Operación “unilateral” y liderada por Rosario Murillo: la trastienda de la sorpresiva liberación y envío de presos políticos nicaragüenses a EE.UU.

Una manifestante participa en una protesta frente a la prisión "La Modelo" para exigir la liberación de los presos políticos en Tipitapa, Nicaragua, el 19 de junio de 2019. Foto: Reuters

Según el líder nicaragüense Daniel Ortega, su régimen “no pidió nada a cambio” por la excarcelación de los 222 prisioneros. Aseguró que su esposa y vicepresidenta fue quien contactó al embajador estadounidense en Managua para proponerle la expulsión de los detenidos.


Aunque altos funcionarios de la administración Biden citados por el diario The New York Times aseguran que la sorpresiva liberación y posterior envío de 222 presos políticos nicaragüenses a Estados Unidos ocurrida el jueves fue un “acuerdo negociado con Washington”, Daniel Ortega dice lo contrario. Según el Presidente de Nicaragua, se trató de un acto “unilateral”, una “decisión soberana” en la que la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo, jugó un rol clave, según reveló el propio líder sandinista.

“Aquí no ha habido ninguna negociación. Eso debe quedar claro”, destacó el mandatario nicaragüense desde el Centro de Convenciones Olof Palme, en Managua, a donde acudió flanqueado por el alto mando militar y policial, así como de representantes de los demás poderes del Estado. “No estamos pidiendo que nos levanten las sanciones (…) No estamos pidiendo nada a cambio”, sostuvo Ortega en el acto transmitido por cadena nacional, y en la que celebró que ahora en Nicaragua no quedan “golpistas”, “terroristas”, ni “mercenarios”.

Partidarios de los presos políticos nicaragüenses cantan en el Aeropuerto Internacional Washington-Dulles, en Virginia, el 9 de febrero de 2023. Foto: AP

“Qué se habrán imaginado ellos que nos irán a pedir. Es un asunto de honor, de dignidad, de patriotismo y de que se lleven a sus mercenarios”, enfatizó el Presidente de Nicaragua. “De parte del gobierno de Estados Unidos no hemos pedido absolutamente nada. No hemos tenido un trueque. Este no es ‘un te doy esto y me das aquello’”, agregó.

Si bien The New York Times asegura que el gobierno de Nicaragua “no buscó nada a cambio” con la liberación de los presos políticos, el periódico interpreta la decisión de Managua como “una forma de señalar el deseo de reiniciar relaciones” con Estados Unidos, citando para ello como fuente a funcionarios de la administración Biden.

Para Ortega, la excarcelación y expatriación hacia Estados Unidos de los 222 prisioneros fue un hecho “sorprendente”. Recordó que en diferentes ocasiones había planteado ese escenario, como el 8 de noviembre de 2021 cuando llamó “hijos de perra de los imperialistas yanquis” a los opositores presos y sugirió que “se los deberían de llevar para los Estados Unidos”, porque, a su juicio, “dejaron de ser nicaragüenses, no tienen patria”.

El Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, encabezan una manifestación en Managua, el 5 de septiembre de 2018. Foto: AP

Y la ocasión se dio “hace unos días” cuando Rosario Murillo, a la que tildó de “copresidenta”, llamó por teléfono al embajador estadounidense en Managua, Kevin Sullivan, quien tenía previsto un viaje a su país, y le planteó que Washington acogiera a los prisioneros. “Me dice Rosario, ‘y ¿por qué no le decimos al embajador que se lleve allá a todos estos terroristas?’. Decile vos -le digo-, tal vez lo escuchan allá”, relató Ortega, seis horas después de la llegada de los 222 presos políticos a Washington.

Según el mandatario nicaragüense, la sede diplomática consultó con el gobierno en Washington sobre la propuesta que, para su sorpresa, fue aceptada. La embajada pidió entonces una lista de los detenidos y ofreció fletar un vuelo para su traslado. Fue Murillo quien se encargó de cotejar y negociar la lista, dijo Ortega, que en un principio contenía 228 nombres.

El líder sandinista dijo que la Casa Blanca vetó a cuatro de ellos, incluido uno, Eliseo de Jesús Castro Baltodano, quien estuvo en prisión en Estados Unidos y luego deportado en febrero de 2006 por violencia contra las mujeres. Los otros tres vetados fueron Walter Antonio Ruiz Rivera, Jaime Enrique Navarrete Blandón y el abogado José Manuel Urbina Lara. “Nos dijeron que ellos no podían. No nos dieron razones”, explicó Ortega.

El excandidato presidencial de Nicaragua, Félix Maradiaga, es recibido por simpatizantes después de llegar desde Managua al Aeropuerto Internacional Washington-Dulles, en Virginia, el 9 de febrero de 2023. Foto: AP

La lista quedó en 224 prisioneros, de ellos viajaron 222, porque dos de ellos no quisieron subir al avión: el obispo Rolando Álvarez y Fanor Alejandro Ramos, este último, condenado también por tráfico de drogas.

Ortega reveló que los funcionarios estadounidenses prestaron especial atención al obispo Álvarez, a quien querían en libertad. Una vez que ambas partes estuvieron de acuerdo con la lista de presos políticos, Washington se comprometió a enviar el avión a Managua. “Habíamos acordado silencio, que no se filtrara nada”, especificó el líder sandinista. “Era un operativo que había que hacerlo con mucha disciplina. Cumplieron ellos y cumplimos nosotros”, resumió.

Insistió, asimismo, que su gobierno decidió “unilateralmente” excarcelar a los prisioneros para enviar “un mensaje para la paz, para la estabilidad, para que el pueblo nicaragüense esté convencido de que todo lo que hacemos es para asegurar la paz”, reiterando, al mismo tiempo, que “no queremos que quede ningún rastro de los mercenarios del imperio en nuestro país”.

Pero no todos los presos políticos fueron liberados el jueves. El Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas dijo haber identificado a 38 personas que no fueron incluidas en la lista de excarcelados. Entre ellos se encuentra monseñor Rolando Álvarez. “Exigimos su liberación inmediata”, pidió la ONG a través de Twitter. Ello, mientras los 222 opositores liberados el jueves y expatriados a Estados Unidos serán despojados de su nacionalidad, según una reforma constitucional aprobada ese mismo día por la Asamblea Nacional de Nicaragua.

Sin embargo, España ofreció este viernes la ciudadanía a los 222 presos políticos nicaragüenses que fueron liberados y trasladados en avión a Estados Unidos el día anterior, dijo el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, al medio de comunicación Servimedia.

“El gobierno ofrece la nacionalidad española a estos 222 presos liberados, ante las noticias de que se ha iniciado el trámite para declararlos apátridas”, afirmó Albares, añadiendo que las autoridades españolas se pondrán en contacto con ellos para que puedan solicitar formalmente la nacionalidad.

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