“Entusiastamente defendiendo al gobierno de Chile”, dijo en tono de broma el senador y presidente del Partido Republicano, Rojo Edwards, al anunciar su voto a favor de una indicación presentada por el Ejecutivo en el proyecto que optimiza la transparencia en votaciones populares durante la sesión del martes pasado de la Comisión de Gobierno del Senado.

A la sesión había concurrido la subsecretaria general de la Presidencia, Macarena Lobos, a defender la enmienda, que recibió un respaldo unánime.

Al escuchar las palabras de Edwards -que en realidad seguía una broma del senador Álvaro Elizalde (PS), quien dijo que votaba a favor de la indicación “entusiastamente”-, Lobos se rió y dijo que iba a llevarse “a la casa esta grabación”.

A su turno, el senador Manuel José Ossandón (RN) también siguió con el juego. “A pesar de que tengo profundas diferencias con Elizalde y el Rojo está teñido, entusiastamente a favor”, dijo alargando las risas.

La votación concluyó con apoyo de la senadora Luz Ebensperger (UDI), quien a esa hora conducía la sesión. Aunque sonreía al igual que todos los presentes, sus palabras fueron en tono serio, pero no menos elogioso para la propuesta de Lobos. “Resuelve de mejor manera el objetivo del proyecto, lo que valoro”, le dijo a la subsecretaria, quien agradeció el respaldo unánime a la indicación.

El clima de la sesión era una muestra del lazo que ha logrado establecer Lobos con la oposición, especialmente en la Cámara Alta, donde ha compensado en parte la relación tensa que hoy tiene el ministro secretario general de la Presidencia (Segpres), Giorgio Jackson, con la derecha, la DC y algunos sectores del PS y el PPD dentro de la Cámara Alta.

En la Cámara de Diputadas y Diputados, se produce un fenómeno parecido, pero con otro actor del Ejecutivo. Debido a los períodos en que estuvo en esa corporación, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve (PS), es el nexo favorito de los diputados opositores y de algunos grupos del oficialismo, supliendo la relación de altibajos que ha tenido la titular de esa cartera, Izkia Siches, y el mismo Jackson con el Congreso. Ambos secretarios de Estado están cuestionados por sus respectivos roles y se asoman como posibles cartas a ser removidas si es que el Presidente Gabriel Boric decide hacer un ajuste ministerial después del plebiscito, según creen varios personeros del oficialismo.

En la derecha, en todo caso, dicen que el principal interlocutor del gobierno es el propio Presidente Gabriel Boric, con quien los principales dirigentes del sector han abordado la posibilidad de un acuerdo en materia constitucional luego de los comicios. Con él, agregan varias fuentes, es la figura principal del Ejecutivo con quien han visto ese tema. Para todas las otras materias: asuntos legislativos en proyectos de ley, seguridad y temas políticas de otra índole lo hacen con Lobos o Monsalve, con quienes, agregan, encuentran respuestas rápidas a los problemas o dudas, a diferencia de cuando recurren a los ministros del comité político.

Aunque Lobos desarrolla un bajo perfil, varios personeros de oposición le reconocen su experiencia legislativa a la abogada independiente, que comenzó trabajando como asesora en el Ministerio del Trabajo y luego se forjó en Cieplan, centro de pensamiento ligado a la DC. Desde ese espacio, asesoró no solo a legisladores falangistas, también a parlamentarios del PPD y el PS.

En el último gobierno de Michelle Bachelet, fue subsecretaria de Hacienda y al llegar Gabriel Boric a La Moneda se convirtió en uno los fichajes profesionales del antiguo mundo concertacionista.

A pesar de que tiene fama de negociadora meticulosa, la subsecretaria suele tener un trato deferente y dar respuestas rápidas a la oposición. Un ejemplo de ello fue la tramitación de la fallida reforma sobre infraestructura crítica, de autoría de los senadores independientes RN, Kenneth Pugh, y Carmen Gloria Aravena.

Cuando el Ejecutivo ingresó un veto presidencial sustitutivo que corregía el texto aprobado por el Congreso, Pugh cuestionó que se usara el concepto “a cargo” para definir el rol que tendría el jefe de las fuerzas militares en tareas de seguridad interna. A su juicio la palabra correcta debía ser “al mando” para dejar en claro que se trataría siempre de un militar y no civil.

Aunque era solo una sutileza, la subsecretaria accedió a reingresar la propuesta presidencial, a pesar de la complejidad que implicaba arreglar el veto -que solo se podía aprobar o rechazar-, únicamente para satisfacer la exigencia de uno de los autores de la reforma.

A juicio del jefe de bancada de senadores UDI Ivan Moreira, “el ministro Segpres (Giorgio Jackson) hace mucho tiempo dejó de ser interlocutor con el Senado. Hay profundas diferencias. Macarena Lobos es la única persona con la cual tenemos algún tipo de relación”.

Dentro de los senadores de derecha son varios los que declaran su preferencia por tratar temas legislativos con Lobos. Además de Rojo Edwards, los senadores Juan Antonio Coloma (UDI) y Francisco Chahuán (presidente de RN), son otros de los puentes estables de la subsecretaria con la oposición.

Monsalve, médico de profesión, fue durante 16 años diputado por Arauco. Su estilo reposado y su trato afable le granjeó más amigos que rivales en su paso por la Cámara.

En el último período integraba la Comisión de Hacienda, donde se transformó en un puente estratégico para el gobierno de Sebastián Piñera, que al igual que la administración de Gabriel Boric estaba en minoría en ambas cámaras.

A pesar de que Monsalve siempre fue crítico de la política de seguridad y de iniciativas penales que impulsó Piñera, en su nuevo rol ha tenido que desdecirse y hacer propias estas medidas que él mismo cuestionaba como parlamentario. Por ejemplo, frente a los estados de excepción o el proyecto que aumenta las penas por el robo de la madera, él votó sistemáticamente en contra.

Su giro en materia de seguridad pública, sin embargo, no ha sido tema para sus interlocutores en la oposición. No se lo reprochan, por el contrario, se lo valoran.

“En política, no debería haber revanchismo. Ellos se han dado cuenta que otra cosa es con guitarra. Uno tiene que honrar ese cambio”, dice el diputado RN Miguel Mellado, conocido por sus intervenciones incisivas contra La Moneda.

“Tengo mucho respeto por Manuel. Cuando él da la palabra, la cumple. Eso en política es muy importante. Es una persona tranquila y que escucha”, añade Mellado.

Cada vez que va al Congreso, almuerza con diputados. La última vez fue con la bancada de RN.

En todo caso hay senadores y también alcaldes opositores que prefieren entenderse con Monsalve. Por ejemplo, el pasado 4 de agosto, cuando concurrió un grupo de jefes comunales de derecha a entregar una carta con exigencias de seguridad a La Moneda, Evelyn Matthei también tuvo palabras para él. “El único que sabe un poco más (de seguridad) es el subsecretario Monsalve”, dijo la alcaldesa de Providencia.