Sobrino de Guzmán, a días de que Francia vea extradición de Palma: "Esperamos que prime el más mínimo sentido de justicia y de reparación"

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Francisco Moreno Guzmán, subsecretario de Hacienda y sobrino del ex senador Jaime Guzmán, aborda el aniversario número 22 de la fuga de cuatro ex frentistas de la Cárcel de Alta Seguridad y la situación actual de los involucrados en el asesinato de su tío. "Es evidente se ha ido configurando una red orquestada que ha posibilitado la denegación permanente de justicia por este asesinato", dice.


Francisco Moreno Guzmán tenía 20 años el 30 de diciembre de 1996. Ese día, Mauricio Hernández Norambuena, Ricardo Palma Salamanca, Pablo Muñoz Hoffman y Patricio Ortiz Montenegro, los cuatro ex integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, detenidos de la Cárcel de Alta Seguridad, se fugaron con la ayuda de un helicóptero y una canasta.

A 22 años del suceso, denominado "Operación Vuelo de Justicia" y la "fuga del siglo", el ahora subsecretario de Hacienda y sobrino del ex senador asesinado por miembros del Frente, recuerda el episodio, analiza la situación de los involucrados en el asesinato de Guzmán y también proyecta el futuro de su partido, la UDI, el mismo que su tío fundó.

¿Qué evaluación hace de su año en que debutó como subsecretario y que coincidió con la detención de los cuatro frentistas fugados?

Ha sido un año especialmente intenso que nos ha traído noticias esperanzadoras frente a la denegación sistemática de justicia que hemos vivido como familia en estos 27 años desde el asesinato de Jaime Guzmán. Al mismo tiempo, hemos tenido que enfrentar situaciones especialmente duras tales como el otorgamiento de asilo político a Ricardo Palma Salamanca en Francia, uno de los autores materiales del crimen. Mientras en México se capturó a Raúl Escobar Poblete y se accedió a extraditarlo a Chile -es uno de sus asesinos y quien nunca ha cumplido condena- en Francia se le otorgó asilo político a Ricardo Palma Salamanca a través de la Oficina de Protección a los Refugiados y Apátridas luego de haber sido capturado en París en febrero de este año. Son muchas las piezas que aún faltan por descubrir y por las cuales seguiremos buscando justicia.

¿Qué edad tenía el 30 de diciembre de 1996?

Para la fuga de la Cárcel de Alta Seguridad de los frentistas tenía 20 años. Fue bien impactante recibir la noticia. Es que era imposible dar crédito a que un helicóptero había sobrevolado la cárcel dejando caer una cuerda de 15 metros con un canastillo en el cual alcanzaron a huir 4 frentistas condenados por secuestros y asesinatos varios. Dos de ellos participaron en el asesinato de mi tío. Uno como autor intelectual, Mauricio Hernández, y el otro como autor material disparándole a quemarropa, Ricardo Palma Salamanca. Son demasiadas las preguntas que uno se hace sobre qué es lo que sucedió esa tarde de diciembre y la verdad es que es imposible creer que los frentistas no recibieron ayuda desde el interior así como también desde el exterior.

¿A qué se refiere?

El helicóptero Bell Long Ranger estuvo 58 segundos sobre el patio de la cárcel y a pesar de que el gobierno de la época señaló que Gendarmería había reaccionado con 188 tiros, dos de los frentistas no se alcanzaron a subir al canastillo blindado. Es decir, hicieron gran parte del vuelo entre Pedro Montt y el parque Brasil en el límite de las comunas de La Granja y La Florida fuera de esta estructura de protección.

El mismo Patricio Ortiz Montenegro – uno de los frentistas fugados – declaró que a diferencia de lo que se había señalado, los gendarmes no repelieron en ningún momento el ataque. Impacta que ninguno de los que se fugó ese día hayan regresado a una cárcel chilena. Cuesta creer que toda esta fuga haya sido sin intervención de terceros.

¿Qué recuerda de esos días y los años posteriores?

Si hay algo que recuerdo especialmente de ese hecho es la incredulidad e impotencia no solamente de mi familia sino que de una mayoría importante de chilenos que no podían creer el nivel de impunidad con el cual actuaba en 1996 el Frente Manuel Rodríguez. Una operación de esa envergadura – a 6 años de recuperada la democracia – hablaba de que todavía había un sector activo que buscaba boicotearla por las armas.

En noviembre de este año, en Radio Duna, y a raíz del asilo a Palma Salamanca, dijo que dentro de la familia se han preguntado "cómo ha operado, en forma sistemática, de forma casi perfecta, una red de protección y de negación de justicia no solamente en Chile, sino que también en el extranjero". ¿A qué se refiere?

Luego de tantos hechos inverosímiles tales como la detención fallida de toda la cúpula del FMR en el camping de Colliguay en 1992, de la fuga de la Cárcel de Alta Seguridad en 1996, de la protección de Galvarino Apablaza por la ex presidenta Kirchner en Argentina, del otorgamiento de asilo político a uno de los autores materiales del asesinato en Francia, entre muchos otros, es evidente se ha ido configurando una red orquestada que ha posibilitado la denegación permanente de justicia por este asesinato.

¿Qué espera de la resolución de la justicia francesa en el caso de Palma Salamanca?

Como familia esperamos que prime el más mínimo sentido de justicia y de reparación a fin de que el prófugo Palma Salamanca cumpla finalmente su condena de presidio perpetuo por el asesinato de Jaime Guzmán en Chile.

Futuro de la UDI

¿Usted votó por el diputado Macaya en la elección interna UDI?

El voto es secreto y muy especialmente para los funcionarios de Gobierno.

Luego de la victoria de la senadora Van Rysselberghe, ¿cómo ve el futuro de la UDI?

La elección de diciembre fue un acto revitalizador para la UDI. Se logró una movilización importante de militantes en las 16 regiones quienes tuvieron la oportunidad de manifestarse frente a diferentes proyectos de conducción del partido. Y si bien la campaña fue a ratos dura, lo que trasciende es que se trató de un ejercicio democrático que permite hacer crecer el partido y consolidar su acción como un actor fundamental del actual escenario político. Eso le hace bien a Chile Vamos y al gobierno del presidente Piñera.

¿Qué opina de que algunos parlamentarios, como Jaime Bellolio, estén pensando en dejar el partido luego de la victoria de la senadora?

Yo entiendo que Jaime Bellolio está en un período de reflexión y me parece que tenemos que respetar ese proceso. Espero que se quede en la UDI, porque Jaime ejerce un liderazgo importante y representa una sensibilidad relevante dentro del partido. Ahora, más que casos específicos, me quedo con el desafío que tiene la UDI de fortalecer el espíritu de unidad después de una elección como la vivida. Ese es el único camino para seguir enfrentando los verdaderos desafíos que le importan a la gente. El resto es secundario.

¿Usted ha pensado en dejar el partido?

Cambiarme de partido sería como cambiarme de equipo de fútbol. Nadie se cambia del Colo a la "U". Uno milita en un partido por el proyecto de país en el que se inspira y que te convoca de acuerdo a una historia, a sus ideas y a su proyección futura.

Se dice que los que salgan de la UDI podrían recaer en Evópoli, ¿usted se siente cercano a ese partido?

Tengo muchos amigos en Evópoli y también en Renovación Nacional. La centroderecha tiene diferencias, pero son muchas más las coincidencias y los puntos de convergencia. Tenemos que aprender a convivir y a entender que, a pesar de algunos matices, compartimos objetivos y desafíos comunes que están en el corazón del programa de gobierno del Presidente Piñera.

Negacionismo

¿Cuál es su opinión sobre la indicación que busca sancionar penalmente el negacionismo o la justificación de los crímenes de exterminio que están consignados en informes de Estado?

En Chile no necesitamos una ley para condenar las violaciones a los derechos humanos. En cada situación donde se haya constatado una vulneración a los derechos fundamentales de cualquier persona son los tribunales de justicia los llamados a determinar responsabilidades. Esos fallos deben cumplirse, acatarse y respetarse por todos. El resto es educar a las nuevas generaciones en el deber de irrestricto respeto y apego a los derechos humanos. Nuestra democracia se ha consolidado y somos los actores públicos, no los textos legales, los responsables de mantenerla sana y viva.

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