Pashtana Durrani, profesora y activista afgana: “Los talibanes no nos han aceptado como parte de la civilización”
De 23 años, la joven es la fundadora de LEARN Afganistán, una organización sin fines de lucro que aboga por la educación de las niñas y mujeres en el país.
Desde que los talibanes ingresaron a Kabul y se tomaron el poder en Afganistán, el 15 de agosto pasado, la vida de la profesora y activista que aboga por la educación de las mujeres y niñas, Pashtana Zalmai Khan Durrani, cambió completamente. Desde entonces la joven de 23 años se encuentra escondida del grupo fundamentalista y ha tenido que cambiar su ubicación en varias oportunidades por su seguridad.
“Los talibanes afirman ahora ser más tolerantes, yo estaré de acuerdo con ellos cuando sean realmente tolerantes, cuando pongan fin a los asesinatos selectivos, cuando no se asesine a la gente, cuando las escuelas estén abiertas, cuando se nombre a una mujer para que aborde los problemas de Afganistán sobre las mujeres”, dice Durrani a La Tercera, quien explica que no puede dar a conocer su ubicación. “No me gustaría que me reubicaran de nuevo, ya me han expuesto varias veces”, afirma.
“Actualmente, las mujeres tienen mucho miedo en sus trabajos, tienen miedo por tener trabajos, también temen por sus vidas. Es muy importante que las mujeres sean aceptadas, que las mujeres sean parte de la sociedad, pero es algo que a los talibanes no les gusta hablar. Y los talibanes no nos han aceptado como parte de la civilización o de la nación, lo que hace que sea más irrelevante que las mujeres hablen o que las mujeres se enfrenten cara a cara y al mismo tiempo denuncien a los talibanes”, añade la activista que es conocida como la Malala afgana.
Hace casi tres años, Durrani se dio cuenta del difícil acceso a la información que tienen muchas jóvenes afganas, cuando una prima quería aprender a usar un computador. Ambas, entonces, entendieron que había una necesidad de alfabetización digital en el país y, en especial, en las zonas rurales, donde la conexión es más complicada.
Fue así como nació LEARN Afganistán, una organización sin fines de lucro, donde se cargan materiales didácticos y planes de cursos a los que se accede sin necesidad de conexión a internet. La entidad ya ha ayudado a más de 700 niñas a tener educación, en un país donde la alfabetización de mujeres es una de las más bajas del mundo.
La activista explica que tanto su familia como sus amigos le han manifestado su preocupación por su labor como activista, especialmente desde que los talibanes se tomaran el poder otra vez. Sin embargo, la joven profesora señala que no se va a rendir, porque “las mujeres educadas representan la esperanza de un Afganistán mejor”.
“Abogo por la educación de las mujeres en este momento, más que nunca, porque si perdemos el impulso, si no nos convertimos en parte del nuevo país, y luego se convierte en un país de hombres, no sería algo en lo que seríamos bienvenidas o de lo que formáramos parte”, señala Durrani. “Así que realmente diría que es hora de que hablemos tan alto como podamos para que la gente nos escuche, la comunidad internacional nos escuche. Y solo estoy haciendo mi parte. Estoy tratando de gritar tan fuerte como puedo para que la gente lo haga”, agrega.
Durrani no recuerda cómo era la vida antes de la llegada de las tropas estadounidenses en 2001. De hecho, señala que volvió al país en 2018, tras vivir como refugiada en Quetta, una localidad paquistaní muy cerca de la frontera afgana. En todo caso, no tiene grandes esperanzas sobre la situación en su país.
“Como en el pasado, durante la época de los talibanes, si alguien estaba en el gobierno, sacaban los rencores. Y ahora que volvieron los talibanes, están sacando sus rencores”, concluyó.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.