Retorno progresivo y voluntario de estudiantes: el INBA comienza a retomar sus actividades tras trágica explosión

Estudiantes del INBA retornan voluntariamente tras explosión
Estudiantes del INBA retornan voluntariamente tras explosión

Desde este martes, y después de casi dos semanas cerrado por el incidente que terminó con 35 alumnos quemados, el Internado Nacional Barros Arana reabrió sus puertas para retomar, de manera acotada, algunas de sus actividades.


Desde poco antes de las 9 de la mañana de este martes el Internado Nacional Barros Arana (INBA) volvió a ver caras de estudiantes después de la tragedia ocurrida el 23 de octubre recién pasado, cuando la explosión de un artefacto incendiario dejó más de 30 estudiantes heridos de diversa gravedad. Desde ese día la asistencia de alumnos había estado suspendida debido a las investigaciones referidas al caso y a la preparación de un plan de contingencia para recibir nuevamente a los menores.

Y es que el retorno, según se dijo en todos los tonos, no podía ser como si nada hubiera pasado, toda vez que el hecho se posiciona quizás si como el más grave en toda la historia del establecimiento, con seis alumnos (de 20 hospitalizados) que hasta el cierre de esta edición se mantenían en estado crítico debido a sus quemaduras. Y por eso el regreso tenía que ser abordado como tal.

De hecho, la dirección del propio establecimiento, encabezada por la rectora María Alejandra Benavides, postergó la semana pasada el retorno a clases por labores investigativas que se seguían realizando, así como el trabajo psicoemocional para los funcionarios. También el trazado de la vuelta y contención de los estudiantes.

Y así, con una intervención de la Seremi de Educación enfocada en apoyar esta labor, profesores y equipos de Convivencia Escolar del INBA y de la Dirección de Educación (DEM) de Santiago como sostenedora del establecimiento, han estado durante todos estos días abordando esta estrategia, pensada a mediano y largo plazo.

Clave en este armado fue la conversación entre el equipo directivo con las familias de los estudiantes inbanos, con quienes se delineó la vuelta. También con los gremios del recinto, quienes de reojo veían cómo la discusión sobre el futuro del INBA comenzó a tomar tintes políticos y con Mario Desbordes, alcalde electo de Santiago, amenazando con cesar de sus funciones a la rectora una vez asuma su cargo.

Así llegó este martes 5 de noviembre, día en que podrían ingresar los alumnos que así lo quisiesen. Eso fue lo primero zanjado en esas conversaciones previas: el regreso, por un lado, no sería de todos los estudiantes al mismo tiempo, y, por otro, voluntario.

“Este retorno será de manera progresiva, ya que los distintos niveles se irán sumando durante el paso de los días. También será un retorno voluntario, pues se entiende que hay familias y estudiantes que prefieren no asistir y no volver en lo que queda de año”, comunicaron desde el internado a su comunidad educativa, a la que también le explicaron que “el objetivo de esta vuelta no es un retorno a la normalidad de las clases, sino al internado como un espacio de contención socio-emocional y de compartir entre pares y estamentos”.

Quienes conocen de este trabajo aseveran que habrá labores de profesionales externos al establecimiento -como psicólogos-, que son los que aportará la Seremi y que al menos para este primer día se apuntaba a una jornada de reflexión, con la idea de realizar instancias ampliadas con los presentes.

En lo cotidiano, el retorno se planificó con horarios acotados y en bloques de cursos. Así, por ejemplo, para este martes de 9 a 10.30 de la mañana estaban citados los séptimos, octavos y cuartos medios, mismo horario que tendrían estos mismos niveles el resto de la semana. A partir de este miércoles, en tanto, se espera ir sumando progresivamente hasta el viernes al resto de los cursos de educación media en el horario de 11 a 12.30.

Estos horarios, en todo caso, podrían ser modificados en los días venideros, por lo que a las familias se les ha pedido flexibilidad para lo que queda de año.

Por otro lado, el establecimiento tomó la determinación de cerrar ciertos espacios del recinto, como el patio Siberia, donde habitualmente están los cuartos medios, nivel donde hay mayores afectados por la explosión. Estos alumnos, de hecho, también serían trasladados de salas hasta las del primer piso del patio “amarillo”.

¿Y las evaluaciones? En el entorno del recinto aseveran que como el retorno es voluntario “hasta fin de año”, cerrar anticipadamente años académicos será visto caso a caso. Que se conversará con cada familia, sin ser una política anunciada para todos por igual.

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