¿Por qué es tan ingobernable Magallanes?
La reciente salida de María Teresa Castañón de la intendencia eleva la cuenta a tres jefes regionales en menos de un año. En el primer gobierno de Piñera hubo cuatro. En el de Bachelet, solo uno. Todas las bajas han sido por razones distintas y no hay un patrón único, pero actores locales apuntan a una persistente debilidad política de las y los elegidos.
Ocho meses y fracción es ahora el promedio de vida útil de quienes han ocupado la intendencia de Magallanes en lo que va corrido de las dos temporadas de la administración Piñera. Ayer martes, en el desenlace de una nueva teleserie local que los actores políticos y prensa local veía venir, se oficalizó que La Moneda removió a María Teresa Castañón, quien había asumido hace apenas seis meses en reemplazo de otro jefe regional caído en ruidosas circunstancias.
Así, el segundo cuatrienio piñerista entra ahora a su tercer intendente, con la duda de si será o no el último de su período. En el lapso 2010-2014, cuatro nombres se sucedieron en la oficina austral. Sin embargo, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet hubo una sola persona, que sí duró los cuatro años.
¿Por qué Magallanes le ha resultado al oficialismo piñerista tan indomable e inestable? En el caso a caso, cada desenlace ha sido distinto y tampoco es tán fácil fijar un patrón común, explican actores locales a La Tercera PM. Pero sí parecen -dicen en privado- pesar una mezcla entre nombres sin la suficiente experiencia política o redes que les permita sobrevivir a una crisis; rivalidades y ajustes de cuentas internas entre los partidos de derecha.
Pero además, según rescatan en Punta Arenas, sucesivas decisiones e intervenciones gubernamentales en una zona con una reducida masa electoral, donde -como se suele repetir allá- un alcalde, un diputado o un senador, necesitan más o menos el mismo margen de votos, alrededor de unos 60 mil.
Tanta rotación incluso ha despertado críticas por un supuesto "maltrato" del gobierno a sus intendentes.
Todo empezó con el gas
En el último episodio , el de ayer, la intendenta María Teresa Castañón llevaba semanas lidiando con los trascendidos -entre los que se repetía que tenía una evaluación negativa en La Moneda- y críticas locales, que insinuaban que ella tampoco rompería el récord de superviviencia en el cargo. Terminó reemplazándola José Fernandez Dübrock, hasta ahora seremi de Agricultura.
Para los entendidos, una de las causas basales de tanta rotación hay que ir a buscarla por allá por el 2011, en ese primer y angustiante primer verano del primer gobierno de Piñera. Fue cuando éste anunció un alza en las cuentas del gas, rompiendo con el subsidio que a los magallánicos les permitía consumir el combustible en grandes cantidades.
La Moneda dejó entonces escalar la crisis más allá de lo necesario, se produjeron protestas, marchas y bloqueos, y al final eso le costó el puesto al entonces ministro de Energía, Ricardo Rainieri, quien había dicho que los locales se les había "acabado la fiesta" con el alza de precios.
Con la opinión pública magallánica muy en contra, el conflicto también se llevó por delante a la cara visible del gobierno, la intendenta Liliana Kusanovic. Dejó el cargo en abril del 2011: casi cumplió el año.
"Después de lo del gas, allá no nos quieren. No nos la perdonan", recuerdan dirigentes de RN.
Para ordenar la casa, el gobierno puso a Arturo Storaker. Logró superar el año, pero también tuvo que salir en agosto del 2012 a raíz de un cuadro de irregularidades que más tarde lo llevaron a enfrentar a la justicia en el denominado "Caso Rayén" (la contratación de una empresa para reparar el centro de Punta Arenas, inundado durante el desborde del Río Las Minas), del que finalmente fue absuelto.
Tampoco tuvo mejor suerte su sucesor, Mauricio Peña y Lillo: duró hasta septiembre del 2013, caundo cayó en medio de acusaciones de -nuevamente- irregularidades, esta vez vinculadas con la licitación de la Zona Franca local.
El próximo de la lista fue Claudio Radonich, quien sí logró terminar el período hasta marzo de 2014, aunque apenas duró seis meses. Tenía a favor ser intendente de confianza de La Moneda y de Piñera: al terminar el gobierno se instaló en la Fundación Avanza Chile.
¿Bachelet? Solo tuvo en el cargo al médico Jorge Flies, quien completó los cuatro años. ¿Por qué él sí y los intendentes de Piñera no? Bueno, dirigentes de la UDI y RN locales no se demoran en encontrar la explicación: antes, en el primero gobierno del actual presidente, había sido director del Servico de Salud magallánico. Es tan transversal y con tanta redes en la derecha local, dicen, que durante su paso por la intendencia no tuvo una verdadera oposición.
En contraste, cuando comenzó el actual gobierno, se optó por Christian Matheson. A los cuatro meses tuvo que dejar el cargo, según se recuerda, luego de una intervención directa de La Moneda y en particular de la ministra vocera Cecilia Pérez, quien llegó hasta la zona a anunciar como su reemplazante a Castañón. En Magallanes aún repiten que fue una solución de "emergencia" y que los hechos posteriores lo demostraron.
"Hay maltrato"
Los actores locales resaltan que en esta inestabilidad gravitan las pugnas locales, especialmente entre la UDI y RN. En RN ciertos dirigentes culpan al gobierno por su tendencia a favorecer a los gremialistas cuando tienen que nombrar cargos. Algunos recuerdan, por ejemplo, que mientras subían y bajaban intendentes, la UDI mantuvo firme esos cuatros años como seremi de gobierno -vocero- a Miguel Schweitzer.
Pero en la UDI argumentan que quien realmente pesa en los nombramientos es el ex intedente y hoy alcalde Radonich, por sus contactos con el Ejecutivo. Él lo ha negado, argumentando que Matheson era de sus filas y que nadie le preguntó nada cuando lo destituyeron.
Otro actor gravitante en la zona ha sido el ex presidente de RN Carlos Larraín, magallánico con terrenos y ovejas que esquilar.
¿Qué dicen ante tanta rotativa y sus razones? Sin entrar en la anatomía local de las pugnas, Larraín insiste en que "es una pena" que cambien tanto los cargos locales. Pero también, dice, ha habido tendencia a elegir intendentas e intendentas con carencias políticas, punto que "tiene mucho que ver; no han querido apalancar a los partidos de derecha, no han sido lo suficientemente institucionales". Eso sí, cree que ahora último "el gobierno ha hecho una apuesta más institucional, poniendo a personas que vienen de la derecha y se identifican con ella", pero que tampoco han durado.
Radonich, quien asegura que en este última etapa no ha figurado en la cadena de decisiones recalca que "cada momento ha sido distinto" y por distintas razones. Pero que a estas alturas ya ve "maltrato" y que "es una anormalidad tener tres intendentes en once meses".
"Pero durante el 2018 el gobierno no ha leído bien Magallanes y no ha tenido talento para tener buena información para tomar buenas decisiones. Las últimas cuatro semanas fueron muy complejas. La sensación de maltrato ha sido algo real para intendentes y seremis. Si bien nuestra región tiene buenos índices de empleo y crecimiento, no podemos mentir: la últimas semanas el gobierno regional muy débil", asegura.
Schweitzer también piensa que "no es bueno tanto cambio. El ideal es que quien llega pueda llegar, armar equipos y trabajar con ellos, pero con cambios tras pocos meses, no es bueno. Ahora, si la evaluación es que no está funcionando, hay que hacer el cambio lo antes posible".
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