Plácido Domingo: La operación retorno
No sólo tiene varios conciertos en los próximos días en Europa. También acaba de ser premiado en Salzburgo, donde aprovechó de decir que las acusaciones de acoso sexual en su contra eran falsas después de haber pedido perdón en febrero. Además cantará próximamente en la Opera de Viena, la Scala de Milán y en Colonia, Alemania.
Plácido Domingo parece ser un “highlander” en el mundo de la lírica, un duro de matar en el territorio de los medios y, definitivamente, un hombre con mucha salud en los tiempos de pandemia. Pocas semanas después de anunciar su absoluta recuperación del coronavirus (que lo sorprendió en México, el país donde creció, por lo demás), recibió este jueves el Premio Austríaco del Teatro Musical en Salzburgo, la cuna de Wolfgang Amadeus Mozart y la ciudad que anualmente celebra el prestigioso Festival de Salzburgo.
El galardón, otorgado por periodistas musicales austríacos, le llegó a Domingo exactamente a 45 años de su debut en el mencionado festival. Y no fue en ninguno de sus históricos teatros, sino que en una pista de una de las terminales del aeropuerto de la ciudad austríaca, el segundo más grande del país y cuyo nombre es adecuadamente Wolfgang Amadeus Mozart. Con traje de etiqueta y junto a su esposa Marta Ornelas y sus hijos Alvaro y Plácido Jr., el tenor español de 79 años recibió el galardón.
A pesar de estar aún envuelto en la tormenta de acusaciones de acoso sexual realizadas por nueve mujeres estadounidenses hace casi exactamente un año (el 13 de agosto del 2019) a la agencia Associated Press (AP), Domingo es inmune a cualquier reparo en esta ciudad. Un ejemplo: dos semanas después de aquellas denuncias, el músico español fue ovacionado en el Festival de Salzburgo por su interpretación en la ópera Luisa Miller, de Verdi.
En coincidencia con el otorgamiento de este premio en la ciudad de Mozart, el tenor madrileño concedió algunas entrevistas a medios europeos, donde negó las acusaciones de acoso. Estas palabras se produjeron en un raro contexto: apenas en febrero, es decir hace seis meses, Domingo había pedido perdón a las eventuales víctimas de sus conductas en una declaración pública recogida por todos los medios.
“Después de enfermar de Covid-19, me prometí a mí mismo que lucharía con todas mis fuerzas por la rehabilitación de mi nombre si me recuperaba. No he abusado de nadie. Lo repetiré mientras viva”, dijo Domingo al diario italiano La Repubblica. Las declaraciones, evidentemente, contrastan con el tono de las palabras de arrepentimiento de febrero, que emergieron justo cuando el Sindicato de Artistas Musicales de Estados Unidos (que agrupa a los trabajadores de teatros líricos de ese país) respaldó la denuncia de las intérpretes a AP tras una investigación independiente.
Renacimiento europeo
Hay que recordar que la carrera de Domingo en Estados Unidos se fue apagando rápidamente tras las acusaciones: ya en septiembre del 2019 el Metropolitan de Nueva York canceló sus presentaciones y un mes después Domingo renunció como director de la Opera de Los Angeles. Esta misma institución concluyó en marzo de este año otra investigación que determinó que las denuncias contra el músico eran creíbles.
Pero en Europa nunca nadie ha bailado con el mismo entusiasmo que en Norteamérica al ritmo del movimiento #MeToo y el tenor ha logrado al parecer una segunda vida después de su muerte artística en Estados Unidos. Aunque el Ministerio de Cultura de España le ha negado al cantante la posibilidad de actuar en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, en países como Italia, Alemania y, desde luego Austria, se respira otro código moral.
En el diario español El Mundo se referían a la reciente aparición del tenor y su familia en Salzburgo (donde se le dispuso una alfombra roja en el aeropuerto) como un entramado mediático que podría llamarse “operación rescate”. Si se observan las características de aquella distinción y si se mira su calendario de sis próximas presentaciones, parece perfectamente posible.
En Italia, por ejemplo, son particularmente cálidos con el cantante. El próximo 22 de agosto se presentará al aire libre en la ciudad de Caserta (al norte de Nápoles) junto a la Orchestra Filarmonica Salernitana dirigida por Jordi Bernàcer y la soprano española Saioa Hernández. Seis días más tarde repetirá el mismo espectáculo nada menos que en la Arena de Verona, el legendario escenario histórico donde hace 30 años debutó el espectáculo de Los Tres Tenores. Luego, ya en septiembre, Domingo estará durante cuatro días en la ópera Simón Boccanegra de Verdi en la prestigiosa Opera de Viena y hacia fin de ese mes, concretamente el 26 de septiembre, hará un recital en Colonia (Alemania), en el Lanxes Arena.
Durante los siguientes meses volverá a Italia y el día 30 de noviembre se presentará en La Scala de Milán, la catedral de la ópera italiana, en un recital junto a la orquesta de este coliseo lírico.
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