en mejores condiciones, una petición que la organización del certamen desestimó. "Hay cosas que no se pueden manejar; el tiempo, la lluvia y el viento. Muchas veces hay que adaptarse a las cosas adversas. A veces te puede tocar a favor y otras en contra. Hay una parte del cuadro que jugó un día antes y otra que jugó un día después. Se dio de esa manera. Obviamente, uno no elige esas situaciones, pero uno tiene que estar preparado. Dominic siempre las enfrenta de la mejor manera, siempre está con predisposición. Y así lo hizo ayer", afirma, aunque luego agrega: "Si hubiera tenido un día más de descanso, o un día entremedio, lógicamente hubiera tenido mayor recuperación y a lo mejor habría podido aguantar el ritmo de los dos primeros sets, que fue de un nivel altísimo de tenis. De los mejores que ha habido en Roland Garros en los últimos años. La intensidad de los dos primeros sets fue espectacular. Para haber aguantado un tercer, un cuarto o quizás un quinto set, había que estar con esa misma energía y con la misma fuerza. Pero cuando tienes a un tipo como Rafa Nadal, que te mantiene al límite y te hace jugar todos los puntos, con un poquito que bajes, es muy difícil poder ganar. Y eso fue lo que pasó. Dominic bajó un poquito la intensidad, un poquito la fuerza en sus golpes, la energía... y Rafa marcó la diferencia. Quizás con un día más, podría haber aguantado más tiempo eso, pero son cosas que suceden y Rafa es un gran ganador, un gran luchador, un ejemplo de deportista, y hay que seguir trabajando para que algún día Dominic se gane Roland Garros o un Grand Slam, que seguramente así va a ser. Tengo toda la confianza".
La crítica mundial es casi unánime y plantea que Thiem va a ser el sucesor de Nadal, al menos en polvo de ladrillo, una opinión que el también capitán de Copa Davis comparte. "Lo que pasa es que Dominic entiende muy bien el juego sobre arcilla. El nivel y lo cómodo que juega sobre esta superficie es espectacular. Los resultados también lo dicen a lo largo de su carrera. Entonces, obviamente al tener 25 años, al ser muy joven todavía y también tener mucha experiencia en instancias finales, hacen que el futuro… No, el presente, porque ya es presente, y el futuro sean con visión de mucho éxito y seguramente lo va a ser. No solamente en arcilla. Como lo dicen todos, el mismo Rafa, y lo piensa toda la gente que está alrededor del tenis: Dominic es un un gran campeón y va a venir cada año con más fuerza y con más ganas de querer ganar acá en París, que es su sueño", sentencia.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.