Todos llevan agua a su molino: los cálculos del Apruebo y el Rechazo ante el factor del voto obligatorio en el plebiscito

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Que no sea voluntario sufragar en los comicios del 4 de septiembre genera una incertidumbre adicional en cuanto a los resultados del proceso, reconocen entre los partidos que están por visar el texto constitucional y los que quieren rechazarlo. Sobre si favorece a una u otra opción no hay una postura clara: algunos consideran que si aumenta la participación de jóvenes se verá beneficiado la propuesta de la Convención Constitucional, mientras otros creen que si crece la de adultos mayores, se producirá el efecto contrario. Lo cierto, dicen, es que eso los obliga a fortalecer el despliegue territorial.


“Nosotros tenemos en el comando y también algunos estudios que ha ido monitoreando el gobierno, que va a votar mucha gente, que eso puede superar ligeramente el umbral del 60, 65%, pero nadie puede predecirlo hoy día”.

Las palabras corresponden al presidente de RD, el senador Juan Ignacio Latorre, quien se refería -hace unos días, en entrevista con Canal 13-, al escenario de voto obligatorio que contempla el plebiscito del próximo 4 de septiembre. Una materia que no es indiferente en las campañas del Apruebo y del Rechazo debido a que saben que podría ser un factor que incline la balanza para uno u otro lado.

En esa línea, dijo que es “es un proceso de abajo hacia arriba” y que “puede haber una sorpresa respecto a lo que las encuestas están diciendo”. Esto en un contexto en que, diferentes sondeos de opinión, arrojan una ventaja del Rechazo sobre el Apruebo (la que se ha ido acortado en los últimos días) respecto a propuesta de nueva Constitución que elaboró la Convención Constitucional.

Sobre si favorece a los que quieren visar el nuevo texto constitucional o quienes buscan rechazarlo, agregó que “cómo saberlo. Si vota mucha gente que no ha votado anteriormente, es muy difícil predecir su comportamiento electoral”.

Ese último punto, de hecho, es la gran interrogante que existe en los partidos políticos, en los comandos y en las mismas encuestas, las cuales algunas han hecho sus mediciones. Así, el si vota más gente favorece al Apruebo o el Rechazo es una materia que genera inquietud en las coaliciones de gobierno y la oposición.

En ese sentido, el senador Latorre añadió que creen que “podría repetirse el escenario de (Gabriel) Boric con (José Antonio) Kast, y el porcentaje de los que pueden ir a votar puede ser muy superior”. En esos comicios presidenciales, en diciembre del año pasado, votaron de manera inédita -bajo escenario de voto voluntario- más de ocho millones de personas, es decir, más de un 55% del padrón habilitado para sufragar.

En el oficialismo, por ejemplo, al interior del Frente Amplio algunos apuestan a que si vota más gente debería ser en mayor medida los jóvenes quienes se inclinarían por el Apruebo. Asimismo, otros creen, de acuerdo a mediciones internas que manejan, que la votación no será tan superior a la segunda vuelta presidencial, como plantea Latorre, y consideran que hay al menos dos factores que se deben considerar: que en Chile existe una alta abstención, en general, como un factor estructural y que, por ende, el que sea obligatorio no influirá tanto en la ciudadanía, sobre todo, porque las multas son bajas en casos de no cumplir (entre 29 mil y 174 mil pesos, aproximadamente).

En segundo lugar, sostienen que existe una alta competitividad entre las dos opciones en disputa, lo que moviliza gente de lado y lado.

De igual manera, apuestan a que, a diferencia de lo que estiman algunos sondeos, los mayores que concurran a las urnas producto del voto obligatorio, aunque sus convicciones sean “más conservadoras”, puedan sufragar aprobando el nuevo texto porque sienten que “no les afectará” a ellos y podría beneficiar a las generaciones más jóvenes.

El presidente de Comunes, Marco Velarde, indicó que “el voto obligatorio de esta elección es beneficioso, primero, para la salud de nuestra democracia. Porque entre más gente participe en la decisión sobre las reglas que nos vamos a dar para vivir en sociedad, hace que la decisión que se tome el próximo 4 de septiembre, sea mayormente validada. En los países donde hay voto obligatorio la participación llega hasta el 80% y sería sin duda beneficioso para nuestra sociedad. Si esta opción es beneficiosa para una u otra opción, es algo que está en duda y es parte del factor sorpresa para esta elección porque la gente que no ha participado de comicios anteriores, tiene mayor desafección de la política. Y es tarea de ambos comandos, Apruebo y Rechazo, llegar a ese número de electores, que están cerca de la indecisión (...). Es un gran factor sorpresa y no es beneficioso para ninguna de las opciones hoy”.

En el Socialismo Democrático, en tanto, el secretario general del PPD, José Toro Kemp, indicó que “hay cinco millones de personas que no han votado nunca, el promedio normal (de participación) son 7 millones. El padrón, por otro lado, son cerca de 14 millones de personas que no sabemos cómo se comportan electoralmente que, con voto voluntario, nunca accedieron a ir a votar, porque no los representa o no les gusta el sistema de elección. Hasta ahora, lo que manejamos, son tesis de las encuestas y nosotros creemos que el escenario es completamente incierto. Los que son ‘antisistema’, uno pensaría que van a rechazar todo, pero otros dicen que beneficia al Apruebo. Es un factor a considerar”.

En la oposición, por otro lado, la mayoría considera que el sufragio obligatorio podría eventualmente favorecer al Rechazo, ya que se piensa que a mayor participación más grande serán los apoyos que consiga esta opción debido a que creen que se movilizará un mayor porcentaje de adultos mayores. Algunos parlamentarios, además, dicen que en terreno han podido ver que existe lo que llaman un “voto oculto” del Rechazo. Es decir, gente que no quiere decir abiertamente que está por no adherir a la nueva Constitución, y que el impulso de obligarlos a votar hará que crezcan los apoyos.

De todas maneras, en el sector piensan que aunque el voto sea obligatorio no participará gran parte del padrón. De hecho, los cálculos que hacen en la derecha son que podría llegar a votar cerca de un 60% de las personas.

En una de las encuestas Cadem, de junio pasado, arrojó, en un desglose etario, que quienes tienen la mayor disponibilidad a participar del plebiscito fueron los adultos mayores de 65 años de edad. En este segmento, el 94% dijo que “definitivamente” o “probablemente” sí irá a votar el 4 de septiembre.

En este contexto, en Chile Vamos también ronda la idea de criticar al gobierno por no difundir, a su juicio, ampliamente -en su campaña informativa- que el voto es obligatorio. “Más que favorecer a una u otra opción, que es algo que no sabemos, es importante que el gobierno informe sobre que el voto es obligatorio y las multas que trae aparejado no votar”, dijo el presidente de la UDI, el senador Javier Macaya.

Mientras que la senadora de RN María José Gatica dijo que “me extraña que en la campaña de difusión que está haciendo el gobierno no explique claramente que el voto para el plebiscito es obligatorio. Para que esta decisión sea fuerte y contundente tiene que votar la mayor cantidad de chilenos”.

Por su parte, la secretaria general de la UDI, María José Hoffmann sostuvo que “todas las encuestas muestran que el rechazo crece entre los segmentos de más baja participación electoral. Lo que es coincidente con el nulo interés del gobierno en fomentar la participación o explicar las multas asociadas al voto obligatorio”.

Como el voto obligatorio añade un factor de incertidumbre adicional a los comicios, es que en tanto los del Apruebo como el Rechazo destacan que será clave el despliegue territorial y priorizar algunas zonas, por ejemplo, la Región Metropolitana es una de las batallas más “relevantes” para ambos sectores.

En el pasado plebiscito de entrada -del 25 de octubre del 2020- fue con voto voluntario -al igual que todas las elecciones desde 2013, cuando empezó a funcionar la nueva ley en la materia-, y acudieron 7.573.914 personas a las urnas, equivalente al 50,98% del total del padrón.

En La Moneda, la incógnita de la participación con voto obligatorio también ha sido objeto de monitoreo. En Palacio admiten que como en todas las administraciones “se han hecho estudios sobre materias relevantes en políticas públicas y el acontecer nacional”. En particular, con respecto al plebiscito de salida, la expectativa es alta cuando de participación se habla, y los esfuerzos están puestos en que sea un voto informado, tal como reza la campaña gubernamental.

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