Peligro en la cárcel de Chillán: Gendarmería solicita el traslado de reos que extorsionaban a otros reclusos a cambio de no agredirlos
La institución pidió la autorización para cambiar a otras regiones a cuatro internos que se mantenían en prisión preventiva en el recinto de la Región del Ñuble, a quienes acusa de actuar de "manera colectiva y coordinada" para extorsionar a otros reclusos con dinero a cambio de no golpearlos o expulsarlos de las piezas de la cárcel.
Desde hace algunos meses un capitán de Gendarmería comenzó a detectar que algo estaba pasando en el “dormitorio norte” de la cárcel de Chillán. La investigación realizada al interior de esa zona del recinto penal gatilló que a comienzos de este mes la institución solicitara al Juzgado de Garantía el traslado de cuatro presos a otras regiones.
Y es que la indagatoria del oficial de la institución, a través de los funcionarios que custodiaban ese módulo de la cárcel en la Región de Ñuble, permitió determinar que este grupo de presos estaba extorsionando al resto de los reclusos. Su modo de operar, según describieron al tribunal, era solicitar dinero o de lo contrario los golpeaban.
Por lo mismo, por medio de un oficio reservado, Gendarmería solicitó al tribunal el traslado de los cuatro reclusos, quienes lideraban el grupo y daban órdenes por medio de “soldados”, quienes se encargaban de pedir dinero al resto de los presos, de lo contrario no solo eran agredidos, sino que también expulsados del módulo.
El informe de la institución contabiliza hasta ahora a cinco víctimas, aunque no se descarta que haya otros reclusos heridos. “Es altamente probable que exista un sinnúmero de casos que por distintas razones no han sido denunciados”, señala el informe.
¿Una práctica que podría generalizarse?
El informe, al cual tuvo acceso La Tercera, detalla que las situaciones anómalas que ocurrían en el “dormitorio norte”, donde “distintos privados de libertad estarían actuando de manera colectiva y coordinada para agredir e intimidar sin provocación alguna a otros internos que permanecen en el patio, o bien, al interior de los dormitorios una vez que se realiza el proceso de encierro de la población penal”.
A raíz de esta denuncia, la institución penitenciaria solicitó al tribunal la autorización para poder trasladar a estos reclusos a diferentes cárceles del país debido a su peligrosidad. “Es indispensable neutralizar oportunamente estas acciones, de lo contrario podría transformarse en una práctica generalizada cuyas consecuencias serían desfavorables para la administración de este penal”.
En ese sentido, la investigación permitió identificar a quienes serían los sujetos que ordenaban las extorsiones y expulsiones o agresiones en caso de no cumplirse con el pago solicitado. El listado es encabezado por Cristián Antonio Sandoval Medina, Fabián Alejandro Caro Contreras, Cristián Esteban Quezada Jara y Yeison Rodrigo Ulloa Riffo, todos calificados como presos altamente peligrosos.
Este caso se suma a lo denunciado por un juez durante el año pasado en la cárcel Santiago Uno, en la Región Metropolitana. En esa ocasión el magistrado dio cuenta también de extorsiones, las cuales de no cumplirse generaba que los reclusos fueran agredidos o sometidos a vejaciones.
Los “líderes negativos”
Más adelante en su solicitud, la institución detalla que quienes materializan las agresiones y extorsiones son presos que han sido “reclutados para obedecer directrices impuestas por otros que ejercen liderazgo”, específicamente refiriéndose a Sandoval, Caro, Quezada y Ulloa. Estos reclusos, calificados como “líderes negativos”, cuentan con una “autoridad dada su capacidad resolutiva tanto interna como extramuros”.
La institución asegura que los cuatro sujetos cuentan con un “alto compromiso delictual”. Y es que en el caso de Cristián Sandoval, este se encuentra en prisión preventiva por porte de armas y ha tenido dos pasos anteriores por la cárcel de Chillán, mismo recinto donde está un compañero de delito. En esta cárcel acumula 25 sanciones que lo llevan -entre otras cosas- a ser calificado como un líder negativo y con “alta jerarquía delictual”.
Mismo caso que el de Fabián Caro, quien acumula 31 faltas en su reclusión por robo en lugar no habitado. Catalán, por su parte, tiene tres ingresos a la cárcel, además de la medida cautelar de prisión preventiva por tráfico de drogas en pequeñas cantidades en la que actualmente se encuentra. Por último, Yeison Ulloa ha estado dos veces en la cárcel y en este paso lo hace por el delito de receptación.
Todos estos sujetos, según la institución, no cuentan con el perfil delictual para estar recluidos en la cárcel de Chillán, por lo cual solicitan el traslado de cada uno a las cárceles de Valdivia, Colina II, Puente Alto y la de Biobío.
Como establece la ley, el tribunal ahora es el que debe decidir si aceptar o no el traslado a otras regiones de los imputados. En el caso de Sandoval, el Juzgado de Garantía de Chillán ya autorizó que Gendarmería lo cambie de cárcel, mientras que en el caso de Caro, su defensa presentó un recurso de amparo el cual hasta el cierre de esta edición se encontraba siendo debatido en una audiencia. De los dos otros dos imputados se desconoce su estado debido a que sus causas son reservadas.
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