Niño afgano que se hizo viral con la camiseta de Messi pide ayuda: “Por favor, sálvenme de esta situación”

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Murtaza Ahmadi ganó la camiseta autografiada de Messi y logró conocer al ídolo en 2016. Foto: Unicef

"Estoy atrapado en casa y no puedo salir porque tengo mucho miedo a los talibanes", dijo Murtaza Ahmadi, de 10 años, quien pertenece a una etnia perseguida por los insurgentes.


En enero 2016, la historia del niño afgano Murtaza Ahmadi dio la vuelta al mundo. Tenía cinco años en esos días cuando su hermano Hamayoun subió a Facebook una fotografía suya con una camiseta de plástico pintada con los colores de la selección argentina, el número 10 y el nombre del futbolista Lionel Messi.

En cuestión de segundos su imagen se hizo viral. “Este niño ama a Messi y al fútbol. No es posible para nosotros comprarle una camiseta, ya que solo soy un granjero, por eso sus hermanos decidieron hacerle una de plástico”, explicó su padre Arif en ese entonces.

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Murtaza con su camiseta de la selección argentina hecha de plástico.

En diciembre de aquel año, luego de que la noticia recorriera el mundo y llegara a los oídos del astro argentino, el pequeño pudo cumplir el deseo de encontrarse con el jugador en un amistoso que el Barcelona disputó ante el Al Ahli en Doha, lugar al que fue invitado por los organizadores del Mundial de Qatar 2022.

“A Messi le dije, ‘Quiero quedarme aquí contigo, quiero jugar al fútbol contigo’. Yo no entendía lo que él me decía porque no entendía su idioma. Recuerdo que fui de nuevo hacia él y me dijo que debía ir con mi padre”, rememoró sobre aquel momento, según reportó el sitio Bleacher Report en febrero pasado.

Tiempo después, llegaron dos obsequios enviados por el futbolista: “Cuando vi las cajas pensé que tal vez alguna tenía juguetes para Murtaza y la otra tal vez contenga dólares. Cuando las abrimos había solo una pelota y una camiseta”, recordó su padre.

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Cuando Murtaza conoció a su ídolo, el futbolista argentino Lionel Messi. Foto: AFP.

Pero su encuentro con Messi le ha brindado a Murtaza más desgracias que alegrías, ya que su fama repentina trajo consigo amenazas de extremistas o incluso el miedo al posible secuestro del pequeño, al pensar muchos que la estrella argentina les había hecho una gran donación. “La gente que pasaba por el pueblo preguntaba que cómo vivía, que si Messi nos había mandado mucho dinero. Y empezó a haber gente merodeando la casa por la noche. Fue muy molesto”, lamentó su tío.

La situación se complicó más en noviembre de 2018, cuando los talibanes invadieron Jaghori, su aldea natal en la provincia meridional de Ghazni. “Los talibanes mataban a nuestros parientes y estaban buscando casas. Paraban los automóviles, mataban a sus pasajeros, registraban casas y mataban personas”, dijo Murtaza a CNN en febrero de 2019.

Y es que desde el día en que Murtaza se hizo famoso, la situación de la familia se agravó aún más por el hecho de pertenecer a la minoría hazara, un grupo de chiitas afganos perseguidos por los talibanes y brutalmente atacados por el Estado Islámico Khorasan, la franquicia afgana del grupo yihadista Estado Islámico.

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Murtaza juega con la camiseta que fabricó con una bolsa plástica. Foto: AFP.

El periplo del pequeño desde entonces lo llevó a escapar junto a su madre a la cercana ciudad de Bamyan y luego a Kabul, a 300 kilómetros de su hogar, a la casa de un tío, en donde al menos podía sociabilizar con sus primos, aunque siempre al interior del inmueble. Pero al miedo a salir a la calle por temor a los secuestros se unió una escalada de atentados en la capital afgana. “Había muchas explosiones por todas partes. Boom”, relató Murtaza.

En su desesperación, los Ahmadi incluso se trasladaron a Pakistán, donde llegaron a pedir asilo en Estados Unidos. En su petición incluyó una carta de los talibanes donde amenazaban con capturar a la familia. “Arrepiéntanse de sus acciones con Messi”, decía la misiva. La petición de asilo nunca fue atendida ni aceptada. Un funcionario explicó a Bleacher Report que muchos utilizan falsas amenazas de ese estilo para obtener ayuda. Ante la negativa, los Ahmadi tuvieron que volver a Jaghori.

Murtaza, tiene ahora 10 años, vive con su familia en un departamento de Kabul, adonde huyeron hace dos meses desde Jaghori, escapando de los ataques talibanes. “Estoy atrapado en casa y no puedo salir porque tengo mucho miedo a los talibanes”, dijo el niño a la agencia EFE. “Quiero viajar a un lugar seguro desde Afganistán. Por favor, sálvenme de esta situación”, rogó el pequeño, que pidió ayuda a los futbolistas del mundo, en especial a Messi, para que pueda salir con su familia del país y “jugar al fútbol en paz”.

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Murtaza Ahmadi, aficionado afgano de Lionel Messi, juega al fútbol fuera de su casa en Kabul. Foto: Reuters

Su familia y el propio Murtaza aseguran que algunas veces, durante la noche, el niño despierta entre gritos por miedo a los insurgentes: “En mi sueño veo que los talibanes vienen, llaman a la puerta y me gritan”.

“¿Qué nos sucederá? Ya estábamos bajo amenaza”, explicó a EFE Mahdia Ahmadi, una hermana del menor, de 22 años, que detalló que cuando llegaron a Kabul hace dos meses, la ciudad era segura, e incluso tenían a policías y soldados que los protegían. Ahora “no tenemos a nadie”, y siempre que “llaman a la puerta, Murtaza piensa que son los talibanes y corre hacia mí o mi madre para esconderse”, asegura la joven.

Las amenazas impidieron incluso a Murtaza acudir a la escuela durante años, y ahora la familia solo desea abandonar el país para poder refugiarse en un lugar seguro lejos de unos talibanes que, según algunas denuncias, han empezado a tomar represalias.

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