Sahra Wagenknecht, la “conservadora de izquierda” que revoluciona la política alemana

Sahra Wagenknecht, líder de la Alianza Sahra Wagenknecht, en un mitin en Dresden. Foto: Reuters

Excomunista y nacida en la Alemania Oriental, la diputada terminó haciendo un partido político con su nombre. Aunque asegura preocuparse por los trabajadores y la desigualdad económica, también ataca las políticas migratorias y está en contra de la guerra en Ucrania.


“Aquella que nunca encontró un partido político que pudiese tolerar, terminó fundando el propio”. Con esas palabras, el diario The New York Times resume un poco de la trayectoria política de Sahra Wagenknecht, una “conservadora de izquierda” que rompe con los moldes del espectro político. Llegando a tomar elementos del nacionalismo de derecha y el socialismo, la diputada tiene una gran prueba este fin de semana, cuando su estado natal, Turingia, y Sajonia vayan a las urnas por las elecciones regionales.

Con 55 años, empezó este año su nuevo partido: la Alianza Sahra Wagenknecht, y las encuestas le dan un tercer lugar en los tres estados que tienen elecciones este año, todos en su natal ex Alemania Oriental. Si en estas regiones su partido está entre el 15% y el 20% de las intenciones de voto, a nivel nacional sigue teniendo un nivel considerable, con 9% en las encuestas, y superando así a Die Linke (La Izquierda), el partido en el que militó hasta el momento.

“¿Está la nueva superestrella alemana tan a la izquierda como para estar en la extrema derecha?”, se preguntan desde el medio Politico, y es que algunas de las posiciones de Wagenknecht son las mismas que Alternativa para Alemania (AfD), el partido de extrema derecha: terminar con la ayuda a Ucrania y reducir lo más posible la migración en el país. Y ha diferencia del AfD, al menos, Wagenknecht no tiene lazos con neonazis.

Sahra Wagenknecht, líder de la Alianza Sahra Wagenknecht, en un mitin en Dresden. Foto: Reuters

Wagenknecht nació en 1969, en Turingia, hija de un padre iraní y una madre alemana, en medio de la Alemania del Este. Cuando entró a la universidad, también lo hizo en política, y a los 19 años se unió al Partido Socialista Unificado, que era el que gobernaba entonces en la República Democrática Alemana (RDA). En ese entonces fue parte de la facción marxista-leninista del partido, en pleno momento de transición poscaída del Muro de Berlín.

Experta en Marx y Hegel, llegando a escribir su tesis de máster al respecto, Wagenknecht nunca dejó atrás algunas de sus ideas de la RDA. Tuvo encontrones con el partido de entonces, que pasó a llamarse Partido del Socialismo Democrático (PDS), sobre todo cuando se trató de condenar los asesinatos en el Muro de Berlín.

En ese entonces ella fue la única integrante del comité directivo del partido que estuvo en contra de una declaración condenatoria por parte del PDS. “Ningún Estado debería obligar a sus ciudadanos a vivir en él cuando no quieren hacerlo. Cada quien tiene solo una vida y debe poder decidir dónde vivirla”, aseguraba entonces la declaración.

Sarah Wagenknecht junto a una seguidora en Dresden. Foto: Reuters

Ya en 2015, cuando empezó la crisis migratoria por la guerra en Siria, Wagenknecht empezó a mostrarse en contra de la política de la canciller Angela Merkel, que suspendió una regulación europea para así recibir a más refugiados. A partir de entonces el tema se volvió crucial en la agenda de los partidos de extrema derecha, como el AfD, y que se fundó como “partido euroescéptico”. Durante ese tiempo el AfD crecía en la antigua Alemania Oriental, mientras que Die Linke, ex-PDS, bajaba en las elecciones.

En una primera instancia, Wagenknecht criticó abiertamente las políticas de Merkel, asegurando que se estaban recibiendo refugiados sin tener recursos financieros para acogerlos. Continuando su fama de “revoltosa”, estas posiciones la enfrentaron con su partido.

Ya en 2021, Wagenknecht llegó a escribir un libro contra Die Linke, llamado Die Selbstgerechten (Los engreídos). Ahí acusa a los líderes del partido de privilegiar a una “clientela académica” con un “lenguaje con conciencia de género y productos orgánicos costosísimos” y, en cambio, ignorar las necesidades de la clase trabajadora. Asimismo, habla sobre los activistas medioambientales y asegura que la activista sueca Greta Thunberg y su grupo, Fridays for Future, reciben “excesiva atención”.

Con el inicio de la guerra ucraniana se abrió otro frente en que se separaba su opinión con aquella de Die Linke. Según ella, Alemania debería seguir comprándole gas a Rusia y no tomar parte de las sanciones económicas contra Moscú. También es de la idea de dejar de enviar armas a Ucrania, e incluso disolver la OTAN. Ya para el verano de 2023, con tantas polémicas en la espalda, algunos de los miembros de su partido la conocían como “la innombrable”. Y así, en enero 2024 terminó separándose y lanzando su propio partido: la Alianza Sahra Wagenknecht.

A diferencia de AfD, hay ciertos compromisos democráticos de Wagenknecht que la alejan del neonazismo: sostiene la democracia constitucional alemana y rechaza abandonar la Unión Europea, cosa que el AfD promueve. En ese sentido, muchos alemanes descontentos con la actual coalición semáforo ven en ella un “voto más seguro” contra la migración y la guerra, y sin apoyar a un partido protofascista.

En entrevistas, Wagenknecht ha asegurado que las etiquetas clásicas de izquierda y derecha “no corren” con ella: “Nosotros no usamos esas anteojeras. Si consideramos la lucha por la justicia social, por una menor desigualdad, como algo de izquierda, por supuesto que somos de izquierda en ese sentido. Al mismo tiempo, estamos a favor de limitar la migración, que supuestamente no es tan de izquierda. Por lo tanto, para muchas personas, las categorías de izquierda y derecha ya no son comprensibles”.

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