Ni Bush se atrevió con Irán: La osada apuesta de Trump en Medio Oriente

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Esta imagen difundida por el gobierno iraquí muestra un vehículo destruido en el aeropuerto de Bagdad. FOTO: AFP

La muerte de quien fuera considerado uno de los hombres más poderosos de Irán, Qassem Soleimani, representa una escalada en la tensión entre Washington y Teherán, que atenta con desestabilizar Medio Oriente.


Como jefe de inteligencia de Irán y uno de los hombres más poderosos del país, el general Qassem Soleimani siempre estuvo en la mira de Estados Unidos, pero ni el ex Presidente George W. Bush ni su sucesor Barack Obama realizaron un ataque en su contra. Es por eso que la decisión del Presidente Donald Trump de matarlo en el aeropuerto de Bagdad (Irak) encendió las alarmas sobre una mayor escalada en la tensión entre Washington y Teherán. "Estados Unidos e Irán se encuentran en una confrontación regional amplia que llegará a ser más grande y más peligrosa. Irán construirá un arma nuclear en el largo plazo", advirtió a La Tercera Bruce Riedel, exagente de la CIA por 30 años, varios de los cuales fue designado en Medio Oriente.

Ante el temor de una respuesta de Teherán y de sus grupos subsidiarios, Estados Unidos pidió a sus ciudadanos que salgan de Irak "inmediatamente". La embajada norteamericana en Bagdad, que fue atacada por milicianos respaldados por Irán y otros manifestantes a principios de semana, está cerrada y todos los servicios consulares quedaron suspendidos, informó el Departamento de Estado. Actualmente en Irak hay aproximadamente 5.200 soldados estadounidenses que colaboran en la formación de las fuerzas locales y en la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico.

Mientras que el líder supremo de Irán, el ayatola Ali Jamenei, advirtió que a Washington "le esperan fuertes represalias" tras el ataque, y se refirió a Soleimani como "la cara internacional de la resistencia". Además, declaró tres días de luto por la muerte del general.

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Manifestación en repudio al ataque que mató al general iraní Qassem Soleimani. FOTO: AP[/caption]

"Los eventos en Bagdad representan una clara e importante escalada de las tensiones entre Estados Unidos e Irán que se habían estado cultivando por meses, pero que no habían estallado en un conflicto armado directa o indirectamente. Basado en patrones anteriores, Irán casi seguro que va a tomar represalias por el asesinato de Soleimani, aunque en el pasado Teherán ha esperado largos períodos antes de responder", escribió el think tank Soufan Center.

La muerte de Soleimani fue recibida con alegría y pesar en distintos países en Medio Oriente. En Basora, Irak, decenas de personas salieron a celebrar ya que lo responsabilizaban de reprimir las protestas desde octubre contra el gobierno iraquí  de Abdel Abdul Mahdi, las que han dejado al menos 500 muertos y miles de detenidos. También se registraron celebraciones en Siria. Mientras que miles de personas en Irán condenaron el ataque.

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Meses de tensión

Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, las relaciones entre Estados Unidos e Irán se han deteriorado al punto que por estos días crece el temor de un enfrentamiento armado. La actual crisis con la República Islámica comenzó en mayo de 2018, cuando Washington se retiró del acuerdo nuclear multilateral con Irán, y aumentó de tono en junio de 2019 después de que Teherán derribara un dron de vigilancia estadounidense. Luego de ese último incidente, Trump reconoció que había ordenado un ataque militar contra ciertos lugares en Irán, pero que se había arrepentido al saber el número de muertos que provocaría. "Diez minutos antes de la ofensiva, la detuve", dijo en junio del año pasado. Además, Estados Unidos culpa a Irán de varias agresiones a buques cisterna, así como de un ataque en septiembre contra la industria petrolera de Arabia Saudita que provocó la reducción temporal de su producción a la mitad.

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El líder supremo Ali Jamenei abraza al general Qassem Soleimani en enero de 2017. FOTO: Europapress[/caption]

El último incidente ocurrió la semana pasada, cuando un contratista estadounidense que trabajaba en Irak murió en un ataque con cohetes atribuido a las Fuerzas de Movilización Popular, que tienen vínculos con Irán. Washington respondió el domingo bombardeando cinco bases de la milicia islamista en Irak y Siria. La respuesta de Teherán no tardó en llegar y una serie de manifestantes –comandados por Soleimani- irrumpieron en las afueras de la embajada de Estados Unidos en Bagdad. Los manifestantes se retiraron luego de una suerte de acuerdo con el gobierno del primer ministro Abdel Abdul Mahdi, quien se habría comprometido a llevar adelante una ley que fuerza la salida de las fuerzas estadounidenses del país.

Fue en este contexto que Trump, sin autorización del Congreso, autorizó el ataque contra Soleimani, mediante un dron estadounidense el viernes temprano –previo a los rezos de hoy-  en una carretera de acceso al aeropuerto de la capital iraquí. El incidente ocurrió cerca del terminal de carga, luego de que el general iraní bajó de su avión y entró en un auto informó un alto funcionario de seguridad iraquí, que agregó que Soleimani venía de Líbano o Siria.

Los analistas estiman que una de las respuestas de Irán sería movilizar a las milicias chiitas proiraníes, al interior de las KAH, que se conocen popularmente como las Fuerzas de Movilización Popular (PMF) y que lograron derrotar al Estado Islámico. Se estima que estas milicias desestabilicen al gobierno iraquí que ya se encontraba atrapado en el medio entre Estados Unidos e Irán.

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