Misión Scicluna a Osorno: ¿Visita pastoral o intervención?
Mediante un comunicado de prensa, el Vaticano informó que el arzobispo Charles Scicluna, junto al sacerdote Jordi Bertomeu, viajarán "en los próximos días" a la diócesis del sur. Además, el Papa Francisco envió una carta pública a los creyentes del país y reitera que no basta con renovar a la jerarquía eclesial.
En circunstancias normales, si el Papa designara un "enviado especial" para viajar a una diócesis, cualquiera que fuese, probablemente le informaría primero a la Conferencia Episcopal de ese país, con bastante antelación. La noticia la daría a conocer el Nuncio Apostólico, tal vez ya hecha la coordinación de fechas, horas, alojamientos y demases. Y el obispo del lugar lo recibiría en el aeropuerto, le mostraría el trabajo con la comunidad, sus necesidades y potenciales, y hasta lo invitaría a conocer los atractivos criollos.
Eso, en el país del Edén.
Ayer, pasadas las 07.00 horas, el Vaticano anunció, vía comunicado de prensa, una nueva misión eclesiástica para Chile. Lo que ocurre, por cierto, de una forma muy diferente de aquellos viejos ideales canónicos. La realidad de la Iglesia Católica del país es otra. Y su relación con Roma también.
Mediante una declaración del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke, se informó que "con el fin de avanzar en el proceso de reparación y sanación de las víctimas de abusos, en los próximos días partirán de nuevo a Chile S.E. Charles Scicluna y Mons. Jordi Bertomeu, esta vez en misión a la diócesis de Osorno, de acuerdo con el Papa Francisco".
Además, en el mismo y escueto documento, Burke reiteró que "este próximo fin de semana (el inmediato), tal y como estaba previsto, el Santo Padre hospedará en la Casa Santa Marta a un grupo de sacerdotes chilenos", añadiendo que "mientras tanto, el Papa hará llegar al presidente de la Conferencia Episcopal de Chile una carta redactada personalmente y dirigida a todo el Pueblo de Dios, como había prometido a los obispos".
Esquirlas de la reunión
¿A qué vienen Scicluna y Bertomeu? ¿Se trata de una intervención a la diócesis de Osorno?
Lo primero será decir que el comunicado del Vaticano, como ya se ha hecho frecuente en el último tiempo, se emitió en forma directa desde su web. En la Conferencia Episcopal de Chile parecen haberse enterado de la decisión al mismo tiempo que cualquiera que visite esa página oficial.
De la Nunciatura Apostólica chilena, en tanto, encabezada por el cuestionado Ivo Scapolo, no ha habido comunicado que dé luces respecto de la misión o de si fue previamente consultada.
Y en relación a Osorno y su obispo, Juan Barros Madrid, ni hablar. Nadie sabe dónde está. El pasado 19 de abril se envió un comunicado de tres líneas contando lo siguiente: "Se informa que nuestro obispo permanece con alguna dificultad en su salud y se agradece la comprensión y oraciones. A la vez que reitera su permanente disponibilidad a las orientaciones del Santo Padre".
Esto fue hace un mes y medio, una semana después de que el Papa les enviara una carta a los obispos declarando "dolor y vergüenza" por el tratamiento de los casos de abuso, reconociendo su error de valoración en el tema, acusando que no recibió información "veraz y equilibrada" y citándolos a todos al Vaticano.
Tras ello, nunca más se vio a Barros en la diócesis, pero sí en Roma, en aquella reunión en la cual el Pontífice, mediante un documento que trascendió, cuestionó duramente el actuar de los prelados, entre otras cosas, frente al manejo de las denuncias y casos de abuso. Y lo hizo fundamentalmente amparado en el informe de 2.300 folios que el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, junto al notario eclesiástico Jordi Bertomeu, redactó sobre la situación de Chile, a partir de su visita de mediados de febrero pasado.
Y ahora regresan. A Osorno.
Misión y administrador
La especialista en temas canónicos Anastasía Assimakópulos, académica de la U. los Andes, es clara. "La declaración de prensa señala que Mons. Scicluna y Mons. Bertomeu vienen a una misión especial a Osorno. Es decir, de modo semejante a la primera vez. En términos jurídicos, vienen con potestad delegada del Romano Pontífice, quien por su potestad de gobierno de la Iglesia Católica puede inspeccionar la situación de una diócesis. Si fuera una intervención y que Monseñor Scicluna gobernará la diócesis en vez del obispo, lo diría expresamente".
Para ese tipo de casos, probablemente se habría hablado de un visitador o administrador apostólico.
Assimakópulos añadió que "esta comisión actúa por mandato del Papa. No requiere ser aceptada su presencia en la diócesis. La recibirá el obispo. Si no está en la diócesis, lo recibirá el vicario general de la diócesis".
Actualmente, ese cargo recae en el sacerdote Rudolf Bornschein.
El sacerdote y experto en temas canónicos, Francisco Walker, también subrayó que "no se habla de administrador apostólico, sino de una misión pastoral, que tiene que ver más bien con escuchar, acoger, acercarse al pueblo. Por ahora no se puede decir mucho, pero también da la idea de la preocupación del Santo Padre por esta diócesis".
Una visión más escéptica la aporta Juan Carlos Claret, vocero del grupo de laicos y laicas de Osorno que se han opuesto a la designación y gestión de Barros.
"Que venga esta misión es significativo, porque somos un lugar muy abandonado, incluso por el Papa. Pero no sabemos a qué vienen. Si es por los abusos, eso ya se lo explicaron a Francisco las víctimas de Karadima y ahora hay allá sacerdotes por el mismo tema. Lo tiene claro".
Agregó que "si es por la situación de la diócesis, nosotros mismos le entregamos a ellos (Scicluna y Bertomeu) un expediente de 500 páginas en su misión de febrero. Ya saben lo que ocurre aquí. Solo esperamos que este nuevo viaje sea una ayuda, pero no que se dilaten más la decisiones que se deben tomar".
Carta del Papa
Al cierre de La Tercera PM la Conferencia Episcopal dio a conocer la carta enviada por el Papa Francisco. En ella, no se mencionan destituciones ni acciones concretas, sino lineamientos respecto de la situación de Chile.
"Hoy somos retados a mirar de frente, asumir y sufrir el conflicto, y así poder resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo caminar", dice el Pontífice.
Sobre la misión original de Scicluna, plantea que "existían situaciones que no sabíamos ver y escuchar. Como Iglesia no podíamos seguir caminando ignorando el dolor de nuestros hermanos".
Luego, respecto de los encuentros con algunas víctimas de abuso sexual, de poder y de conciencia, el Papa expresa su constatación sobre "cómo la falta de reconocimiento/escucha de sus historias, como también del reconocimiento/aceptación de los errores y las omisiones en todo el proceso, nos impiden hacer camino. Un reconocimiento que quiere ser más que una expresión de buena voluntad hacia las víctimas, más bien quiere ser una nueva forma de pararnos frente a la vida, frente a los demás y frente a Dios".
Por otro lado, Francisco comparte "su reconocimiento de personas a las que me gusta llamar santos de la puerta de al lado. Seríamos injustos si al lado de nuestro dolor y nuestra vergüenza por estas estructuras de abuso y encubrimiento que tanto se han perpetuado y tanto mal han hecho, no reconociéramos a muchos fieles laicos, consagrados, consagradas, sacerdotes, obispos que han dado la vida por amor en las zonas más recónditas de la querida tierra chilena".
También reitera que "la renovación en la jerarquía eclesial por sí misma no genera la transformación a la que el Espíritu Santo nos impulsa. Se nos exige promover conjuntamente una transformación eclesial que nos involucre a todos".
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.