Nueva pugna oficialista: Ñuñoa sigue el camino de Santiago y se enfrenta al ministro Cordero por Centro de Reinserción Social
El municipio liderado por Emilia Ríos, tal como antes lo hizo Irací Hassler por la posibilidad de una cárcel en su comuna, abre una disputa pública con el Ejecutivo por el traslado de ubicación de un centro hasta un barrio residencial.
Los comentarios publicados en redes sociales por los vecinos de José Domingo Cañas, un barrio residencial de Ñuñoa, encendieron las alarmas en el municipio. Las quejas apuntan directamente a un nuevo Centro de Reinserción Social de Gendarmería, donde personas condenadas a penas sustitutivas (no privativas de libertad) son controladas por personal profesional de la institución. En respuesta a esta situación, el municipio, liderado por la alcaldesa Emilia Ríos (FA), hoy al margen de sus funciones por la campaña electoral, emitió un comunicado abordando los hechos, señalando directamente al Ministerio de Justicia, liderado por Luis Cordero, que instaló, según dicen, sin aviso previo el centro en dicho sector.
Esto viene a abrir otro flanco al gobierno por una situación similar que aún no se resuelve: la de su idea de instalar una nueva cárcel en Santiago, medida que mantiene enfrentada a la alcaldesa de dicha comuna, Irací Hassler, tanto con el ministro de Justicia como con otras reparticiones del Ejecutivo.
Hoy Ñuñoa decide adoptar el mismo camino de rechazo y enfrentamiento público con el gobierno por un nuevo recinto, con las elecciones a la vuelta de la esquina sin poder apartarse del contexto. La municipalidad expresó públicamente su malestar por la ubicación del centro en un barrio residencial, argumentando que afecta directamente la tranquilidad de los residentes. El comunicado señala que el entorno no cuenta con las condiciones necesarias para absorber las externalidades propias de un servicio de estas características, como problemas relacionados con la seguridad y el orden público.
En ese contexto, la municipalidad también ha decidido oficiar al Ministerio de Justicia con el objetivo de revertir esta decisión, debido a los efectos que el centro ha tenido en la comunidad, acorde a su argumento. Así lo detalla el documento firmado por la alcaldesa (s) Fanny Quintanilla al ministro Cordero: “No compartimos y manifestamos nuestro desacuerdo con la nueva ubicación del centro”, se lee en la misiva a la que tuvo acceso La Tercera.
Además, agrega en sus argumentos que se ha visto “una serie de incivilidades en el entorno del centro, provocadas por las personas que realizaban gestiones y trámites en el mismo, tales como vehículos mal estacionados y bloqueo de salidas de edificios por estos mismos, consumo de alcohol y drogas, incluso molestia a transeúntes con interpelaciones inadecuadas, las que generaron incomodidad y temor en los habitantes del sector”.
Una situación que ha enfrentado no solamente a las instituciones, sino que ha traído emplazamientos desde los mismo vecinos al municipio, donde se defienden añadiendo que seguirán resguardando la calidad de vida de los habitantes de Ñuñoa. En este sentido, reiteraron su intención de agotar todas las instancias para lograr que el centro sea reubicado en un lugar más adecuado.
Misma comuna
Desde Gendarmería, a cargo del centro y donde el Ministerio de Justicia derivó las consultas de este medio, pese a que sostienen entender la “legítima preocupación” de los vecinos, recalcan que “queremos transmitir a la comunidad que los usuarios que asisten a esta dependencia tienen un bajo perfil delictual y están a cargo de especialistas que se focalizan en reforzar los procesos de reinserción social”.
“El enfoque de su intervención es disminuir los factores criminógenos que puedan influir en su comportamiento futuro, con altas posibilidades de alcanzar ese objetivo”, añade, sumando el antecedente de que el centro se encuentra instalado “hace décadas en la misma comuna y sin presentar en este lapso inconvenientes en su relación con la comunidad. Este escenario es de nuestro interés preservar, por lo que reafirmamos nuestra disposición a dialogar para aclarar cualquier duda sobre el funcionamiento del recinto”. Antes, en efecto, se encontraba en Ñuñoa, aunque en Avenida Américo Vespucio, casi en la esquina de Diagonal Oriente.
Y agregan: “Aunque no es una exigencia para Gendarmería de Chile, valoramos el entendimiento y la confianza mutua”.
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