PDI dice que el 95% de personas desaparecidas finalmente son halladas
Tres casos de presuntas desgracias en Concepción, que han afectado a jóvenes mujeres, uno de los cuales ya fue aclarado de forma positiva, encendieron las alarmas y dudas respecto de este crudo tema. Entre enero y abril pasado se les perdió el rastro a 3.122 chilenos, de los cuales 167 seguían siendo buscados.
Tamara Zurita (21) desapareció el martes 25 de septiembre y Jacqueline Avaria (42) el 23 del mismo mes. Ambas son buscadas de forma desesperada por sus familias y hasta ahora no hay pista que pueda entregar algún indicio de sus paraderos.
Lo último que se supo de Tamara es que el día en que desapareció, salió de su casa, en la comuna de Chiguayante, para ir al consultorio y luego reunirse con un amigo, en un parque en la rivera del rio Biobío. Su madre se comunicó con ella cerca de las 18.30 horas para pedirle que regresará temprano, algo que nunca ocurrió.
Sus padres y amigos realizan una intensa búsqueda en la que participa Carabineros y la PDI. A ellos se unió el Grupo Especializado para Rescate Sub Acuático del cuerpo de Bomberos, para rastrear la ribera del río Biobío.
A Jacqueline, en tanto, su familia la busca desde el 23, cuando fue vista por última vez en el sector Los Cerros de Talcahuano. "Ese día salió de la casa con un maleta y desde ahí le perdimos la pista. Tiene su teléfono apagado y no sabemos nada de ella, estamos desesperados. Ojalá la gente nos pueda ayudar con algún dato, si alguien la vio, que por favor se comunique con la policía", dijo Betzabeth, hermana de la joven desparecida.
Mientras, en Cabrero fue ubicada la universitaria Darling Rioseco (20), quien desde el 28 de septiembre se encontraba con paradero desconocido, tras salir de su trabajo en un supermercado, en la comuna de Hualpén.
De acuerdo a las primeras informaciones, la joven le dijo a su familia que fue secuestrada, drogada y retenida desde el viernes, y que sus captores la soltaron, lo que le permitió recurrir a un retén de Carabineros en busca de ayuda.
Fenómeno
El tema de la desaparición de personas es tan macabro, en términos sociales, como "estable" y de "buen pronóstico", si de estadísticas policiales se trata. Y el espectro de causas es amplio, desde simples "arrancadas de la casa" hasta severas depresiones y la intervención de terceros.
Por curioso que parezca, sin embargo, los parámetros de un año a otro se mantienen en la "corriente de desapariciones". Dicen que cerca del 95% de los casos tienen una resolución positiva. La persona es hallada sin daños ni problemas.
Un informe de la Policía de Investigaciones (PDI), que fue remitido en mayo pasado al diputado Pablo Kast, contiene cifras actualizadas para 2018 del cuatrimestre enero-abril.
En él se informa que durante ese período se recibieron 3.122 denuncias de presuntas desgracias, que es el término técnico para referirse policialmente a una persona desaparecida. Y de estos casos, 167 individuos (5,07 %) continuaban a la fecha de la emisión del documento sin poder ser ubicadas.
"El porcentaje sin ubicar no significa que el caso se archive; esa situación es determinada por el fiscal correspondiente del Ministerio Público. Sin embargo, en nuestro sistema de Gestión Policial (Gepol), estos casos siguen en vigencia hasta que la persona sea habida por un oficial de la PDI", informó la institución.
El mismo informe de la PDI entregó también la estadística de todo el período 2017 (enero a diciembre). "El resultado de los decretos por presunta desgracia que fueron investigados por la PDI a nivel nacional, entre enero a diciembre del año 2017, indica que hubo un total general de 8.726 casos, de los cuales 8.185 fueron investigados con resultado; es decir, las víctimas fueron ubicadas, correspondiendo a un 93,80% de efectividad".
Así, 541 individuos -a diciembre de ese año- seguían sin ser vistos.
También existen dos variables relevantes. Las zonas de denuncia y el género de las víctimas.
Respecto de lo primero, en 2017 el 59,22% de los casos (5.168) ocurrieron en regiones, mientras que el 40,77 (3.558) fueron de la Región Metropolitana. Aquellos parámetros se mantuvieron para los primeros meses de este 2018, cuando el 62,32% de las incidencias fue investigada en regiones y el 38.27% en Santiago.
Algo parecido ocurre con la variable hombre-mujer. Durante 2017, un total de 4.379 desapariciones afectaron a personas de sexo femenino y 4.347 al masculino. Igual en cosa para lo sucedido entre enero-abril de 2018: 1.715 hombre y 1.574 mujeres.
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