Muere Ernesto Clavería, pionero de los megaconciertos en Chile y el productor que trajo a Rod Stewart en 1989
El promotor es hasta hoy sinónimo del inicio de la música en vivo a gran escala en el país, tan habitual en los últimos años, con hitos como el debut de Stewart, la compleja experiencia de Rock in Chile y la polémica con Michael Jackson y su concierto cancelado.
Entre fines de los 80 y principios de los 90, fue uno de los hombres más poderosos del espectáculo nacional: el empresario capaz de traer al país a superestrellas internacionales que años antes ni siquiera sabían ubicar a Chile en el mapa, el personaje que en apenas un par de meses se codeaba sin rodeos ni credenciales con Rod Stewart, David Bowie o Michael Jackson.
Todo un firmamento resumido por esos años en el nombre de Ernesto Clavería, productor que a través de su firma Prodin empezó a abrir a Chile hacia los megaconciertos extranjeros, hoy un hábito pero hace tres décadas toda una rareza.
Su primer gran golpe sucedió esa noche inolvidable del 7 de marzo de 1989, cuando instaló a Rod Stewart ante 80 mil personas en el Estadio Nacional.
“Era un riesgo: los hijos tenían que estudiar, los padres que trabajar. Sin embargo nos atrevimos. Era nuestra oportunidad de crecer”, dijo el año pasado a La Tercera sobre el tema, rememorando un espectáculo levantado entre la precariedad técnica y un país aún escéptico de los encuentros multitudinarios.
Todo pareció esfumarse cuando el británico salió a escena con el hit Hot legs y minutos después empezó a patear balones de fútbol hacia la cancha.
Tras el boom inicial, trajo también por primera vez a artistas como Santana, Phil Collins y Chick Corea, aunque el vértigo propio de la inexperiencia lo llevó a ciertos tropezones: el fracasado festival Rock in Chile en el mismo coliseo de Ñuñoa –con un público exiguo para leyendas del calibre de Eric Clapton y David Bowie-, y el turbulento paso de Michael Jackson en 1993, con un recital cancelado y en la previa de las acusaciones que después tumbarían sin retorno al Rey del pop.
La controversia llevó a Clavería a demandar a Jackson y Mamma Concert, la empresa que manejó el tour. Una corte de Los Angeles tipificó la falta del estadounidense como Rico Act -una de las penalizaciones más graves de EE.UU.- y obligó a su séquito a devolver toda la plata adeudada al chileno.
Eso sí, en otro movimiento algo maldito, la firma se declaró en bancarrota y los jueces determinaron que Clavería sólo recibiera un porcentaje ínfimo de indemnización.
Con ese currículum entre la gloria y las dificultades, Clavería dejó Chile a mediados de los 90 con destino a Puerto Rico y se dedicó a un rubro de mínima relación con los escenarios: las exportaciones de productos agrícolas. Eso sí, su nombre siguió establecido como sinónimo de ese hito pionero en la entretención chilena.
Esta mañana el promotor falleció en Puerto Rico como consecuencia de un cáncer al pulmón, según cuentan a este diario fuentes cercanas a su familia. Se espera que su cuerpo sea trasladado a Chile en los próximos días.
Su biografía acredita que nació en Santiago y, a principios de los 70, estudió Ingeniería en la Universidad Federico Santa María, de Valparaíso, donde se hizo cargo de las actividades recreativas. Levantó festivales, donde programaba indistintamente a Los Huasos Quincheros y Quilapayún.
Fue el punto de no retorno: dejó las matemáticas por la música. Movió artistas para los estelares –también vio un nicho en el rock argentino de ese tiempo, gracias a las venidas de Charly García y Soda Stereo- y se ganó la confianza de peces gordos como Gonzalo Bertrán. En los 80 se asoció con Jorge Saint Jean, hoy esposo de Myriam Hernández, para inaugurar Prodin. Hasta que creció su apetito y se atrevió con Stewart.
Hace unos años reconocía que fue uno de los pocos proyectos con números azules. Como contraparte, armó la cita que, para muchos, fue la alerta de su debacle, Rock in Chile.
Como fuere, esos conciertos en estadios, festivales, con estrellas inimaginables diciendo “¡Hola Chile!”, esas experiencias que en este 2020 pandémico tanto extrañamos, tienen parte importante de su origen en Ernesto Clavería.
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