“Realismo sin renuncia 2.0″: el llamado al orden del gobierno en medio de tensión entre coaliciones oficialistas
La necesidad de reordenar las prioridades en un escenario posplebiscito, de crisis económica y de seguridad, ha tensionado a los partidos que sustentan la administración del Presidente Gabriel Boric. Apruebo Dignidad pide no renunciar al programa, mientras que el Socialismo Democrático recalca que es tiempo de "recalcular" el rumbo para concentrarse en las urgencias actuales de la ciudadanía. El debate fue tema en el comité político ampliado de este lunes, donde las colectividades se enfrentaron, mientras que La Moneda les pidió procesar sus diferencias sin comprometerlos.
-Recojo el mensaje.
La frase la pronunció este lunes, pasadas las 15.00, el presidente de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre, durante el comité político ampliado de La Moneda. El senador se hizo así cargo de las duras críticas que minutos antes habían emitido en la cita sus pares del PPD, Natalia Piergentili, y del PS, Paulina Vodanovic, a propósito de las declaraciones que dio durante el fin de semana y que provocaron un nuevo episodio de tensión entre las coaliciones que sustentan el gobierno del Presidente Gabriel Boric: Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático.
“Una preocupación que hemos levantado posplebiscito es que no exista una especie de ‘realismo sin renuncia 2.0′ y un cambio de rumbo en relación a nuestros compromisos programáticos. Entendemos que los cambios deben ser con gradualidad, responsabilidad fiscal y diálogo democrático -más si no tenemos mayorías en el Congreso-, pero que eso no implique renunciar a nuestro horizonte transformador y de superación del neoliberalismo en Chile”, dijo Latorre a La Tercera Domingo.
En Reportajes de El Mercurio, el senador por Valparaíso fue más allá cuestionando la postura que defienden sus socios de la centroizquierda. “Que la ex Concertación no venga a decirnos cómo gestionar una coalición”. dijo, provocando incomodidad en el Socialismo Democrático, en el Frente Amplio, pero también en La Moneda, donde leyeron el episodio como una polémica que podría haberse evitado. Algo de eso dejó entrever la ministra Camila Vallejo (Segegob), antes del comité político ampliado, llamando a todas las fuerzas políticas del oficialismo a actuar en unidad. “Requerimos que todos dejemos las trincheras, ninguna coalición por separado logra gobernar”, dijo la secretaria de Estado.
Y el llamado al orden de La Moneda se repitió también en la cita que reúne a los partidos en Palacio. Según presentes, el gobierno les pidió a las colectividades procesar sus diferencias en instancias distintas al comité político, evitando así que estas controversias terminen comprometiendo al Ejecutivo. Asimismo, les pidieron prepararse para el cónclave que liderará el Jefe de Estado en Cerro Castillo y que si bien inicialmente se había fijado para el jueves 3, quedó en agenda para el domingo 6 de noviembre.
La tensión oficialista se da justamente en momentos en que en Apruebo Dignidad temen que se instale en el gobierno de Boric la idea de un “realismo sin renuncia 2.0″, un escenario similar a lo que tuvo que enfrentar la exmandataria Michelle Bachelet, quien -en 2015- se vio forzada a redefinir la ruta de su administración ante la crisis económica que enfrentaba el país, priorizando y moderando sus compromisos programáticos.
La derrota en el plebiscito constitucional del 4 de septiembre fue la señal más clara -y así lo ha reconocido el propio Presidente- de que es necesario reordenar ciertas prioridades, concentrando los esfuerzos particularmente en las urgencias ciudadanas como la delincuencia. Y pese a que el Jefe de Estado ha reiterado que se puede “masticar chicle y caminar al mismo tiempo” en cuanto a los cambios comprometidos, en el Ejecutivo reconocen que hay materias que están en compás de espera, por ejemplo, la reforma a la salud o la condonación del Crédito con Aval del Estado (CAE), y que hay otras que deben agilizarse como la reforma tributaria y la de pensiones (que debería ingresar al Congreso la primera semana de noviembre).
La crisis de seguridad, pero también el escenario económico global, dicen en Palacio, es algo que el gobierno no puede soslayar. De hecho, el propio Presidente ha dado señales en esa línea. El pasado 18 de octubre, a tres años del estallido social, el Mandatario advirtió que “sabemos que Chile nos pide reformas, pero no le está dando un cheque en blanco a quienes las estamos impulsando. Y las reformas que pide no siempre coinciden con las que promovemos los reformistas. El primer proceso constitucional fue, de hecho, una prueba de ello y el resultado del plebiscito así lo ha dejado claro. Como gobierno estamos trabajando para recoger este mensaje y actuar en consistencia porque reconocemos que nuestra lectura de los cambios sociales que el país necesita estuvo muchas veces nublada por nuestras ideas preconcebidas”.
Y agregó: “Se equivocan quienes piensan que el compromiso con las reformas se juega solamente en no ceder y en no dialogar con quien piensa distinto. El compromiso y la responsabilidad se juega en concretarlas para mejorarles la calidad de vida a nuestros compatriotas y para hacerlo hay que actuar sobre la realidad que tenemos y no sobre la que desearíamos tener, con un Congreso con dispersión de fuerzas políticas y en donde hoy día necesitamos más diálogo que nunca para sacarlas adelante. Así se cambia la realidad, no sólo quejándose de ella, sino que actuando sobre ella”.
Piergentili-Vodanovic versus Latorre
En el comité político ampliado, la primera en tirar sus dardos fue Piergentili. Quienes escucharon sus palabras aseguran que la líder del PPD reiteró que la ofensiva de Latorre en contra de la centroizquierda se trataba de un acto “hostil” que no se condice con un espíritu de colaboración de coaliciones que sustentan un mismo gobierno. Como había adelantado durante la mañana en declaraciones públicas, la dirigenta reiteró que fue el Presidente Boric el que invitó al Socialismo Democrático a participar de su gobierno y que si el RD tenía un problema con aquello, debía procesarlo directamente con el Mandatario.
Asimismo, Piergentili desdramatizó la necesidad de que el gobierno recalcule su ruta y priorice de maneras distintas las urgencias de las personas. En la misma línea se manifestó su par del PS, Paulina Vodanovic, quien aseguró que este tipo de declaraciones no ayudaban en nada al clima oficialista.
Por su parte, Latorre intentó bajar el perfil a sus dichos y aseguró que estos estaban motivados por una preocupación de las bases de su partido respecto de una intención de sectores de la centroizquierda por buscar moderar el rumbo del Ejecutivo.
Si bien no hubo defensas corporativas, sus socios del Frente Amplio, Diego Ibáñez (CS) y Marco Velarde (Comunes) contribuyeron a calmar los ánimos y plantearon la posibilidad de retomar espacios de coordinación entre ambas coaliciones.
“En ningún momento he querido cuestionar la unidad de los partidos que sostienen el gobierno. Sí me gusta que la unidad sea en base a propósitos, a contenidos, sin vacíos (...). En ese sentido, si hay tensiones o diferencias al interior de las coaliciones de gobierno, creo que es bueno aprender a procesarlas”, dijo a la salida Latorre.
A su turno, Velarde sostuvo que “logramos enfrentar nuestras discrepancias conversándolas cara cara. En ese sentido, hemos ganado porque hay que ser realistas y saber que vamos a tener diferencias en muchas cosas, porque somos dos coaliciones que venimos con culturas políticas distintas”.
Vodanovic, en tanto, llamó a dar “por superadas las diferencias en términos tales que podamos discutirlas siempre con sinceridad”, mientras que Piergentili agregó escuetamente: “Hoy día sacamos una gran lección, a partir de nuestro malestar, por cierto, de cómo trabajamos en adelante”.
“Lo que estamos llamados a hacer todos los que estamos en el gobierno, o son coaliciones que sustentan al gobierno, es trabajar muy duro para que al gobierno le vaya bien y eso significa naturalmente cada vez acoplar mejor las relaciones”, recalcó tras la cita la ministra de la Segpres, Ana Lya Uriarte.
¿Cuánto realismo?
Las tensiones entre las coaliciones de gobierno, en todo caso, no son nuevas. Se agudizaron tras el triunfo del Rechazo en el plebiscito constitucional, ya que -tras ese hito- Boric decidió incorporar al corazón de gobierno al Socialismo Democrático, con los fichajes de Carolina Tohá (PPD) en Interior y Uriarte (PS) en Segpres. Desde entonces, Apruebo Dignidad quedó resentido. A eso suma que han tenido diferencias en los partidos de gobierno en el marco de la negociación constitucional.
En este escenario, el PPD ha sido una de las colectividades que ha impulsado con fuerza esta idea de redefinir el trayecto que se había trazado el Mandatario respecto de su programa.
El senador de ese partido Ricardo Lagos Weber lo plantea así: “Podemos tener las mejores ideas pero si eso no se traduce en votos para aprobar las reformas urgentes como la previsional, tributaria o 40 horas, será una nueva desilusión para la ciudadanía. En paralelo se debe trabajar en enfrentar la delincuencia, la inflación y el crecimiento. No se puede dejar una tarea de lado. Se debe avanzar coordinadamente en todos los temas. El Realismo sin renuncia es cuando no se tiene mayoría parlamentaria y es equivalente a avanzar ‘en la medida de lo posible’… manteniendo las convicciones y el camino a seguir”.
Y las palabras de Lagos Weber no son baladí. El gobierno tiene en la Cámara Baja 38 parlamentarios de Apruebo Dignidad, mientras que el Socialismo Democrático tiene 27 escaños, sumando un total de 65 de los 155 votos, es decir, menos que la mayoría simple de los legisladores. En el Senado, en tanto, el oficialismo también tiene minoría, llegando solo a 18 de los 50 escaños.
El presidente del Partido Liberal, Patricio Morales, advirtió que “frente a la crisis económica mundial y la guerra en Ucrania debemos tener cautela. Debemos ser pragmáticos y realistas. Hay que llevar adelante al menos una reforma estructural en este gobierno, ya sea en salud o pensiones. Al mismo tiempo, debemos reactivar la economía y romper la tendencia de inseguridad”.
Si bien en el Frente Amplio reconocen que el escenario político y social que enfrenta el Ejecutivo no es el mismo con el que asumieron y que se deben reordenar las prioridades, Velarde aseguró que “la velocidad con la que actuemos por darle énfasis a mejorar la vida cotidiana de la gente no pone en riesgo la orientación de los cambios que le propusimos al país para tener derechos sociales universales”.
La diputada Catalina Pérez (RD), por su parte, manifestó que no cree “que el gobierno deba renunciar a su programa si fue electo para sacarlo adelante”.
Pese al sinceramiento de Latorre, el presidente electo de Convergencia Social, Diego Ibáñez -en entrevista con La Tercera PM-, aseguró que “no veo ese temor” respecto de un posible “realismo sin renuncia 2.0″.
En el análisis más íntimo de la coalición del Presidente Boric apunta a no hacerse cargo de un relato que les es ajeno -como el realismo sin renuncia-, pero sí ir reconociendo, de forma leve, que el contexto político y económico es adverso.
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