Y la alimentación, ¿qué?: el flanco aún abierto tras el adelanto de las vacaciones
El anuncio de extender el receso invernal sigue causando estragos en el gobierno. El propio Presidente Boric confidenció que se solicitó que, distinto al aviso inicial, los colegios abrieran, entre otras cosas, para dar alimentación a los estudiantes, punto que plantea interrogantes.
Las descoordinaciones y contradicciones entre Educación y Salud por el adelanto del receso invernal inquietaron sobremanera a La Moneda casi apenas hecho el anuncio, algo que el propio Presidente Gabriel Boric confirmó ayer: “Uno de los problemas que tenía (...) era justamente que no se hacía cargo de la problemática de los cuidados”, dijo. Y agregó: “Inmediatamente exigimos de que acá hubiese una mejor coordinación”.
Uno de esos cuidados a los que hace referencia el Mandatario es la alimentación de los estudiantes. ¿Qué pasaría con las raciones de comida que debían recibir en sus establecimientos durante esa semana? El día del anuncio no quedó claro y, solicitados por Palacio, las carteras tuvieron que salir a hacer aclaraciones y precisar las reglas de la medida, entre ellas, la de los alimentos del Programa de Alimentación Escolar, de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, Junaeb.
De hecho, fue el mismo Mandatario quien precisó ayer que se solicitó “que se mantuvieran los colegios abiertos justamente para que se pudieran realizar actividades extraprogramáticas para que no incidiera, también, en el trabajo de las mujeres. Y, por cierto, para la alimentación”.
“Es una situación bien compleja”, señaló el Presidente, e indicó que como gobierno “tenemos que hacernos cargo en la práctica de qué significa ser un gobierno feminista (…) no puede ser de que en políticas públicas no se incorpore ese criterio”.
Justamente, situaciones como esa también tienen en alerta a al menos a 22 de las 26 empresas proveedoras de Junaeb, quienes calculan alimentar a más o menos un millón y medio de menores y que hoy creen que la medida de dejar al arbitrio de terceros la comida de los estudiantes durante esa semana es un serio riesgo para la alimentación de ellos.
“Vemos una descoordinación enorme en las autoridades de gobierno, que aparecen anunciando la suspensión de clases por razones de salud, pero por otro lado se señala que los colegios deben permanecer abiertos para la entrega de alimentos a los estudiantes y después el ministro de Educación insta a que las familias dejen a los niños en sus casa y no asistan a los colegios”, dice Darío Calderón, presidente de la Asociación Gremial Nutre Chile, que reúne a los 22 proveedores.
Esas “contradicciones”, como les llama Calderón, cree que si bien provocarán que los estudiantes se queden en casa, lo que cumpliría con el cometido de frenar la diseminación de los virus respiratorios, al mismo tiempo atentaría contra la alimentación de los menores.
“Por experiencia, la asistencia de los estudiantes durante las vacaciones es prácticamente nula y la mayor parte de la alimentación que podríamos ofrecer sería perdida, lo que hoy resulta inaceptable. No se está escuchando esa experiencia”, asevera.
Su idea, entonces, apunta a repetir estrategias de las épocas más duras del encierro durante la pandemia. “Le insistimos a la autoridad que el único mecanismo seguro y eficiente para mantener la continuidad del servicio es la entrega de canastas de alimentación para 10 o 15 días, dar correcto apoyo a los estudiantes e incluso que puedan compartirlo con la familia”.
Lo anterior, aclara, “no tiene diferencias tan relevantes” en términos monetarios y logísticos si es que entregasen la alimentación presencial. “El problema es de tipo práctico: quién prepara -hay mamás que también tienen hijos que se quedarán en las casas-, dónde se prepara, a quién se entrega. Es un problema de fondo más que de forma”, añade.
“Junaeb nos ha escuchado, pero ellos no tienen capacidad de decisión. Lamentablemente estamos a pocos días de iniciar esto y aún no tenemos claridad”, señala Calderón, quien ejemplifica que de acuerdo a los contratos firmados con el Estado, estaba fijado que el 15 de junio se entregara el ‘maestro de asignación de raciones’, lo que aún no se hace. “Insto a que, por favor, con la mayor prontitud, se despejen estos temas y nos entreguen la información que corresponde”.
Nicole Figari, magíster en Nutrición y Salud Pública de la Universidad Católica, asegura que “es súper importante aclarar que los niños en esta semana tendrán menor gasto energético porque, por ejemplo, corren menos, y también tienen una dieta menos balanceada, porque comen menos frutas y verduras”. En ese sentido, asegura, “lo ideal es que vayan al colegio y coman la alimentación que les da la Junaeb. Las familias no están preparadas para asumir este cambio y les afecta mucho tanto en su planificación como en su bolsillo”.
Sobre la entrega de canastas, Figari dice que “tampoco es la mejor solución, porque les envían alimentos no perecibles y también afecta la logística de la famila. Si los papás trabajan, ¿quién cocina? Al final, los alimentos terminan consumiéndolos entre todo el grupo familiar”.
Como sea, asegura que cualquier escenario y pese a que solo es una semana extra de receso, “es como un volver atrás, a los tiempos de pandemia”.
Consultados por La Tercera sobre los detalles de la alimentación Junaeb en el contexto del adelanto del receso invernal con los detalles de esto, cómo se hará, cuál es la orden que le dieron a las concesionarias y si es que había alguna opción de recurrir a las canastas, desde el Ministerio de Educación no entregaron respuestas.
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