Pedro Güell y caso Karamanos: “Tiene costo en lo que este gobierno será evaluado estrictamente, el cumplimiento de sus promesas de estilo”
"Es una tontera formal, claramente... que tiene un costo", dice el presidente de Horizonte Ciudadano al analizar la repercusión que tendrá para el gobierno de Gabriel Boric -ya de corta luna de miel- el episodio que involucró a la pareja del Mandatario esta semana. "Este nuevo gobierno representa una promesa de mayor horizontalidad en el ejercicio de la representación y el poder. Y entonces estos pequeños ripios por supuesto que no ayudan", afirma. El sociólogo habla también del regreso de Michelle Bachelet a Chile: "Va a jugar un rol inspirador en la renovación del pensamiento progresista de izquierda".
Cada dos semanas, Pedro Güell, sociólogo, presidente de la fundación Horizonte Ciudadano de Michelle Bachelet, deja atrás su calma vida en Valdivia para internarse por un par de días en la vorágine de Santiago. En la visita de esta semana, participó en el programa Terapia Chilensis, en radio Duna. Y con la experiencia de haber estado en el Segundo Piso del gobierno de Bachelet, el académico abordó el momento político del gobierno, sus razones para votar Apruebo y el plan de regreso de la expresidenta a Chile.
El diagnóstico actual de Güell tiene, como dice él, varias capas. La primera, cree, es que hay un clima anímico compuesto por la economía del día a día, más la permanencia de la excepcionalidad sanitaria -“nos pasamos de la pandemia del Covid a la viruela del mono”- y el incremento de la delincuencia. De este cóctel, dice Güell, resulta que “el clima anímico hoy está muy pesimista. Y sobre esa perspectiva, todo se evalúa un poco más gris… Y en ese sentido es una de las cosas que explica la cortísima luna de miel del gobierno, independientemente de las dificultades de instalación que han tenido”.
La segunda capa, plantea el sociólogo, es que “hay una evaluación en general de la política con mucha irritación a partir de esta sensación de que no logra reconstruirse normalidad en Chile. El gobierno es como el rostro más visible de la producción de normalidad. Y claro, la sociedad hoy día está en una situación de mucha anormalidad por estas tres variables que comentamos. Entonces la gente está evaluando negativamente”. “Ahora - agrega-, desde la perspectiva del propio gobierno, han tenido dificultades de instalación, hay dificultades en relación a la coalición del gobierno que todavía está tratando de ajustar sus piezas, de construir algo de amistad cívica y es una coalición además que tiene una diferencia generacional y estilo muy importante y eso crea cierta irritación”.
“Mientras más pesimista y deteriorado es el clima anímico del país, menos tolerancia tiene la gente a las esperas. Y por eso que la evaluación del gobierno está muy acelerada y no tuvo siquiera luna de miel”, dice.
En ese sentido, el episodio de Irina Karamanos tiene que haber pegado fuerte. ¿Cómo lo evalúa?
O sea, es una tontera formal, claramente. Y se muestra en el hecho que rápidamente eliminaron ese decreto, que no contribuye y que tiene un costo.
Puede ser una tontera, pero le pega en una línea del discurso y de lo que está intentando construir hoy día Gabriel Boric.
Eso es lo lamentable, que es una tontera que tiene costo porque si no fuese así, bueno, pasa. Pero tiene costo en lo que este gobierno va a ser evaluado muy estrictamente, que es el cumplimiento de sus promesas de estilo y de sus promesas relacionales. Es decir, “nosotros nos vamos a relacionar con la ciudadanía y con los cargos de poder de una manera distinta”. La gente y todos esperamos mucho de eso porque tiene una sociedad muy vertical y este nuevo gobierno representa una promesa de mayor horizontalidad en el ejercicio de la representación y el poder. Y entonces estos pequeños ripios, tonteras formales, por supuesto que no ayudan mucho.
¿Ud. tiene relación con el Presidente Boric?
No, me lo han preguntado otras veces y no me he reunido con el Presidente Boric. No soy asesor del gobierno. Tengo amigos y amigas en el gobierno, con lo cual conversamos de política, a veces me preguntan “qué opinas de esto y qué opinas de lo otro”. Y por supuesto, yo como amigo lo hago, lo he hecho siempre, pero no tengo una relación formal de asesoría con el gobierno.
“Los bacheletistas queremos que esto no sea un paréntesis electoral”
Se ha hablado del ingreso del bacheletismo al gobierno de Gabriel Boric. La muestra clara es Ana Lya Uriarte, muy cercana a la expresidenta Bachelet, y ahora jefa de gabinete de Izkia Siches. ¿Cómo confluyen estos dos mundos?
Mira, el bacheletismo no entra al gobierno porque el bacheletismo no existe. Existen algunos bacheletistas. No hay una orgánica, no nos sentamos unos señores en una mesa a diseñar una estrategia de cómo copar el gobierno, cómo ganar espacio de influencia y que nos llama la presidenta desde Ginebra y nos dice “miren, cabritos, ustedes tienen que...”
Primero, eso es no conocer a la Presidenta. Y no tiene que ver con nosotros. (…) A los bacheletistas, no al bacheletismo, nos interesa que le vaya muy bien a este gobierno porque queremos apoyar este nuevo ciclo, una lógica distinta en el ejercicio del poder. Queremos que esto no sea un paréntesis electoral, que lo que está ocurriendo ahora solo ocurrió porque tuvimos suerte en las elecciones y porque al frente tuvimos un señor muy malo que se llamaba Kast.
La expresidenta tiene una relación cercana hoy con Boric.
Entiendo que ellos han desarrollado no sé si una amistad, pero sí una afinidad y una cercanía a propósito de conversaciones que tuvieron en el tiempo de la campaña y que han mantenido, pero no sé más que eso.
¿Por qué la decisión de la Presidenta de volver? ¿Cómo se fue gestando?
Porque la Presidenta, que ya tiene casi 70 años, está muy cansada. Entonces ella quiere estar cerca de su familia, quiere tener más tiempo para ella. Es curioso que estemos preguntando por qué alguien que ha tenido tamaña vida intensa, dedicada a otros, ahora diga “quiero un poquito de tiempo para mí en los lugares físicos que me gusta estar”.
Hace un tiempo decía que quería dejar La Moneda y dedicarse a plantar tomates, pero terminó en Ginebra.
Sí, es que ella es muy militante de sus causas y le gusta. Pero ahora yo creo que ya ha decidido frenar un poco. O sea, quiero decir no hay una estrategia detrás de su vuelta. Vuelve porque es una mujer que ha dado todo en su vida, en el trabajo, por los demás, y ahora ha llegado el tiempo de descansar un poco y hacer cosas que le gustan más, y plantar tomates en una de esas.
Críticas por viaje a China: “Cortemos el leseo”
Lo pregunto porque hubo muchas críticas del viaje a China. ¿Tuvo algo que ver eso en la salida?
Eso es una invención bastante infantil de quienes no conocen cómo opera el sistema de Naciones Unidas ni la lógica internacional de los derechos humanos. No quiero ser arrogante, pero cortemos el leseo con este punto: la Presidenta Bachelet es la primera alta comisionada, en 17 años, que va a China. Abrir esa posibilidad es un logro. Segundo, Naciones Unidas no es una ONG que hace movilizaciones críticas, como Human Rights Watch, que enfatizan la exigencia máxima en derecho humano. Necesitamos que exista.
De hecho, José Miguel Vivanco, exdirector de Human Rights Watch, fue muy crítico.
Por eso te lo menciono. Naciones Unidas crea las condiciones políticas para que los gobiernos puedan tener en cuenta el tema de los derechos humanos. Genera un entorno diplomático y político que permita influir y tener consecuencias concretas.
Segundo, cuando la Presidenta fue donde Maduro a evaluar la situación de los derechos humanos en Venezuela todo el mundo se enojó… Semanas después salió el informe, que fue extraordinariamente duro con Maduro, valga la redundancia. Es probable que ocurra lo mismo ahora, esperen el resultado del ciclo completo. Pero ¿por qué no esperarlo? Porque quieren sacarle punta política con la invención de que a la Presidenta la echaron porque le fue mal en China.
Ella dice que su intención es venir acá, estar con su familia, descansar, pero ¿carrera política ya no?
¿Qué carrera política puede tener? La presidenta tiene una vocería internacional probablemente de las más altas de un personaje chileno, o sea, por los lugares que ocupa.
Yo creo que va a participar menos en el debate contingente político chileno, pero me la imagino presente en ciertas cosas. O sea, va a jugar un rol inspirador en la renovación del pensamiento progresista de izquierda. Ella es una mujer, es socialista, tiene su corazón bien puesto en la izquierda, pero se da cuenta de que a la socialdemocracia le falta renovación y ha quedado atrás con ciertos temas. Por lo tanto, probablemente va a querer contribuir al desarrollo de una perspectiva para los nuevos tiempos. Pero no la veo haciendo campaña por un cargo político (se ríe).
“La Presidenta no ha ocultado su simpatía y su opción por el Apruebo”
¿Y campaña por el Apruebo?
La Presidenta no ha ocultado su simpatía y su opción por el Apruebo, y no ha ocultado la importancia que ella le da a la construcción de un nuevo marco constitucional para Chile. De hecho, ella construyó un proceso que fue muy pionero en muchos sentidos. Ella cree que la elaboración del texto actual es un avance positivo que hay que impulsar. Ahora, no la veo con una pancarta en la calle haciendo campaña, porque además ella tiene trabajo hasta el 31 agosto y entiendo que incluso algunos días después.
Y usted, ¿cómo está viendo el proceso?
Creo que el proceso constituyente hay que verlo como un punto de partida y de llegada. Son textos que permiten seguir construyéndose y la gracia de esta Constitución es que va a permitir seguir siendo trabajada en forma democrática. En ese sentido, es falsa toda esta historia que dicen que este es un mega candado. Por supuesto que una Constitución requiere en sus leyes fundamentales quorum de modificación, que son un poquito más altos que cualquier ley común. Entonces, en ese sentido yo no veo problema.
Yo creo que no había ni hay que pedirle a la Constitución que solo solucione los problemas de ayer, sino también que permita trabajar los problemas que vienen. Medio ambiente, por ejemplo, el tema de la identidad o las diferencias y tensiones de identidad étnica en Chile. Las nuevas formas de intervención o participación del Estado en la economía en relación a la sociedad civil y al mercado. A mí me parece que hay un marco importante ahora.
El problema es si la Constitución está creando buenos mecanismos de procesamiento de conflictos. Y ahí es donde yo echo de menos que no se haya metido en el tema de los partidos políticos con todo. Para que podamos construir soluciones en el entorno de diferencias de opinión, necesitamos partidos que agreguen y que sepan negociar y que haya espacios de negociación, que tengan mirada de largo plazo, que no queden anclado a las capturas territoriales, que no se transformen en caudillismo, que no hayan bancadas parlamentarias que se autonomizan de los partidos y de la representación social.
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