“No más destrucción”: ¿Qué pasó con los lugares ícono que fueron quemados o destrozados durante el estallido social?

Tras el 18 de octubre de 2019, el país fue testigo de una extendida afectación al patrimonio nacional, con daños y alteraciones en 2.571 inmuebles patrimoniales, de los cuales 1.617 corresponden a Monumentos Nacionales y 643 a Monumentos Públicos (MP), según el Catastro Georreferenciado para Recuperación Patrimonial realizado por el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) y el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural.

Santiago, Coquimbo y Valparaíso fueron las regiones que más daños a monumentos públicos presentaron, desde rayados con aerosol, pintura y elementos adheridos hasta deformaciones, pérdida de piezas, colapso y quema de infraestructura.

A tres años de los hechos, las autoridades aún buscan completar la recuperación y restauración. Sin embargo, hasta la fecha gran parte de los inmuebles sigue en su mismo estado de destrucción, entre ellos la Iglesia de la Veracruz, en Barrio Lastarria; la ex iglesia de Carabineros, ingresos a estaciones de Metro y hoteles.

En ese escenario, la municipalidad de Providencia ha tomado protagonismo en la restauración de espacios públicos, luego de que este jueves comenzaran los trabajos de remodelación y recuperación de la Plaza Baquedano, uniéndose a los trabajos que ya se realizan en el Café Literario.

De acuerdo con la Ley de Monumentos Nacionales, son los propietarios los responsables de mantener los Monumentos Históricos, así como los municipios e intendencias los que deben resguardar los monumentos públicos, con supervisión del CMN.

Ha sido centro de reunión y manifestaciones desde octubre de 2019. La zona pasó a ser protagonista de intervenciones culturales y políticas, pero también del vandalismo, lo que gatillo que finalmente la estatua del general Manuel Baquedano fuera retirada, restaurada y, finalmente, instalada en el Museo Histórico y Militar.

El pasado 12 de octubre la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, anunció un ambicioso plan para recuperar el sector, que comprende limpieza y embellecimiento de lugares públicos. Según la jefa comunal, el plan tendrá una inversión de $ 4.200 millones: $ 3.200 millones de la municipalidad y $ 1.000 millones provenientes de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere).

Y este jueves comenzó su remodelación. Según la jefa comunal, el proyecto busca instalar nuevas áreas verdes en la rotonda del lugar que ha sido vandalizado en numerosas ocasiones. Además, se buscará limpiar fachadas y recuperar lugares públicos que han sido destruidos para luego retirar la capa superior de tierra de la rotonda, plantar flores y pasto de bajo consumo hídrico, y se dispondrán regadores automáticos. Todo esto con un costo de $30 millones.

Por último, se retirará la base del monumento en donde yacía la escultura del general Baquedano, lo que fue aprobado previamente por el CMN.

Emplazado en el Parque Bustamante, entre las calles María Luisa Santander y Juana de Lestonac, el lugar fue destruido durante las manifestaciones en Plaza Baquedano para el estallido social, lo que dejó inutilizable tanto su estructura como su inmobiliario, además de quemar una colección de 10 mil libros.

Desde inicios de 2020, la Municipalidad de Providencia comenzó una serie de gestiones para reabrirlo. En mayo de ese año, el gobierno comunal comenzó una licitación de “diagnóstico y rehabilitación” y a fines de septiembre el municipio informó el inicio de las obras de rehabilitación que contemplarán la reconstrucción, limpieza y reparación de todas las instalaciones y elementos dañados directamente por el fuego y vandalismo; instalaciones eléctricas, detección y extinción de fuego, evacuación, accesibilidad universal; y renovación de tecnología de materiales como cielos, iluminación, protección contra el fuego y barrera de protección.

“Es un espacio realmente muy querido y muy necesitado por la comunidad”, dijo Matthei, quien adelantó que se invertirán $ 1.500 millones para su optimización y se espera que esté listo para el segundo semestre de 2023.

El ingreso por avenida Vicuña Mackenna a la estación Baquedano del Metro era el único punto vacío en las horas punta de la capital. Rayados y murales coexistían en el foso cerrado tras el 18-O, lugar en donde funcionó una comisaría de Carabineros hasta 2020 y que, según se acusó, funcionó como un presunto “centro de torturas” en el contexto del estallido social.

Pero actualmente la entrada se mantiene intervenida, con tierra, rayas, carteles y peldaños construidos de forma artesanal. Algunos de los grafitis parecen ser parte de un memorial, como murales, mientras que otras esconden insultos en inglés. Asimismo, se dibujaron las caras de la hoy senadora Fabiola Campillai y de Gustavo Gatica, quienes quedaron ciegos tras recibir proyectiles en noviembre de 2019. También carteles y lienzos con el mensaje “Hermanos Vergara Toledo”, quienes fueron ejecutados en 1985 con tiros a corta distancia por agentes estatales.

Luego de múltiples limpiezas e intentos por devolverla al uso ciudadano, la entrada y salida hacia la estación sigue cerrada y sin planes de una posible reapertura.

“Metro no tiene contemplado habilitar por ahora el ingreso a estación Baquedano, ubicado en la plaza hundida del sector, manteniendo disponibles los accesos de Línea 1 que están frente al teatro de la Universidad de Chile y de Línea 5 en el cabezal norte del Parque Bustamante. La definición futura de este espacio debe considerar y ser parte de la solución integral que se determine para ese sector de la ciudad”, consignó la empresa.

La tarde del 21 de noviembre de 2019, locales del mall ubicado en la comuna de Quilicura fueron incendiados. Tras el hecho, se llevó a cabo un proceso de reparación paulatino y en marzo de 2021 Mall Arauco Quilicura informó la reapertura de la tienda ancla Paris y de más de la mitad de las tiendas de los operadores menores (30).

Actualmente la parte que no fue destruida por el incendio, está 100% operativa y abierta al público (cerca de 50 tiendas).

El 12 de noviembre de 2019, el hotel, ubicado en Providencia, fue incendiado y saqueado. Los daños y robos perpetrados en el recinto dieron lugar a una investigación y posterior juicio, en el que finalmente se determinó que no es posible acreditar la participación de los tres imputados en el siniestro.

A pesar del tiempo, gran parte de la cadena de locales pertenecientes a su dueño, Lucio Torre, siguen sin una posible reapertura. Así lo explicó Juan Carlos Torre, socio de la franquicia: “En el estallido social nos vandalizaron tres de los cuatro hoteles que tenemos en la zona. Todos destruidos por bombas molotov y saqueos de forma permanente. Producto de la pandemia todos nuestros hoteles se paralizaron porque estaban en malas condiciones y además el rubro hotelero en la zona está complicado, a comparación con otros sectores de la capital”.

Si bien durante la pandemia por Covid-19 se usó el hotel ubicado en Merced como residencia sanitaria, esto solo duró unos pocos meses, pues debido a las graves fallas de infraestructura, el Ministerio de Salud decidió dejar el inmueble. Hasta la fecha, sus administradores señalan que no seguirán funcionando como rubro ligado al turismo, sino que se pretende convertir los edificios en residencias para arrendar.

“Hemos tenido un abandono por parte de las autoridades y el gobierno. El estallido fue hace tres años, pero nosotros seguimos pagando las consecuencias. Es urgente que se pueda intervenir en la zona centro. No queremos más destrucción”, recalcó Torre.

Las manifestaciones y desmanes no solo se concentraron en Santiago, y el Hotel Costa Real de La Serena, región de Coquimbo, sufrió las consecuencias.

Fue durante la tarde del 26 de noviembre de 2019 que una turba saqueó el recinto ubicado en avenida Francisco de Aguirre 140. Posteriormente fue incendiado, mientras el paso de vehículos era bloqueado con barricadas. Imágenes de los hechos se difundieron por redes sociales.

“El incendio en el hotel Costa Real fue en el segundo piso, y fue complejo porque teníamos huéspedes al interior (...) Tuvimos que hacer búsqueda y rescate de aproximadamente 7 personas. Fue un trabajo arduo y complicado al minuto del rescate”, señaló Bomberos en su momento.

A casi tres años de los incidentes, el dueño del hotel, Selmen Buale, comentó que durante un año completo tuvieron que cerrar el inmueble para intervenir y recuperar los espacios dañados: “Así ya en noviembre de 2020 estábamos funcionando, pero tomó tiempo poner en funcionamiento todo. El momento de los incidentes fue fuerte, ver todo tu esfuerzo reducido a cenizas, pero gracias a Dios hoy estamos funcionando al 100% y de forma normal”, explica.

Declarada como Monumento Nacional en 1983 por decreto del Ministerio de Educación, la Iglesia de la Veracruz es uno de los íconos patrimoniales del Barrio Lastarria que en medio de las jornadas de manifestaciones del 12 de noviembre de 2019 comenzó a incendiarse, dejando su frontis e interior gravemente afectados. Se quemaron elementos decorativos, estucos de las paredes, mobiliario y pinturas y esculturas que se hallaban en la nave.

La iglesia fue construida entre 1852 y 1857, obras que estuvieron a cargo del arquitecto francés Claude François Brunet Des Baines, el mismo tras el diseño de otros emblemáticos edificios de Santiago, como el Teatro Municipal, el ex Congreso Nacional y el Palacio Arzobispal. Su construcción fue una propuesta de Salvador de Tavira, encargado de negocios de España, quien propuso homenajear a Pedro de Valdivia. Para ello ideó la construcción de esta iglesia en dicho lugar, donde se creía que el conquistador español había vivido.

Debido a su valor simbólico, arquitectónico y patrimonial, el Arzobispado de Santiago señaló que la arquidiócesis presentó un proyecto al Consejo de Monumentos Nacionales para su reconstrucción, pero este aún se encuentra en evaluación.

“Al ser un monumento, sus reparaciones tardan más y lamentablemente no hemos podido reabrir. Por ahora las misas han sido suspendidas y el lugar se encuentra cerrado”, comentaron desde la Vicaría.

Durante el estallido social fue uno de los blancos predilectos de los encapuchados: la Iglesia San Francisco de Borja, ubicada a pocos metros de la Plaza Baquedano. El lugar albergaba las ceremonias religiosas de Carabineros, siendo desde 1976 el templo de la policía uniformada.

Pero no fue hasta el viernes 3 de enero de 2020 que la violencia con piedras, rayados y lanzamientos de bombas molotov se intensificó luego de que grupo de 15 encapuchados quemara el 60% de la construcción. Pero los desmanes en su interior no han cesado, de hecho, más del 40% de los vitrales con que contaba la estructura se perdieron producto de la acción de terceros.

Por lo mismo, y tras un incendio registrado el 22 de abril de este año, la institución encabezada por el general Ricardo Yáñez determinó devolver el inmueble al Fisco. Así, a meses de la decisión, el traspaso estaría a poco de materializarse. Según comentó la ministra de Bienes Nacionales, Javiera Toro, a La Tercera, sólo faltaría que la entidad cumpla con la documentación exigida para que la administración recaiga en su cartera y así llevar a cabo la demanda de los vecinos por tranquilidad en el sector.