Sin árbol ni pesebre: Belén se queda sin celebraciones de Navidad por la guerra

Una vista muestra la zona desierta fuera de la Iglesia de la Natividad en Belén, mientras el conflicto en Gaza causa estragos en el sector turístico, en la Cisjordania ocupada por Israel, el 11 de octubre de 2023. Foto: Reuters

Los patriarcas y jefes de Iglesias en Jerusalén, a través de una carta conjunta, justificaron que la cancelación de los festejos enfatizará el “significado espiritual”, en medio de más de un mes de derramamiento de sangre. La alcaldía de Belén informó, en tanto, que había restringido las celebraciones por respeto al duelo de quienes perdieron familiares en la guerra.


Cuando la localidad cisjordana estaba levantando cabeza tras el mazazo de la pandemia, la contienda entre Israel y Hamas ha significado un nuevo golpe a la principal fuente de ingresos de Belén, de unos 30.000 habitantes, que son los peregrinos extranjeros. En medio del derramamiento de sangre en la región, los patriarcas cristianos en Tierra Santa tomaron una decisión radical: eliminar las celebraciones navideñas en el lugar de nacimiento de Jesús.

A través de una carta conjunta, los Patriarcas y Jefes de Iglesias en Jerusalén, un consejo interdenominacional de obispos y pastores responsables de las Iglesias en Tierra Santa, justificaron así su decisión: Cada año, durante las estaciones sagradas de Adviento y Navidad, nuestras comunidades cristianas en Tierra Santa se deleitan en sus preparativos para la conmemoración del nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”, escribieron en su misiva.

“Además de la asistencia a los servicios religiosos, estas celebraciones normalmente han implicado la participación en numerosas festividades públicas y la exhibición a gran escala de decoraciones costosas y brillantemente iluminadas como medio de expresar nuestra alegría por la proximidad y llegada de la Fiesta de la Natividad”.

Una vista de figuras talladas en madera de olivo en tiendas de souvenirs, mientras el conflicto en Gaza causa estragos en el sector turístico, en Belén, en la Cisjordania ocupada por Israel, el 11 de octubre de 2023. Foto: Reuters

“Pero estos no son tiempos normales. Desde el inicio de la guerra, hubo una atmósfera de tristeza y dolor. Miles de civiles inocentes, entre ellos mujeres y niños, murieron o sufrieron heridas graves”, continuaron los obispos. “Muchos más lamentan la pérdida de sus hogares o el destino incierto de sus seres queridos. En toda la región, aún más perdieron su trabajo y están sufriendo graves desafíos económicos. Sin embargo, a pesar de nuestros repetidos llamados para una alto el fuego humanitario y una reducción de la violencia, la guerra continúa”.

Por ello, defienden que su decisión de restar importancia a los actos festivos en la localidad tiene como objetivo resaltar el núcleo espiritual de la festividad en medio de más de un mes de derramamiento de sangre. “Los Patriarcas y Jefes de las Iglesias en Jerusalén hacemos un llamado a nuestras congregaciones para que se mantengan firmes junto a quienes enfrentan tales aflicciones, renunciando este año a cualquier actividad innecesariamente festiva”, escriben.

Turistas y fieles visitan la Iglesia de la Natividad, tradicionalmente considerada el lugar de nacimiento de Jesucristo, en la ciudad cisjordana de Belén, el 23 de diciembre de 2022. Foto: AP

“Asimismo animamos a nuestros sacerdotes y fieles a centrarse más en el significado espiritual de la Navidad en sus actividades pastorales y celebraciones litúrgicas durante este período, con todo el foco dirigido a tener en nuestros pensamientos a nuestros hermanos y hermanas afectados por esta guerra y sus consecuencias, y con fervientes oraciones por una paz justa y duradera para nuestra querida Tierra Santa”, añaden en la carta, en la que aclaran que “las familias de Belén celebrarán la Navidad con misa, oración y sacrificio como lo solicitaron los líderes religiosos. La Navidad será sombría, reflejando los recientes acontecimientos en Israel, Gaza y Cisjordania”.

Procesión cancelada

En esa línea, contactada por el medio brasileño G1 de Globo, la alcaldía de Belén informó que había cancelado las festividades por respeto al duelo de las familias que perdieron a familiares en la guerra. Cisjordania ha sido escenario de operaciones y enfrentamientos israelíes, y había sido el principal punto de inflamación en la región antes del ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre.

“Se tomó la decisión de restringir las celebraciones navideñas a rituales religiosos y organizar eventos para transmitir nuestra enérgica condena a la agresión israelí contra nuestro pueblo palestino en Cisjordania y Gaza”, dijo la alcaldía de Belén en un comunicado.

Personal de seguridad israelí trabaja en un área después de un incidente en un puesto de control entre Belén y Jerusalén, en la Cisjordania ocupada por Israel, el 16 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Según la institución, sólo se permitirán oraciones conjuntas. No habrá la tradicional decoración de luces y el árbol de Navidad, ni se instalará el gran pesebre, que se encuentra en la Plaza del Pesebre y atrae cada año a cientos de turistas. En la madrugada del 24 y 25 de diciembre suele celebrarse en la ciudad una gran procesión, que también fue cancelada, señaló G1.

“Este año en Belén no habrá árbol de Navidad, coros, luces ni adornos. El desfile navideño de más de 100 años compuesto por bandas de música y gaiteros de las tropas de exploradores parroquiales ha sido cancelado”, dijo Michele Burke Bowe, embajadora de la Soberana Orden Militar de Malta ante la Autoridad Palestina en declaraciones a Fox News. “En cambio, por edicto del Patriarca y los Jefes de la Iglesia de Jerusalén, este diciembre será muy parecido a aquella primera Navidad hace 2.000 años. Sin regalos, sin celebraciones, sin fuegos artificiales ni festividades... Sólo un bebé nacido en una profunda noche de invierno bajo una estrella brillante”.

“Las familias de Belén celebrarán la Navidad con misa, oración y sacrificio como lo solicitaron los líderes religiosos. La Navidad será sombría, reflejando los recientes acontecimientos en Israel, Gaza y Cisjordania”, comentó Bowe, quien se desempeña como presidente del Hospital de la Sagrada Familia en Belén, que brinda atención materna a mujeres embarazadas en la región, independientemente de su fe.

Familiares participan en el funeral de un palestino que fue asesinado en una incursión israelí, en Belén, en la Cisjordania ocupada por Israel, el 19 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Belén se encuentra a ocho kilómetros al sur de Jerusalén, en la Cisjordania ocupada por Israel. La ruta de Jerusalén a Belén, de apenas unos kilómetros, está bloqueada por las fuerzas israelíes desde que se desencadenó el actual conflicto, señala la Agencia Informativa Católica Argentina. Llegar ahora a la basílica de la Natividad implica más del doble de kilómetros y atravesar desde el sur un control del Ejército israelí que no siempre está abierto.

“El 6 de octubre fue la última vez que acompañé a turistas. Al día siguiente cerraron los controles militares israelíes, los turistas se quedaron en Jerusalén y fueron regresando a sus países”, describió, en declaraciones al diario El País, Ramsi Al Saadi, un guía de 36 años, refiriéndose a la víspera del comienzo de la guerra. Al día siguiente, se produjo el ataque de Hamas que dejó unos 1.200 muertos en territorio israelí y más de 200 rehenes en Gaza, detonante de la actual contienda.

El foco principal de la actual guerra se halla en Gaza, donde han muerto ya más de 14.000 personas por la operación militar israelí. El enclave palestino se encuentra a unos 60 kilómetros en línea recta de Belén, donde es la economía la que se encarga de causar más estragos. Sin embargo, la violencia no esquiva a Cisjordania, donde han muerto al menos 185 palestinos en el mayor brote de violencia en este territorio desde la Segunda Intifada (2000-2005).

“Se mantendrán las misas y los rezos, porque creo que serán más necesarios que nunca, pero no las fiestas o los cánticos”, reconoce el padre Rami Asakrieh, un franciscano jordano párroco de la iglesia católica en Belén. Ramsi Al Saadi es consciente de que, sin luces, sin adornos, sin regalos, sin actividades en la calle y, sobre todo, sin grupos de turistas, sobrevivir va a ser más difícil. No tiene cifras exactas, pero está seguro de que el desempleo del 20% anterior al conflicto se ha disparado.

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