Vuelve Delgado tras su contagio: Las marchas atrás y adelante en la vacunación de autoridades y asesores de gobierno
Dos semanas fuera cumplió el ministro del Interior, que estuvo tres días hospitalizado por coronavirus. No se vacunó antes porque si bien las autoridades estaban incluidas en grupos prioritarios definidos por Salud, en Palacio hubo temor a malos entendidos. Entremedio se inyectó a asesores y funcionarios según listas, pero hubo reclamos internos. El proceso se paró unos días ante los escándalos en Perú y Argentina. Luego se retomó, pero los ministros siguen vacunándose solo por edad o patologías.
Mañana viernes regresa a su oficina en el Palacio de La Moneda el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, una de las bajas que se ha cobrado el coronavirus en el Ejecutivo luego que se contagiara y tuviera que hospitalizarse el miércoles de la semana pasada (17 de marzo), y lograra el alta tres días después (sábado 20). Su última foto conocida, la que encabeza esta nota, se la tomaron el jueves 11 en Arica, y al día siguiente le confirmaron COVID. ¿Pudo haberse vacunado antes? Dudoso.
Dudoso porque los criterios que ha ido aplicando el corazón del aparato estatal para inmunizar a su gente -ministros, subsecretarios y asesores- han ido variando desde febrero. Ahora el panorama es distinto porque el calendario general ha ido corriendo -hoy comienzan a inocular a las personas de 58 años sanas-, pero entremedio ha ido pasando lo siguiente.
Antes de que el Presidente se vacunara (12 de febrero) la Secretaría de Comunicaciones -Secom, dependiente de la Segegob- instruyó que ministros y ministras podían vacunarse después de él junto con sus respectivas reparticiones, siempre bajo el criterio de blindar sanitariamente al personal con funciones críticas; en enero, Piñera y la Primera Dama tuvieron que guardar cuarentena preventiva luego de un contacto estrecho. La idea entonces era que todas y todos estuvieran con su dosis a finales de febrero.
En ese entonces el Minsal había impartido un instructivo guía detallando diversos grupos prioritarios de los distintos poderes del Estado que podían inocularse, les tocara o no por edad. Pero ya entonces hubo ministros que explicaban a La Tercera PM que entre ellos, especialmente los más jóvenes, había reticencia a hacerlo antes de su turno por edad, para evitar polémicas derivadas de malos entendidos.
Delgado tiene 46 años de edad.
Mientras, comenzaron a ser inoculados asesores y funcionarios de las unidades y ministerios de La Moneda, y también en otros. Pero no se hizo con el mismo parámetro para todos. Según narran en el Ejecutivo ante las consultas para esta nota, todo se hizo en base a una instrucción del Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) del Minsal. Éste les pidió a todas las reparticiones que les proporcionaran listas según categorizaciones que cada una debía plantear: gente que trabaja presencial con contacto con público, personas en grupos de riesgo, con contacto con autoridades, y así. Con esos datos -según estas versiones- el PNI asignó cuotas de dosis.
Los asesores y funcionarios no fueron a consultorios ni a locales -detallan varios y varias- sino que recibieron sus dosis en La Moneda. No había un solo punto de vacunación porque, nuevamente recalcan allá, no fue un proceso homogéneo. A algunos se les instruía cruzar al Edificio Bicententario. Al frente, en la Cancillería, se habilitó un punto en el segundo piso del edificio, en un espacio abierto.
Todo esto se hizo, recalcan allá, bajo el imperativo de mantener operando sin contratiempos la máquina estatal y bajo instrucciones del Minsal, insisten. Se vacunó personal joven de Interior, Segegob, Presidencia y otros, pero como esto era a la vista del resto, surgieron reclamos -describen en Palacio- de quienes no estaban en las listas. También hubo quejas de las asociaciones gremiales de funcionarios. El proceso siguió.
Pero apenas una semana después se configuró un cuadro totalmente distinto que obligó a poner un freno. Mientras en Chile la vacunación continuaba velozmente, en Perú estalló el escándalo por la inyección VIP del expresidente Martín Vizcarra (en realidad él lo confesó el 11 de febrero, un día antes de que se vacunara Piñera, pero días después se supo que eso fue masivo en Lima). El 20 hubo otro en Argentina con la caída del ministro de Salud Ginés González, luego otra vacunación VIP a parlamentarios y autoridades.
La lápida fue el temor a que Chile se contagiara y cayera en el mismo saco, cuando el Minsal contabilizó a 37 mil personas vacunadas no pertenecientes a grupos prioritarios (18 de febrero), lo que generó el asunto “de saltarse la fila”. Esta suma de ruido levantó alarmas en Palacio y en el mismo mandatario, que -según sus colaboradores- siempre ha querido evitar que el proceso nacional, tan celebrado afuera y que de alguna forma pareció devolverle los aplausos que hace 10 años recibió por el rescate de los mineros (y en el que cifró esperanzas de recuperar popularidad), terminara empañado.
Eso fue lo que, aseguran en Palacio, motivó que se dispusiera parar todo momentáneamente. Fue una decisión de prudencia política, recalcan, pese a que estaba establecido y regularizado.
Las fuentes consultadas no precisan cuántos días duró el freno de mano, pero aseguran que después continuó con los asesores y funcionarios. Hoy, casi todos están ya inoculados. Con los ministros y subsecretarios pasó otra cosa. Sebastián Piñera optó por evitar el peligro de un escándalo y Presidencia pidió a todos los ministerios un catastro de qué jefes de cartera se habían vacunado o no. Al 5 de marzo se contaban seis ministros vacunados -Andrés Allamand (65, RREE); Gloria Hutt (66, Transportes); Consuelo Valdés (Cultura); Alfredo Moreno (64, MOP), Enrique Paris (72, Salud), y Hernán Larraín (73, Justicia)- y 16 en espera.
El domingo 21 de febrero, ministros, subsecretarios, intendentes y gobernadores recibieron un WhatsApp de parte del Presidente Sebastián Piñera en el que subrayaba un mensaje clave: que todo su equipo de gobierno siguiera estrictamente el calendario de vacunación por edad fijado por el Minsal.
Pero el contagio de Delgado abrió de nuevo la discusión. Al día siguiente de su hospitalización sesióno el comité de emergencia (jueves 18, la semana pasada), y ahí se habló de la vacunación al gabinete. Según uno de los presentes, el Presidente manifestó que debían seguir por edades o patologías -incluso se habría dicho que algunos con éstas no habían querido hacerlo- pero que no a todos, porque ahí le oyeron decir, palabras de más o de menos, que “no quiero que se monte aquí un vacunatorio en la Moneda”.
Pero Paris y la subsecretaria Daza insistieron en la importancia de debatir el tema; entonces se sabía que hay al menos dos ministros que padecen comorbilidades; uno de ellos se fue a vacunar ese mismo día, después de mucha insistencia. Pesaba todavía el ruido de Perú y Argentina que inhibía a algunos; pero por otro lado estaba el riesgo de contagios en el Ejecutivo por su nivel de exposición, que era el punto que defendían las autoridades del Minsal. Piñera, sostienen testigos, estaba reticente a liberar al resto del gabinete porque no quería malos ejemplos, pero las autoridades sanitarias hicieron ver que con Delgado ya contagiado no se podía cohibir a quienes lo necesitaran. Al día de hoy no está todo el gabinete vacunado, y por lo que narran en Palacio, solo los menores de 58 y sanos aún no pueden hacerlo.
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