Tulsi Gabbard, la polémica precandidata demócrata que se resiste a abandonar la contienda electoral
La representante por el estado de Hawai tiene un historial de controversias: en 2017 se reunió con el Presidente sirio, Basher Assad, Hillary Clinton la acusó de ser un "activo ruso" y se abstuvo en el proceso de impeachment contra Trump.
Aunque después del Super Martes la carrera por la nominación presidencial del Partido Demócrata se convirtió en una competencia de dos precandidatos, Joe Biden y Bernie Sanders, en la realidad hay una tercera competidora: Tulsi Gabbard, que hasta ahora se niega a abandonarla.
La representante de Hawai de 38 años, que en 2012 se convirtió en la primera hindú en ocupar un escaño en el Capitolio, tiene apenas 1 delegado, que consiguió en Samoa Americana, un archipiélago de 55.000 habitantes en el Pacífico Sur, donde nació. Hasta ahora ha logrado reunir US$ 11, 1 millones en donaciones individuales, pero no tiene posibilidad alguna de ganar la nominación presidencial, ya que necesita 1.991 delegados. No obstante, podría eventualmente participar en los próximos debates de los precandidatos.
Como veterana de la guerra de Irak y mayor en la Guardia Nacional del Ejército en Hawai, una de sus principales preocupaciones es la política exterior de Estados Unidos y aboga para que el país se retire de todas las guerras en el extranjero. También ha advertido que una carrera de armamento nuclear podría estar en el horizonte.
Su carrera política no ha estado exenta de polémicas. Gabbard visitó al Presidente sirio Basher Assad en Damasco en enero de 2017, algo que ningún funcionario estadounidense ha hecho desde que se conocieron los reportes de que el régimen había usado armas químicas contra los civiles. Ella defendió el encuentro como una forma de ayudar a la paz. También, dice el diario The New York Times, votó en contra una resolución de la Cámara de Representantes que condenaba los crímenes de guerra del mandatario y más recientemente señaló que Assad “no era el enemigo de Estados Unidos”.
En enero presentó una demanda por difamación por US$ 50 millones contra la candidata presidencial demócrata de 2016, Hillary Clinton, quien dijo en un podcast que Gabbard era un “activo ruso” con que el que Moscú buscaba dividir al electorado estadounidense y ayudar a Trump a ganar la reelección. Eso sí Clinton nunca la mencionó con nombre y apellido.
El diario The new York Times señala que Gabbard no “encaja en una ideología establecida o una ecuela de pensamiento”. “Ella en general no respalda entrometerse con dictadores, piensa que la amenaza rusa es severamente exagerada, quiere bajar el tono de los enfrentamientos con Irán y preferiría una mejor relación con Corea del Norte”, indicó el periódico.
Por otro lado, defiende los derechos reproductivos de la mujer y aboga por un seguro de salud universal. Eso sí, tiene postura muy dura respecto del matrimonio gay, por lo que es cuestionada por sus compañeros demócratas.
Durante el gobierno de Barack Obama fue muy crítica de su política exterior, lo que la convirtió en una invitada recurrente de Fox News. En uno de los debates del año pasado, la senadora Kamala Harris disparó contra la precandidata y la acusó de haber pasado cuatro años criticando siempre a Obama en Fox News y que ahora hacía lo mismo con el partido. Harris hizo su comentario después de que Gabbard dijera que la colectividad ya no le pertenecía “al pueblo”, sino al establishment.
En las elecciones de 2016, renunció a la vicepresidencia del Comité Nacional Demócrata para apoyar a Sanders, aunque actualmente es la favorita de los medios conservadores.
Como si fuera poco, durante el juicio político a Donald Trump Gabbard fue una de los cuatro demócratas que no apoyó a favor del “impeachment” contra el mandatario. La representante de Hawai votó “abstención”, argumentando que “no podía votar en buena conciencia sí o no" después de leer la documentación.
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