¿Quién financia a los partidos europeos? Los reveladores hallazgos de una investigación sobre donaciones políticas
Con miras a las elecciones del bloque el 9 de junio, un estudio de Follow the Money muestra que el 70% de las donaciones a partidos políticos se ocultan al público, y que un cuarto de ese dinero termina en partidos de extrema derecha, extrema izquierda y populistas.
Siete de cada 10 donaciones privadas a un partido político en Europa no tienen origen conocido: se trata de casi tres cuartos de los 941 millones de euros que en total recibieron las formaciones políticas, por fuera del Estado, entre 2019 y 2022. Un nivel bajo de transparencia, que coincide con lo poco que exigen las leyes en países como Alemania, Francia y España.
Cada uno de los 27 países miembros de la Unión Europea tiene leyes distintas a la hora de enfrentar la transparencia de las donaciones a partidos. Irónicamente, los países fundadores del bloque son también aquellos donde menos se sabe sobre el origen del dinero de los partidos, mientras que en los países del Este, las legislaciones son más recientes y favorecen que se conozca quién financia la política.
El problema es que, de acuerdo con su peso demográfico, Alemania, Francia e Italia son los países donde más dinero se recolecta para la política: el 65% de las donaciones durante los últimos cuatro años.
Con miras a las elecciones del bloque el 9 de junio, la organización Follow The Money, en un estudio hecho junto a los diarios El País, The Guardian y otros medios europeos, mostró el nivel de opacidad que hay en los ingresos privados de los partidos políticos europeos, y buscó quién financia a quién en el continente. Para eso se rastrearon más de mil documentos financieros de 300 formaciones.
Entre otras cosas, el estudio muestra que solo siete de los 27 países de la UE exigen que los partidos políticos revelen la identidad de todos sus donantes privados. Se trata de países “del Este”, como Bulgaria, República Checa, Estonia, Croacia, Letonia, Polonia y Grecia, que exigen a sus partidos que se identifique la fuente de todas las donaciones. En Francia, esa transparencia no tiene lugar, y las donaciones privadas ocurren bajo el más puro anonimato, sin que el público pueda saberlo.
En financiamiento no público, los políticos europeos acumulan en total 2.800 millones de euros, que incluyen cuotas de afiliados y los aportes de cargos públicos (que son conocidos) y las donaciones. Esta última categoría llega a los 941 millones. Y de esos 941 millones, el estudio pudo identificar a los donantes de 684 millones.
Siguiendo la definición de The PopuList, un proyecto académico que separa partidos políticos por ideología, el 14% de ese dinero terminó en partidos de “extrema derecha”. El criterio usado por la página para dar ese apelativo es el nacionalismo y el autoritarismo de la formación.
En tanto, en las familias “históricas” del Parlamento Europeo, el grupo conservador Partido Popular Europeo se lleva el 40% de las donaciones (considerando sobre todo lo que consigue el CDU alemán). Los socialistas, a lo largo del continente, se llevan el 15%.
Respecto a los financistas, en Alemania se registra la mayor donación de una persona física a un solo partido: 1,25 millones de euros, que el emprendedor holandés del sector tecnológico Steven Schuurman entregó al partido ecologista Los Verdes. Asimismo, las cuatro donaciones más altas en el continente ocurrieron en Finlandia, y las recibió el Partido Popular Sueco de Finlandia, que representa a la población suecófona del país: la donación la hizo un trust de empresarios de la minoría sueca.
Otro caso claro ocurre en Italia, donde una persona “domina” financieramente un partido: seis familiares del exprimer ministro Silvio Berlusconi, junto con su empresa Fininvest, dieron un millón de euros al partido Forza Italia, que el mismo Berlusconi había fundado en los noventa.
Una cuarta parte de todo el dinero privado donado a los partidos políticos se destina a movimientos de extrema derecha, extrema izquierda y populistas. Los grupos de extrema derecha han recaudado más de 97 millones de euros, indica el estudio.
En Francia, tres partidos en los extremos del espectro político (Reconquista y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen a la derecha y La Francia Insumisa en la izquierda) han experimentado un aumento dramático en el apoyo financiero. Estos tres partidos se quedaron con solo el 13% del dinero privado recaudado en Francia en 2019, pero su participación alcanzó el 38% en 2022.
El financiamiento político en Francia se ha desviado en general hacia la derecha, con donaciones privadas al pequeño grupo nacionalista respaldado por la sobrina de Marine Le Pen, Marion Maréchal: Reconquista recibió 5,5 millones de euros de donantes privadas en 2022, el año en que Emmanuel Macron consiguió su reelección. La cifra fue nueve veces mayor que los 60 mil euros que se llevó la Agrupación Nacional de Le Pen.
El análisis muestra que, combinados, los partidos de extrema derecha, extrema izquierda y populistas atraen más de la mitad del financiamiento privado en Eslovenia, Italia, Polonia, Hungría, Portugal y Grecia. El partido gobernante de Hungría, Fidesz, que ha estado en el poder durante 14 años y ha supervisado una reducción en la cantidad de financiamiento estatal, se quedó con el 55% de todo el dinero no público en 2022.
En Italia, cuatro partidos “populistas” obtuvieron el 55% del financiamiento privado en 2022: Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni; la Liga, de Matteo Salvini; Forza Italia y el Movimiento Cinco Estrellas.
España, señala El País, tiene el límite más elevado de la UE para que un partido publique sus donaciones privadas (25.000 euros): es tan alto que ninguna formación declara aportaciones que alcancen esa cifra.
En este país, el 85% de la población (récord en la UE) cree que los sobornos y el abuso de poder son habituales entre los partidos políticos. Es también el miembro comunitario que más dinero público ha dedicado a financiar partidos en los últimos cuatro años (también por el volumen de procesos electorales: 14 desde 2019) y uno de los países donde los partidos son más dependientes del financiamiento estatal.
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