Reforma política: La Moneda avanza en campo minado ante división oficialista y disconformidad de la Cámara
Aunque Boric había comprometido una iniciativa para combatir la fragmentación de la política, el desafío se ha vuelto más complicado de lo esperado. De las ocho colectividades que componen la alianza gubernamental, el PC, la Federación Regional Verde Social, el Partido Radical, el Partido Liberal y Acción Humanista han expresado su oposición al texto de los senadores.
“Los diputados se han manifestado especialmente atentos y disconformes”, dijo este lunes en la mañana, ante la Comisión de Constitución del Senado, el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), quien expuso los problemas que ha detectado el Ejecutivo de la reforma constitucional al sistema político, presentada por un grupo transversal de senadores.
El ministro, sin embargo, solo alcanzó a estar unos minutos en esta instancia, ya que debió trasladarse rápidamente a La Moneda para participar en otro encuentro encabezado por el Presidente Gabriel Boric.
Si bien el Mandatario había convocado un grupo de legisladores oficialistas y opositores para valorar la reciente aprobación del nuevo Ministerio de Seguridad, la presente reforma política también se convirtió en un tema ineludible en esa reunión. De hecho, algunos diputados opositores, como Diego Schalper (RN), pusieron como condición para asistir a la cita con el Presidente la posibilidad de abordar otros temas, incluyendo el cambio al sistema político. “Esperamos que el gobierno no se quede en los dichos, pasemos a los hechos”, dijo el legislador, cuya exigencia cayó mal en La Moneda en vista de la encrucijada que ha generado este proyecto.
Aunque Boric se había comprometido con avanzar en una reforma para combatir la fragmentación del Congreso -tarea que se la encomendó a Elizalde en su cuenta pública del pasado 1° de junio-, el desafío se ha vuelto más complicado de lo esperado, a pesar de que el mismo Ejecutivo se puso una meta poco ambiciosa: solo empujar una modificación acotada al sistema.
El problema es que, por un lado, existe una fuerte presión de la derecha y de las principales bancadas del Senado (PS, PPD, RN, la UDI y Evópoli), que se adelantaron presentando un proyecto propio, pero, por otra parte, el Ejecutivo no tiene completamente alineada a su propia coalición ni tampoco cuenta con el respaldo transversal de la Cámara.
Esta última resistencia, que va desde los diputados del PC a sus pares del Partido Republicano, fue alertada por Elizalde en su exposición ante la Comisión de Constitución del Senado, que preside Alfonso de Urresti (PS).
En lo esencial, la iniciativa -presentada por los senadores De Urresti (PS), Rodrigo Galilea (presidente de RN), Luz Ebensperger (UDI), Ricardo Lagos Weber (PPD), Gastón Saavedra (PS) y Luciano Cruz-Coke (Evópoli)- fija un umbral en la asignación de escaños en el Congreso y establece el cese del cargo a los legisladores que renuncien a sus colectividades.
Sin embargo, el primer punto está provocando más tensión, ya que además de los reparos a la fórmula para frenar la proliferación de partidos “chicos”, pone una exigencia solo a candidatos a diputados (incluyendo a los que van a su reelección), pero que no se aplica a quienes postulan o se repostulan al Senado.
Ante esta disparidad, el mismo Elizalde hizo eco de los reparos. “Hay quienes han planteado que una norma de esta naturaleza (también) debería tener impacto para elección de senadores, pero en quienes asumen ese mandato, no de los que ya están en ejercicio del cargo, porque obviamente una vez que una persona asume no se le puede interrumpir, entendiendo que el Senado se renueva por parcialidades, por tanto es algo respecto del cual los diputados se han manifestado especialmente atentos y disconformes, porque señalan que es una norma que solo los afecta a ellos y no al conjunto del Congreso Nacional”, agregó.
De hecho, de acuerdo a una simulación realizada por La Tercera, si esta reforma hubiera estado vigente desde antes de las elecciones pasadas, 56 actuales diputados habrían perdido el cargo: 33 por renunciar a sus grupos políticos de origen y 23 porque sus colectividades no alcanzaron el umbral de supervivencia propuesto (5% de votación en la elección de diputados a nivel nacional u ocho parlamentarios electos o en ejercicio).
En tanto, en la otra rama del Congreso, a diferencia del impacto que hubiera tenido en la Cámara (más de un tercio de los diputados), solo seis senadores habrían cesado en el cargo.
Aunque el ministro dijo que el gobierno valoraba el proyecto de los senadores, hizo otras observaciones técnicas. Incluso manifestó la discrepancia del Ejecutivo con la norma transitoria.
Junto con abogar por un cambio gradual, cuestionó que la disposición redactada por los senadores retroceda, incluso, respecto de la legislación actual, que hoy prohíbe las fusiones de partidos entre la elección y la calificación de esos comicios (con la proclamación de los ganadores por parte del Tribunal Calificador de Elecciones). Según explicó Elizalde, la norma transitoria de los senadores permitiría fusiones de última hora para evitar disoluciones y mantener escaños parlamentarios.
No obstante, al margen de los reparos técnicos que hacen inviable que esta iniciativa sea aprobada en los mismos términos por la Cámara, el principal problema de La Moneda sigue siendo político, ya que tensiona y divide especialmente a los partidos que apoyan a la administración del Presidente Boric.
De las ocho colectividades que componen la alianza gubernamental, el PC, la Federación Regionalista Verde Social (FREVS), el Partido Radical, el Partido Liberal y Acción Humanista han expresado su oposición al texto de los senadores. Con matices, el Frente Amplio ha cuestionado el tema del umbral. Y solo las directivas del PPD y el PS respaldan el proyecto, a pesar de que sus bancadas de diputados también declararon su malestar con la iniciativa.
Para el senador y presidente del PPD, Jaime Quintana, “claramente aquí hace falta una nueva institucionalidad, una reforma para los partidos, también con temas de paridad que ha planteado el Presidente, pero el Presidente hoy día manifestó su disposición a empujar esto y también lo hizo el ministro Elizalde”.
Las reformas políticas también fueron tema de la sesión de este lunes de la Comisión de Gobierno de la Cámara, que analizó un proyecto del diputado Jaime Mulet (FREVS), que promueve la federación de partidos, a modo de combatir la fragmentación, pero con una mirada distinta a la de los senadores.
En la ocasión, el presidente del Partido Radical, Leonardo Cubillos, y el asesor del Partido Liberal, Hugo Tórtora, aprovecharon de cuestionar la moción de los senadores. Esos reparos también fueron compartidos con matices por los diputados y presidentes de la DC, Alberto Undurraga, y del Movimiento Amarillos por Chile, Andrés Jouannet, que también fueron invitados a exponer.
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