¿Quién es Montero? El convencional PS, exdiscípulo de Jorge Burgos y Felipe Berríos, sobre quien recayó el peso del fin del Senado

Ricardo Montero
Ricardo Montero, convencional PS

Durante esta jornada los constituyentes socialistas afrontarán la primera votación en la Comisión de Sistema Político respecto de si la actual Cámara Alta será reemplazada por un Consejo Territorial. El hecho causó malestar en los senadores del PS, por lo que la estrategia del Colectivo Socialista será tratar de reponer las atribuciones de la nueva instancia legislativa.


A una fuerte presión están sometidos por estos días los convencionales del Partido Socialista, luego de que al menos tres de sus representantes -Ricardo Montero, Pedro Muñoz y Maximiliano Hurtado- firmaran el paquete de indicaciones que ponen fin al Senado y lo reemplazan por un órgano con menos poder legislativo como el Consejo Territorial.

“Como Colectivo Socialista estamos abiertos para los acuerdos más amplios posibles, pero no vamos a estar dispuestos a una segunda cámara que no tenga dientes. Tiene que tener incidencia en la tramitación de leyes”, dijo esta mañana Montero a Radio Duna, anticipando que ya existe la decisión de su colectivo de tratar de reponer atribuciones de la segunda cámara, que de todos modos ya no se llamaría Senado.

En conversación con La Tercera, el convencional agregó que “creemos que tiene que tener atribuciones sustantivas. Ahí no nos perdemos. Si no están presentes, no vamos a participar de una tramitación de la ley que no lo considere”. Añadió que la estrategia que seguirán esta tarde -cuando la comisión de Sistema Político vote en general sus primeras normas- es apoyar el paquete de indicaciones que se acordó con convencionales de izquierda, pero adicionalmente respaldar otras enmiendas para reforzar el rol de esta segunda cámara legislativa.

Detrás de las palabras de Montero, había un recado. Si su plan no prospera o el partido no queda conforme con el sello que tendría la nueva institución, el Colectivo Socialista podría restarse y votar en contra de la fórmula cuando se discuta en el pleno de la Convención.

Si bien públicamente los constituyentes socialistas habían asumido públicamente la defensa de un Congreso bicameral (es decir que mantuviera el chasis de dos ramas legislativas como el Senado y la Cámara), la redacción final de esas indicaciones causó malestar en el PS, pues rebajaba el poder de esta segunda instancia legislativa. Ello golpeaba severamente los intereses de varias colectividades tradicionales, cuyo principal respaldo reside en las regiones.

A diferencia de la Cámara de Diputados, que está influida por el voto de Santiago y grandes urbes como Valparaíso y Concepción, la integración del Senado está condicionada por el sufragio de las regiones, donde, por ejemplo, el PS tiene mayor peso electoral. Eso explica que los socialistas tengan la bancada más numerosa del bloque izquierda-centroizquierda en el Senado.

Esa fue una de las razones detrás de que los senadores socialistas lideraran las críticas contra el acuerdo de los convencionales y en especial contra Montero, quien es coordinador de la Comisión de Sistema Político, considerada la instancia madre de la Convención Constitucional, pues de ella depende el perfil que tendrá el Congreso y la Presidencia de la República.

¿Quién es Montero? Es un error quitarle atribuciones al Senado, que es la Cámara revisora... El PS no está a favor de eliminar el Senado. En la bancada jamás hemos hablado de eso”, dijo, por ejemplo, el senador socialista Rabidranath Quinteros, cuyas palabras fueron interpretadas por los convencionales como un “ninguneo”.

Del NAU al “bacheletismo”

Exalumno del Verbo Divino, abogado de la UC, titulado en 2009, Montero fue parte de un movimiento universitario que se convirtió años después en el NAU, la semilla de lo que sería luego Revolución Democrática (Frente Amplio). En 2007, perdió en las elecciones del Centro de Alumnos de Derecho, en una contienda contra Diego Schalper (entonces gremialista, hoy diputado RN).

Ya en su época de estudiante comenzó a trabajar como voluntario de un Techo para Chile, donde conoció al sacerdote jesuita Felipe Berríos, una de las figuras más influyentes de su carrera política.

“Te conozco de chico, siempre has querido hacer las cosas mejor y jugártela por el país... Lo que falta en Chile es gente buena persona, no necesitamos sabios ni a ricos, necesitamos a buenas personas, que construyan puentes y tú eres una buena persona”, le dijo Berríos, en agosto del año pasado, en una conversación difundida por Facebook, en momentos que Montero comenzaba su labor como convencional.

Después de trabajar en Techo para la emergencia del terremoto de 2010 y ser parte de un proyecto social en Brasil para construir viviendas en las favelas de Sao Paulo, Montero regresó a Chile y fue fichado por Jorge Burgos, quien lo convirtió en su jefe de gabinete en el Ministerio de Defensa.

El exministro DC comenta que a Montero “lo conocí por uno de mis hijos, trabajaron juntos en Techo. Es un muchacho inteligente y ejecutivo”. Sin embargo, precisa que políticamente después él giró hacia “la izquierda descontenta del país que construimos durante la Concertación”.

Con Burgos, quien fue otro de sus mentores políticos, llegó en 2015 al Ministerio del Interior, donde hizo buenas relaciones con el entonces subsecretario de la cartera Mahmud Aleuy (PS), hombre de confianza de la entonces Presidenta Michelle Bachelet. Por entonces, en 2015, fichó en el PS.

Tras la renuncia de Burgos a Interior, Montero se quedó trabajando con el nuevo ministro Mario Fernández, quien lo promovió como coordinador nacional del Proceso Participativo Constituyente, que realizó la Presidenta Bachelet.

Aunque nació en Santiago, pertenece a una familia tradicional del Maule, tanto por el lado paterno y materno, zona por la que postuló con la venia del senador y presidente del PS, Álvaro Elizalde.

Su abuelo fue Carlos Montero Schmidt, exministro del Interior de Carlos Ibañez del Campo y expresidente del disuelto Partido Democracia Agrario Laborista, que apoyó a Eduardo Frei Montalva en 1964. Sin embargo, tras la reforma agraria, la familia de Montero tomó distancia y se acercó a la derecha.

Dentro del PS no es considerado un delfín de Elizalde ni de Aleuy, ni tampoco se le conoce un lote al que pertenezca. Él suele remarcar que su identificación política es más bien con el “bacheletismo”.

Una vez dentro de la Convención, Montero se erigió como una de las figuras relevantes del Colectivo Socialista. En esa línea, fue apoyado para ser el coordinador de la Comisión de Sistema Político -la instancia más estratégica de la Convención- donde comparte el rol con Rosa Catrileo (Mapuche).

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