Venezuela y la hora más crítica para Maduro: ¿El comienzo del fin?

Opposition demonstrators face military vehicles near the Generalisimo Francisco de Miranda Airbase "La Carlota" in Caracas
Foto: Reuters

Tras el alzamiento de Juan Guaidó y la liberación de Leopoldo López, el país vive horas cruciales, tal como ocurrió con el "Caracazo" de 1989 y el fallido golpe contra Hugo Chávez en 2002, que duró apenas 48 horas. Por ahora no se veía un quiebre del alto mando militar, aunque sí una creciente movilización ciudadana contra Nicolás Maduro.


Las crisis en Venezuela funcionan como una olla a presión: se alargan y se alargan hasta que finalmente estallan. Ocurrió con el "caracazo", cuando la ciudadanía se rebeló contra las medidas económicas de Carlos Andrés Pérez en 1989, protestas que le costaron la vida a unas tres mil personas según cifras extraoficiales. Pasó también en 2002, cuando fuerzas contrarias a la Revolución Bolivariana sacaron del poder a Hugo Chávez, aunque 48 horas más tarde éste fue restituido en el Palacio de Miraflores. ¿Venezuela está ahora ante uno de esos momentos cruciales de su historia? La respuesta es sí.

"El momento es ahora", afirmó temprano en la mañana Juan Guaidó, uno de los dos Presidentes que tiene Venezuela desde enero, un caso comparable con lo que ocurre en Libia, donde reina la anarquía, y con lo que en su momento tuvo lugar en países como Costa de Marfil y Gambia. Es decir, naciones con una crisis política, económica y social tan severa que el líder de la oposición de turno termina convirtiéndose en una fuerza paralela, como es el caso de Guaidó. El dirigente opositor apareció en un video secundado por uniformados venezolanos, pero la gran sorpresa fue que también lo hizo en compañía de Leopoldo López, a quien "liberó" de su arresto domiciliario.

Ambos llamaron a los militares a rebelarse contra el gobierno de Maduro y a la ciudadanía a salir a la calle, en el marco de "una lucha no violenta". De inmediato, gobiernos como el de Colombia y Estados Unidos, que han tenido un gran protagonismo en la crisis venezolana, salieron a apoyar a Guaidó. Lo mismo hizo la OEA y el Grupo de Lima. Eso sí, otras naciones, como el caso de México, insistieron en lograr una salida mediante el diálogo. "La dictadura de Maduro debe terminar por la fuerza pacífica", señaló el Presidente Sebastián Piñera.

López, a quien no se le veía en las calles de Caracas desde las protestas de 2014 que derivaron en su arresto, explicó ante las cámaras que el plan opositor es la última fase de la "Operación Libertad". El dirigente opositor, visto por sus partidarios como una suerte de Nelson Mandela, dijo que lo más urgente es que el levantamiento saque del Ejecutivo a Maduro, para luego iniciar una fase de transición que derive en elecciones. "Es hora de conquistar la libertad", afirmó. Guaidó, por su parte, indicó que "hoy, valientes soldados, valientes patriotas, valientes hombres apegados a la Constitución han acudido a nuestro llamado, hemos acudido también al llamado, nos hemos encontrado definitivamente en las calles de Venezuela".

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Juan Guaidó y Leopoldo López hoy en Caracas junto a sus seguidores. FOTO: REUTERS[/caption]

Horas más tarde, alrededor de las 10:30, Guaidó y López aparecieron ante miles de sus seguidores en la Plaza Altamira, en una escena propia del "realismo mágico", a lo Macondo: sin ningún tipo de intervención de las fuerzas chavistas, pero sí resguardados por el teniente coronel Ilich Sánchez Farías. En un encendido discurso, el presidente encargado llamó a la resistencia y a "derrotar al jefe de la usurpación". Megáfono en mano y arriba de una camioneta, la imagen se transformó en un reflejo de lo que podría ocurrir en Venezuela en el corto plazo: Guaidó al mando de una eventual transición y López como el candidato único de la oposición en unas futuras elecciones.

Ambos dirigentes insistieron en que lo de hoy no se trata de un "golpe". La Plaza Altamira tiene un valor simbólico en Venezuela, ya que fue ahí donde se agruparon oficiales venezolanos que rompieron con el chavismo durante el largo paro petrolero de 2002-2003. Una escena similar se vivió temprano en los alrededores de la base área de La Carlota, donde se alzó un grupo de uniformados y hasta donde acudieron los seguidores de Guaidó y López. Sobre uno de los hangares se divisaba una larga columna de humo. Alrededor del mediodía, tanquetas lanzaron bombas lacrimógenas contra una manifestación de la oposición y uno de los blindados atropelló a un grupo de personas.

Como "Saddam o Gaddafi"

Pero la respuesta de Maduro no se hizo esperar. "¡Nervios de acero!", dijo a través de su cuenta en Twitter. Además, recalcó que todos los comandantes de las ramas militares están "con el pueblo, la Constitución y la Patria". Un par de horas después, el alto mando apareció e insistió en su respaldo al Presidente. Maduro, que acaba de cumplir seis años el poder y que en enero comenzó un segundo mandato que la oposición considera ilegítimo tras graves denuncias electorales, ha sufrido un deterioro en su base de apoyo, aunque hasta ahora el alto mando seguía respaldándolo.

"Nicolás Maduro puede terminar como Gaddafi o Saddam Hussein", advirtió en enero pasado Heinz Dieterich, el intelectual alemán que acuñó el término de Socialismo del Siglo XXI y que fue un importante colaborador de Hugo Chávez. "La camarilla de Maduro está siendo sostenida por el general Gustavo González López, comandante del SEBIN; el general Vladimir Padrino López, el ministro de Defensa; el general Néstor Reverol, ministro del Interior y cabeza de la Guardia Nacional Bolivariana; el general Remigio Ceballos, jefe del Comando Estratégico Operacional de las FANB y la dirección de la Contrainteligencia Militar (CIM). Sin embargo, no es monolítica la estructura, como demuestra el hecho de que alrededor de 150 militares patrióticos y democráticos están detenidos en las mazmorras del SEBIN. Con el aumento de la presión internacional se quebrantará la estructura y la situación volverá a ser la de 2002 (cuando tuvo lugar el golpe contra Hugo Chávez)", dijo en una entrevista con La Tercera.

Eso sí, además de la cúpula militar –que hasta ahora no se habría quebrado- Maduro aún cuenta con el apoyo de dos importantes potencias: China y Rusia. Y con el apoyo táctico de la inteligencia cubana. Sin embargo, lo cierto es que varios de los mandos medios de las Fuerzas Armadas han desertado a favor de Guaidó. También se han dado escenas que no ocurrían cuando Chávez gobernaba, como el supuesto ataque mediante un dron en pleno desfile militar en Caracas con Maduro presente, en agosto de 2018.

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Miembros de las Fuerzas Armadas Bolivarianas. FOTO: EFE[/caption]

¿Qué viene ahora?

Estaba por verse si la arenga de Guaidó y López surtía efecto. Y, más importante aún, cómo actuará finalmente el alto mando. El presidente encargado ya había intentado otras vías para propiciar la caída de Maduro, pero la de hoy aparecía como la más osada. Así, para Guaidó se trata del todo o nada, ya que si no logra movilizar a la ciudadanía y a los militares, no sólo su figura se podría ver disminuida, sino que también los intentos de la oposición para propiciar una salida anticipada de Nicolás Maduro. En ese caso, sumaría un nuevo fracaso después de la fallida entrega de ayuda humanitaria en marzo pasado, cuando tampoco desertó el número de militares que esperaba la oposición.

Para López también se trata de una jugada sumamente arriesgada, ya que si fracasa el plan de la Operación Libertad, el régimen chavista perfectamente podría volver a tomarlo preso, al igual que a Guaidó. Si aquello no ocurre, será porque el régimen se ha debilitado a tal punto que no tiene capacidad para detener a ambos dirigentes. Bien podría pasar también que si la oposición suma hoy un nuevo fracaso, Maduro se vea más fortalecido.

En cualquier caso, al menos en las horas más inmediatas, los principales acontecimientos se daban de manera más subterránea, principalmente en los cuarteles militares, donde reside el futuro de Venezuela y también de Maduro.

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Enfrentamientos en los alrededores de la base área de La Carlota, en Caracas. FOTO: REUTERS[/caption]

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