Todas las cartas del Parlamento británico para resolver el laberinto del Brexit
La Cámara de los Comunes votará el miércoles una serie de enmiendas no vinculantes sobre distintas opciones de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, como un segundo referendo o un divorcio blando.
La frustración sobre el proceso del Brexit se ha apoderado de los británicos. Solo un 7% cree que el gobierno ha manejado bien las negociaciones y solo un 6% espera que Reino Unido obtenga un buen acuerdo de las negociaciones. Tanto un 80% de los votantes a favor del Brexit, como un 85% de sus detractores, cree que los ministros no han hecho un buen trabajo al supervisar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, según un estudio del Centro Nacional para Investigación Social (NatCen), citada por el diario The Guardian.
En medio de este contexto, el Parlamento decidió el lunes tomar control del proceso y mañana miércoles votará una serie de enmiendas no vinculantes sobre distintas opciones del Brexit. A continuación algunos de los caminos que se estudian:
Unión aduanera
Una opción podría consistir en conservar gran parte del acuerdo negociado por la primera ministra Theresa May, pero manteniendo al país dentro de la unión aduanera europea, lo que evitaría los aranceles y las restricciones al comercio e impediría cualquier barrera administrativa entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido, al tiempo que se mantiene abierta la frontera terrestre con la República de Irlanda.
Es la opción que prefiere la principal formación de oposición, el Partido Laborista, pero se contrapone con la promesa del Partido Conservador de sacar al país de la unión aduanera y del mercado único europeo.
Una unión aduanera con la Unión Europea impediría a Reino Unido mantener una política comercial autónoma con terceros países y firmar sus propios acuerdos de libre comercio, como desean los partidarios del Brexit.
Modelo noruego
Reino Unido podría abandonar el bloque pero permanecer dentro del Espacio Económico Europeo, una situación como la que tiene Noruega, que disfruta de una relación comercial muy estrecha con el bloque pero sin pertenecer a la unión aduanera.
Noruega tiene, sin embargo, un acceso al mercado único europeo, lo que le obliga a respetar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas sin tener voz ni voto en la toma de decisiones. Los productos de la agricultura y la pesca no están incluidos en este acuerdo. El gobierno de May rechaza este modelo porque no permite controlar la inmigración procedente de la UE, un argumento clave de la campaña probrexit.
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FOTO: AFP[/caption]
Salida sin acuerdo
Considerado el peor escenario posible. Pese a que esta opción fue rechazada por los parlamentarios en una votación el 13 de marzo y May pareció descartarla, sigue siendo la "opción por defecto" si el país llega a la fecha límite del 12 de abril sin haber aprobado un acuerdo o presentado una opción alternativa que probablemente implicaría un largo aplazamiento del Brexit.
De seguir este camino, Reino Unido pondría fin a 46 años de pertenencia a la UE, abandonando todas sus legislaciones y acuerdos sin período de transición. Los intercambios comerciales entre ambos pasarían a regirse por las muy básica reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Segundo referendo
Muchos diputados proeuropeos defienden la convocatoria de una segunda consulta como la forma más viable de evitar el Brexit. Afirman que en 2016 los británicos votaron sobre falsas promesas y que la negociación con Bruselas ha mostrado las verdaderas consecuencias de abandonar el bloque.
Los detractores de esta opción defiende que volver a votar pondría en entredicho la legitimidad democrática y socavaría la confianza en las instituciones de quienes optaron por el Brexit.
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