Postulación del PC sin marcha atrás: aspiración a presidencia de la Cámara deja sin margen al pragmatismo de La Moneda

Bancada de Diputados PC

La posibilidad de aplazar nuevamente las aspiraciones de ese partido no ofrece alternativas políticamente aceptables para el oficialismo y el gobierno.


Nunca, en sus más de 112 años de historia, el PC ha liderado una de las ramas del Congreso.

El hecho histórico, sin embargo, es solo un ingrediente más del complejo camino que tiene por delante la bancada comunista para que uno de sus militantes presida este año la Cámara de Diputados.

En los últimos dos años solo ha habido intentos fallidos: dos postulaciones que se bajaron incluso antes de medirse en una votación en la sala.

No obstante, a diferencia de las carreras pasadas, en esta ocasión en el oficialismo y en el propio gobierno se ha ido llegando al convencimiento de que la postulación del PC ya no tiene marcha atrás. Una tercera postulación abortada, además, sería casi una humillación.

El jefe de bancada de los diputados comunistas, Luis Cuello, señala que “mantenemos nuestra postura de que al PC le corresponde asumir en la mesa. Somos una bancada relevante (con 12 miembros), por lo tanto, tenemos toda la legitimidad para poder encabezar responsabilidades como la presidencia de la Cámara”.

Cuello agrega los “temores que ha levantado la derecha” respecto de que el PC no da garantías para conducir el debate en la sala “son infundados”, y puso como ejemplo el papel que ha desempeñado la actual vicepresidenta de la corporación, Carmen Hertz (PC).

Al igual que Hertz, en el pasado el exdiputado comunista y actual presidente de la colectividad, Lautaro Carmona, también ejerció como vicepresidente.

Sin embargo, la titularidad de esta rama del Congreso es lo que le sigue penando al PC. Incluso, en el partido sostienen que ganar la presidencia de la Cámara es un peldaño más en una estrategia para ir derribando prejuicios que aún pesan sobre sus militantes.

Sin margen

En las anteriores postulaciones del PC, que fueron bajadas antes de la votación, el gobierno hizo gala de su pragmatismo y muñeca política para salvar el control de esta rama del Congreso, evitando a última hora derrotas frente a la derecha.

La gran diferencia es que ahora La Moneda no tiene alternativas políticamente aceptables para asegurar una victoria, que en el mejor escenario sería ajustada con un desenlace fotográfico como en la hípica.

Una alternativa, por ejemplo, habría sido buscar un acuerdo administrativo con la oposición para repartirse los espacios de poder en la Cámara. No obstante, la derecha no está interesada, pues confía en que este año podrá arrebatarle la presidencia de la corporación al oficialismo, tal como ocurrió en el Senado.

Según confirmó la nueva jefa de bancada de RN, Ximena Ossandón, desde la mesa apuestan reconfigurar la composición de comisiones legislativas, donde la derecha quedó relegada a un condición de minoría, por ejemplo, en instancias estratégicas como Hacienda, Constitución, Educación y Trabajo. Esa fue una secuela del pacto administrativo de marzo del 2022, donde el oficialismo marginó a la derecha, lo que a la larga acentuó la agresividad de la oposición en la Cámara.

Otra alternativa podría ser plegarse a la candidatura de la diputada Joanna Pérez (Demócratas) o de otro miembro de esa bancada, que ya tiene un preacuerdo con la derecha. De hecho, la estrategia de Chile Vamos (UDI, RN, y Evópoli) pasa por ceder la presidencia a Pérez, a cambio de tomar un mayor protagonismo en las comisiones. Sin embargo, para el oficialismo ello implicaría validar el descuelgue de Demócratas -que al menos hasta el año pasado tenía un compromiso de palabra para apoyar al PC-, pero que hoy está en un proceso de conformación de una alianza política con la oposición.

La otra salida es cederle la presidencia a uno de los tres diputados del Partido de la Gente (PDG), Gaspar Rivas, Rubén Oyarzo o Karen Medina, quienes exigen que se les respete un período en la conducción de la Cámara. El problema para el gobierno es que el PDG también está en conversaciones con la oposición para ejecutar pactos por omisión en las próximas elecciones municipales y regionales. Para el oficialismo no hay garantías de que existirá una sintonía fina entre el Ejecutivo y PDG (si es que uno de sus diputados llega a la presidencia) en el manejo de la agenda legislativa, sobre todo en meses que pueden ser la última ventana de La Moneda para sacar sus reformas estructurales.

El accidentado pacto

Si bien el pacto administrativo, suscrito en marzo de 2022 (en que el oficialismo y las fuerzas no alineadas como la DC y el PDG acordaron rotarse cada siete u ocho meses en la testera de la corporación), le asignaba un período al PC, ello se ha ido postergando por factores políticos y coyunturales.

Originalmente, la diputada Karol Cariola (PC), en representación de su comité, iba a asumir en noviembre de 2022, pero su rol en la fallida campaña del Apruebo, el bloqueo a los retiros de fondos previsionales y la ofensiva judicial de sectores de izquierda contra el exdirector del INDH, Sergio Micco, fueron los argumentos que dieron diputados de la DC y del PDG para poner en duda el apoyo a la carta comunista.

Anticipándose a una derrota, dado el pesimista diagnóstico que tenía entonces La Moneda, el PC accedió a bajar la postulación de Cariola para rebarajar el escenario. En esos momentos, la derecha había logrado un preacuerdo con algunos diputados del PDG y la DC, que se resistían a votar por una comunista para dirigir la Cámara.

Ante el riesgo de que el factor “anticomunista” ayudara a la derecha a apoderarse del control de la Cámara, en una muestra de su pragmatismo, el gobierno hizo un enroque y postuló al diputado Vlado Mirosevic (liberal), quien a pesar de haber sido vocero del Apruebo al igual que Cariola, tenía una menor carga política en contra. Al final Mirosevic se impuso con una frágil mayoría de 77 votos, a pesar de que gran parte de la DC y el PDG se restaron para apoyar a Miguel Ángel Calisto (entonces militante democratacristiano).

El triunfo fue celebrado con efusividad por la entonces ministra secretaria general de la Presidencia, Ana Lya Uriarte.

El hecho repercutió en el PDG y en la DC y aceleró una fractura que ya se venía evidenciando en ambas colectividades. Algunos de sus exmilitantes terminaron plegándose al recién constituido Partido Demócratas.

Ese enroque de Mirosevic por Cariola, sin embargo, no despejó el camino para que los comunistas pudieran llegar a la presidencia de la Cámara.

Para algunas bancadas, el enroque implicaba que el PC quedaba al final del calendario para presidir la corporación en los últimos meses del período legislativo (asumiendo el turno que le tocada originalmente a los liberales). Para otros, sin embargo, ese enroque implicaba que la lista se corría y que después de la gestión de Mirosevic correspondía que un comunista asumiera la posta.

Este choque de interpretaciones provocó un nuevo trance. En julio de 2023 el PC exigió que se les respetara el cupo, pero la DC aumentó la presión sobre La Moneda para que se les entregara el siguiente turno.

El pragmatismo del gobierno volvió a imponerse. Ante la necesidad de aglutinar una base de apoyos para las reformas emblemáticas y ante el nuevo riesgo de perder la presidencia si se insistía en una carta PC, el actual ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde, logró articular un nuevo entendimiento. Al final se le concedió el turno en la presidencia a la Falange, que a cambio firmó un documento para respaldar a los comunistas al cabo de ocho meses. Los Demócratas, en tanto, se comprometieron de palabra. Gracias a ese acuerdo, el diputado Ricardo Cifuentes (DC) fue elegido con una mayoría de 83 votos.

Sin embargo, lo que parecía un pacto para permitir que los comunistas llegaran por fin a la presidencia de la Cámara volvió a desmoronarse.

El giro de Demócratas a la derecha, en medio de un proceso de negociaciones con miras a un futuro pacto electoral, llevó a desahuciar ese entendimiento.

A juicio de Cuello, el PC espera que las fuerzas que suscribieron ese compromiso “cumplan con su palabra”.

Sin embargo, ese acuerdo dejó afuera al PDG, por lo que esta bancada no se siente obligada a respaldar al PC en esta próxima elección de mesa de la Cámara, que ya está programada para el 15 de abril.

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