Colombia y Brasil monitorean de cerca el balotaje en Chile
En 2022, ambos países tendrán elecciones presidenciales. Los actuales jefes de Estado, el colombiano, Iván Duque, dejará el cargo tras cuatro años y el brasileño, Jair Bolsonaro, buscará la reelección. "Es muy importante para Bolsonaro un triunfo de Jose Antonio Kast", señala a La Tercera el politólogo Rafael Duarte.
La polarización y el arribo de nuevas fuerzas políticas como recambio de liderazgos a los partidos tradicionales se han vuelto la tónica en América Latina. La segunda vuelta de las presidenciales en Chile, que tendrá a José Antonio Kast, del Frente Social Cristiano, y a Gabriel Boric, de Apruebo Dignidad en la papeleta, no solo definirá el futuro de los chilenos, sino que también el resultado podría redibujar los vínculos entre aliados de la región e influir en las campañas electorales de 2022, año en que Colombia y Brasil elegirán entre continuar con el oficialismo o virar después de estos años marcados por la pandemia y conflictos sociales.
Cuatro expertos -dos colombianos y dos brasileños- entregan sus posturas a La Tercera respecto de cuál será el impacto en sus países ante los posibles escenarios en el balotaje chileno del próximo 19 de diciembre.
“Hasta hace un año, la mayor parte de los gobiernos sudamericanos eran conservadores. El Chile de (Sebastián) Piñera fue un aliado de primera en iniciativas como PROSUR y el Grupo de Lima, que eran más alianzas políticas ideológicas conservadoras que tenían como uno de sus objetivos neutralizar los avances de la izquierda en la región. Con la llegada al poder de gobernantes de izquierda o centro-izquierda como Alberto Fernández en Argentina, Luis Arce en Bolivia, Pedro Castillo en Perú y la posibilidad del triunfo de la izquierda en Colombia en las próximas elecciones hizo que el proyecto de una política externa conservadora común en América del Sur se debilitó mucho. Por eso, es muy importante para el gobierno Bolsonaro un triunfo de José Antonio Kast, teniendo en cuenta el contexto político regional”, explica el analista de la Universidad de Sao Paulo, Rafael Duarte.
En este escenario, los primeros que deberán acudir a las urnas el próximo año serán los colombianos, el 29 de mayo de 2022. El Consejo Nacional Electoral (CNE) estableció el 13 de diciembre como plazo máximo para inscribir candidaturas a la Casa Nariño y hasta la fecha el favorito en el sondeo más reciente del Centro Nacional de Consultoría es el senador y líder del Partido Colombia Humana, el izquierdista Gustavo Petro, con un 19,7% intención de voto. Después aparece Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín del Movimiento Compromiso Ciudadano, con un 5,8%, y Rodolfo Hernández, un ingeniero sorpresa en las encuestas, que logró por ahora un 4,6%% de adhesión. Sin embargo, esta semana, el uribismo informó que el Centro Democrático llevará como candidato a Óscar Iván Zuluaga, mientras que Iván Duque se despedirá del poder el 7 de agosto de 2022.
“El gobierno de Iván Duque ya se encuentra en su recta final, por eso, no es tan relevante quién se quede en el gobierno chileno. En el caso eventual que ganara Kast podría haber más “cercanía” dadas las posiciones del partido de Duque. Si Boric es fiel a su posición, difícilmente tendría vínculos cercanos con alguien de derecha en Colombia. Sin embargo, el gobierno colombiano ha demostrado que no tiene claridad ni preferencia sobre las dos posiciones. Duque podría acomodarse a cualquiera de los dos opciones de gobiernos que decidan en Chile, especialmente porque estando en el ocaso de su período presidencial. Habría que evaluar si vale la pena asumir el riesgo de tomar posturas”, explica la politóloga colombiana Diana Avellaneda.
En esa línea, el analista político colombiano, Jorge Restrepo sostiene que la relación actual entre Chile y Colombia es “excelente y con estabilidad en situaciones muy adversas de falta de gobernabilidad, tanto de Piñera y de Duque, lo que evidencia la fortaleza de las relaciones por la materia de inversión y comercio”. “Cualquiera que sea el resultado en el balotaje chileno es muy probable que se mantengan las relaciones bilaterales sin mayor modificación. Lo que sí, es que no será indiferente para las relaciones de ambos países las elecciones de Colombia el 2022, porque aún existe una probabilidad que no es nada despreciable que candidatos radicales populistas, tanto de izquierda como de derecha, lleguen al poder, y eso sí podría afectar las relaciones, como la inversión extranjera de Chile en Colombia”, señala Restrepo.
Los vínculos con Brasil
A un año de los comicios brasileños programados para el 2 de octubre de 2022, el Presidente Jair Bolsonaro, que repostulará al Palacio Planalto, vive uno de los momentos más críticos, con un nivel de rechazo del 65% y una intención de voto que no llega al 30% El bolsonarismo “se coló” en la campaña chilena debido a los vínculos de Kast con Bolsonaro y los herederos del clan familiar.
La prensa internacional nombró a José Antonio Kast como el “Bolsonaro chileno”. Ambas figuras se conocieron en octubre de 2018, cuando el chileno fue invitado por Eduardo Bolsonaro -hijo mayor y diputado federal de Sao Paulo- a participar en la “Cumbre Conservadora de las Américas” y le regaló una camiseta de Chile. Un mes antes, el republicano le envió una carta en respaldo al jefe de Estado después del ataque con cuchillo en campaña.
Esta semana, Eduardo Bolsonaro utilizó sus redes sociales para felicitar el 27,9% obtenido el domingo pasado por Kast, al que calificó de “patriota” y le deseó “buena suerte” en el balotaje.
“Una victoria de José Antonio Kast en Chile es una fuerza adicional a la campaña de reelección de Bolsonaro. Kast sería más aliado de Bolsonaro porque hasta ahora Piñera no ha tomado bien los elogios de Bolsonaro a (Augusto) Pinochet. Bolsonaro es un tipo muy frágil en el escenario internacional, es un liderazgo que está aislado. Entonces después de la derrota de Donald Trump en 2020, una victoria de Kast realmente significaría algo muy positivo para Bolsonaro”, sostiene Alberto Aggio, académico de la Universidad Nacional Estadual Paulista.
Para el experto brasileño, “a Bolsonaro no le interesa mucho el escenario internacional aunque sea latinoamericano, porque tiene un panorama definido que habla de lo mismo: el comunismo en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Con Boric, Bolsonaro puede apelar a utilizar un discurso parecido al de Kast, hablar sobre un caos y que América Latina va en dirección a volverse algo como Venezuela. En cambio, si gana Kast, discursivamente puede utilizarlo para decir que Chile después de vivir el terrible caos de 2019, es una economía y sociedad avanzada”.
Aunque no es el mejor momento para Bolsonaro. Según la agencia France 24, a las masivas movilizaciones en ciudades brasileñas en que acusan al mandatario ultraderechista de devastar la economía, el medio ambiente y la posición mundial de Brasil, se suma a la investigación abierta en el Senado por el manejo de la pandemia del Covid-19. Desde el inicio del gobierno de Bolsonaro -el 1 de enero de 2019- se han presentado más de 130 pedidos de impeachment, procesos que sus aliados conservadores en el Congreso han impedido concretar.
“La posibilidad de una victoria de Kast es fundamental para revivir o dar nuevo empuje al proyecto de Bolsonaro y, también porque da la posibilidad de la continuidad a una alianza bilateral conservadora entre Chile y Brasil. Si gana Boric, las coincidencias sobre un proyecto conservador de derecha en América del Sur se disolverán notablemente. Curiosamente un gobierno de Boric, junto a uno de Bolsonaro, coincidirían en cuanto a la crítica a los gobiernos autoritarios de izquierda en América Latina, especialmente Nicaragua y Venezuela”, finaliza el experto brasileño, Rafael Duarte.
La corresponsal del diario Folha de Sao Paulo, Sylvia Colombo en conversación con el podcast de La Tercera, El Café Diario, sostuvo que “los brasileños ven paralelos entre Jair Bolsonaro y José Antonio Kast. Por ejemplo, en el discurso de la seguridad, de la mano dura, de militarizar. Después está la agenda de derechos humanos: por primera vez en democracia tenemos un Presidente que no cree que hubo un golpe de Estado en 1964, minimiza los abusos a los derechos humanos en la dictadura brasileña y defiende que esto fue una solución a un país que migraba al comunismo, un discurso anticomunista similar al de Kast, al asociar al comunismo con algo que necesita ser controlado”.
Ante el descontento a las políticas de Bolsonaro, las encuestas muestran el rápido ascenso del expresidente y líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, con una intención de voto del 44% frente a un 26% de Bolsonaro.
En abril pasado, el Tribunal Supremo de Brasil falló a favor de anular todas las condenas por corrupción del caso Lava Jato contra el líder izquierdista, que pasó 19 meses en la cárcel y fue liberado en noviembre de 2019 por su condena en primera instancia que ordenó devolverle sus derechos políticos, lo que le permite ser candidato presidencial en 2022. Aunque hasta ahora no ha oficiado su nueva postulación, deslizó que lo haría si tiene “buena salud” y apoyo popular. Además, ha condenado en reiteradas ocasiones al Ejecutivo de Bolsonaro, al que ha calificado de “genocida” por sus decisiones en la pandemia, en el segundo país con más fallecidos por el virus en el mundo, con más de 600 mil.
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