Nuevos horarios y seguridad fortalecida: el plan de Lollapalooza Chile para su próxima versión
El evento comenzará y terminará más temprano que lo habitual, en especial el domingo 29, jornada en que se conmemora el Día del Joven Combatiente. Una modificación que implica un esfuerzo de logística con el transporte público y los vuelos desde y hacia Argentina, donde el festival se realizará en paralelo. Además, la producción reforzará la seguridad, con una revisión más rigurosa, más cámaras y detectores de metales y un mayor número de personal capacitado.
Lollapalooza entra en tierra derecha para el inicio de su décima edición en Chile. Una versión cargada de expectativas y nuevos desafíos para los realizadores del mayor festival de música en el país, quienes en paralelo al festejo de su aniversario y a una serie de actividades anexas, trabajan en medidas especiales para el espectáculo del 27, 28 y 29 de marzo en el Parque O'Higgins, en línea con lo que han realizado otros eventos masivos en los últimos meses.
Tal como ocurrió con el Festival de Viña de febrero pasado, Lollapalooza también comenzará y terminará más temprano que lo usual: el espectáculo abrirá sus puertas a las 11.00 horas -los tres días- y el primer concierto de cada jornada comenzará a las 11.30 horas. En tanto, el viernes 27 y sábado 28 el festival terminará a las 22:30 horas, mientras que la jornada de cierre del domingo 29 culminará a las 21:45 horas.
"Hoy día no hay que ser experto para ver que la ciudad se está moviendo de una manera distinta, a partir de los acontecimientos sociales", comenta a La Tercera PM Andrés Varnava, Director de Producción de Lollapalooza Chile. "Existe una baja en el transporte público y también medidas de seguridad que están orientadas a no tener ciertos servicios hasta tan tarde. Entonces, tomando en consideración toda esta temperatura social, política y cultural, nos estamos moviendo un poco más, estamos conversando con nuestros artistas y sus agentes y todos ellos han tomado muy a bien esta práctica de abrir las puertas a las 11.00 y cerrar el festival con anticipación".
Según explica el productor, ha sido un trabajo de meses para definir estos nuevos horarios que lucirá el festival, en coordinación con las autoridades, el transporte público y los propios artistas. Una nueva dinámica, distinta también a las de las otras versiones regionales -su versión argentina, por ejemplo, terminará este año a las 23.30 horas- y que se implementará con especial énfasis en la jornada de cierre del 29 de marzo.
"Ese domingo se conmemora además el Día del Joven combatiente, por lo tanto, la locomoción colectiva en general en la ciudad baja. Entonces queremos terminar ese día a las 21.45 a más tardar, para que las personas puedan organizar de mejor manera su regreso a la casa", explica Varnava.
Las modificaciones no sólo implican una coordinación con autoridades locales y músicos. También con Lollapalooza Argentina, que al igual que en años anteriores se realizará durante los mismos tres días que la versión santiaguina, aunque esta vez con horarios distintos.
"La mayor complejidad está en que nosotros hacemos con Argentina un 'back to back', entonces hay un estrés en los vuelos, por ejemplo, que solo se puede lograr con la experiencia de 10 años que llevamos trabajando en esto", señala el productor.
La seguridad del festival
Los cambios de horario son parte de un plan mayor de logística con el que Lollapalooza enfrenta un año más complejo. En ese sentido, desde la organización de la cita reconocen que las medidas de seguridad del evento, exhaustivas y rigurosas como ha sido la tónica desde 2011, en esta décima edición se verán aún más reforzadas cualitativa y cuantitativamente.
"Nosotros todos los años trabajamos planes robustos, mancomunadamente con la autoridad y nuestros socios norteamericanos, que han pasado por diversas situaciones complejas. Y así como año a año nos preocupamos de la seguridad de los artistas, público y de los más de 9 mil trabajadores, ciertamente tenemos un plan de seguridad fortalecido por la temperatura social que existe hoy, siempre con el convencimiento que Lollapalooza es un evento cultural que le hace bien al país", adelanta Varnava.
Sobre las medidas concretas que lucirá el Parque O’Higgins a fin de mes, el Director de Producción detalla: "Tenemos un incremento en nuestra inteligencia de cámaras, tenemos más cámaras con mejores tecnologías que nos permiten observar mucho mejor lo que sucede dentro del festival y en los perímetros, porque para nosotros los vecinos, los residentes y los comerciantes son muy importantes también. “Hay un plan robustecido con respecto a años anteriores, que cumple con estándares internacionales, con más recurso humano capacitado, con mejores herramientas en tecnología y con procesos específicos en accesos y perímetros”.
Junto con lo anterior, y siguiendo lo implementado por otros festivales extranjeros y nacionales -incluyendo el Festival de Viña 2020-, el evento capitalino instaurará este año una restricción en el tamaño de las mochilas de los asistentes, "para que haya una revisión efectiva pero rápida y así evitar atochamientos", explican.
Y si bien en los años anteriores ya han instalado detectores de metales, esta vez todos los accesos contarán con esta tecnología y con más de un guardia de seguridad en la revisión. “Todos los accesos tienen detector de metales, todos los accesos tienen restricciones en la capacidad de equipaje y una revisión exhaustiva”, detalla el productor, quien añade que también se va a restringir “casi al mínimo” el ingreso de vehículos a los perímetros del parque.
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