Economía circular, el futuro verde de Diego de Almagro

Diego de Almagro

En medio del desierto de Atacama, la revalorización y la reutilización de residuos están cambiando el paisaje y, además, potenciando el emprendimiento. El objetivo: fomentar el desarrollo sostenible de la comuna.



A 70 kilómetros de Chañaral, está Diego de Almagro. Una comuna que nació en el siglo XVII producto de la explotación de diversos minerales. Antes se conocía como uno de los puntos ferroviarios más importantes de Chile. Pero no era nada más que eso: una ciudad de paso.

Tiene 18.664 habitantes. Algunos viven en la zona urbana y otros en sectores más rura- les. Todos ven el mismo paisaje: cerros cafés, planicies y una vegetación casi inexistente.

Desierto y más desierto. En marzo de 2015, la comuna se hizo conocida por el aluvión que abatió la comuna, cuan- do se desbordó el río Salado. En dos de esos lugares por donde el temporal pasó con fuerza, hoy se ven pequeños manchones verdes.

Son, en total, 214 árboles que hoy crecen en medio del desierto. Una muestra de que la co- muna cambió y su gente también. Esta puede ser la primera comuna circular de Chile.

Ahí, donde no debería crecer nada, está el futuro de Diego de Almagro.

Más que un pallet

En enero de 2019, Acciona comenzó a construir una planta fotovoltaica en la región de Atacama, en el límite de las comunas de Chañaral y Diego de Almagro. Era la planta Almeyda, que genera la energía de 80.000 hogares chilenos. En 2020 se inició la construcción de Malgarida I y Malgarida II, ambas plantas en Diego de Almagro. Que sumarán la energía equivalente a la de- manda de 280.000 hogares. Estos proyectos han traído más de 700 mil paneles solares a la zona. Todos llegaron al país en miles de pallets de madera. Que hasta ese momento eran solo una forma de transportar de manera segura los módulos fotovoltaicos.

Eso hasta diciembre de 2020.

Fue entonces cuando los pallets dejaron de ser residuos y se convirtieron en materia prima. La misma que hoy le está cambiando la cara a la comunidad de Diego de Almagro.

–Algunos grupos nos empezaron a pedir los pallets. Ahí se nos ocurrió armar un pro- grama para reutilizar y revalorizar este residuo y darle un uso más sustentable –explica Jesvana Policardo, Subgerente del Área Social de Acciona Energía Chile.

Jesvana Policardo
Jesvana Policardo, Subgerente del Área Social de Acciona Energía Chile.

Las solicitudes puntuales podían ser un proyecto. Nació el Programa de Formación Técnica en Economía Circular. El concepto comenzó a resonar en las dependencias del Centro de Educación Integral para Adultos (CEIA, que, además de ayudar a adultos a completar sus estudios, entrega herramientas laborales) de Diego de Almagro, donde se instaló este proyecto. Inédito en la comuna. Así lo explica Alejandro Ortega, profesor técnico en el CEIA de Diego de Almagro:

–Acá todas las empresas han dejado, desde siempre, desperdicios. Quedaban palos, pallets, ropa sucia, botellas y toneladas de basura. Diego de Almagro es una comuna bonita y cuidarla también significa hacer un aporte, no solo botar basura. Con este programa podemos usar todo lo que está a nuestro alcance para poder reciclarlo y reutilizarlo –dice Ortega.

El programa piloto benefició a 85 personas. A través de capacitación y formación teórica-práctica de economía circular, fabricación y emprendimiento. En palabras simples, los pallets se convirtieron en el material de ramplas para adultos mayores y personas en situación de discapacidad, camas, estantes y diversos muebles, fabrica- dos por los mismos miembros de la comunidad.

Pallets
Al día de hoy, 29.500 pallets han sido reutilizados y revalorizados. El proyecto está en su tercera capacitación.

–Vimos como potencial la necesidad de tener infraestrtuctura sostenible, que sea autogestionada y ahí cobra relevancia entender al residuo como material que es una oportunidad para llegar a otras cosas –explica, Alastair Aguilera, Director de la oficina Zona Cero de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. Una de las organizaciones que participó de la actividad, específicamente en el diseño de mobiliario que se necesitaba en la comuna.

La alianza contó también con Sinestesia (quienes organizaron los módulos de capacitaciones), la Municipalidad de Diego de Almago (a través del CEIA), la Escuela Nocturna de Obreros de la Construcción, Acciona y otras organizaciones sociales.

Pero, además de los talleres, el proyecto con- templó abrirse a la comunidad. ¿Cómo? Entregando los conocimientos a todos los vecinos de Diego de Almagro a través de manuales para que cualquiera de ellos, gracias a instrucciones paso a paso, pudiera reutilizar pallets. El diseño creado por Sinestesia es liberado. Si alguien quiere desarmar un pallet, gracias al manual puede hacerlo.

–Más que ir a un taller y que te saque de la rutina, te enseñan un oficio. Los residuos ya no los vemos como un desecho. Hay gente que tiene habilidades innatas que se va dando cuenta ahora y esto les sirve a diario. Vas por diez pallets, los puedes transformar en otra cosa. Es el espíritu del programa y del CEIA: que no solamente terminemos nuestros estudios, sino que tengamos también un oficio y algo con que enfrentar la vida –dice Amanda, una de las participantes de los talleres.

Al día de hoy, 29.500 pallets donados por Acciona han sido reutilizados y revalorizados. El proyecto está en su tercera capacitación. El profesor Ortega explica que, debido a la pandemia, se hacen las capacitaciones en dos horarios y en grupos de no más de 15 personas. Se les hace seguimiento a todos los alumnos.

Cuando el desierto deja de ser desierto

El movimiento Hijos del Chañar nació en 2019, como parte del proceso de consulta ciudadana. La comuna quería avanzar, pero nadie ponía el ojo en un área crítica: el cuidado medioambiental y ecológico.

Juan Pablo Astudillo, fundador de la agrupación Hijos del Chañar que hoy cuenta con casi 60 miembros, mira el desierto y no ve un lugar llano. Sí, es llevarle la contra a la realidad. Pero, dice, lo imagina distinto: plagado de árboles.

–El desierto deja de ser desierto con un brotecito. Para nosotros es un desafío sociocultural, de conciencia ecológica y de trabajar con niños en los jardines e ir incrementando esta necesidad de fortaleza que tenemos que hacer. Para nosotros, como regalamos el árbol que producimos, podemos hablar de un capital ecológico –dice Astudillo.

Además de árboles en medio del desierto, la plaza de la comuna hoy toma forma con los nuevos árboles que se plantaron. Las entradas de Diego de Almagro son distintas. La comuna reverdece gracias a esta agrupación que, literalmente, lleva agua hasta a los árboles que están perdidos en el desierto.

Los pallets que entrega Acciona, explica Astudillo, tienen un valor agregado: la posibilidad de relacionarse y avanzar como comuna hacia un mismo proyecto. Además de muebles, en el CEIA los diegoalmagrinos también aprendieron a construir camas de cultivo hidropónico. Las hortalizas que se cultivan son para el autoconsumo.

También están los llamados “viveros modulares”. Estructuras construidas con madera proveniente de los pallets, que también buscan apoyar el plan de reforestación que está impulsando la comuna de Diego de Almagro. Este mobiliario, que se puede adaptar a diferentes lugares, fue diseñado por Sinestesia.

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Los pallets tienen un valor agregado: la posibilidad de relacionarse y avanzar como comuna hacia un mismo proyecto. Además de muebles, en el CEIA los diegoalmagrinos también aprendieron a construir camas de cultivo hidropónico.

–Hacer un vivero modular es algo técnico, pero el conocimiento del entorno, por ejemplo, que nos dan los mismos vecinos, es otro tipo de saber. Ellos conocen qué especies van a sobrevivir en ese hábitat y cuáles no. Eso también tiene que ver con el aporte de las comunidades. Nos impulsa a reconocer y revalorar esos saberes que no se aprenden en la universidad. No son técnicos, son de la vida y que las comunidades aportan desde su propia visión, desde su propia historia –explica Jesvana Policardo, Subgerente del Área Social de Acciona Energía Chile

A la fecha han plantado cerca de 800 árboles. La meta es llegar a los 5.000 en 2025.

–Nosotros plantamos árboles, pero la gente también levanta la mano y nos pi- den que quieren tener uno. Ahí nos damos cuenta que tenemos un aliado y es la mis- ma comunidad. Nos da alegría. Estamos seguros que esas personas van a plantar su árbol, lo van a cuidar y entre todos lo ve- remos crecer. Ojalá para cambiar el paisaje – dice Astudillo.

El futuro es circular

–Para los próximos años tenemos un plan de trabajo que incluye otros materiales. Esto partió como un proyecto pequeño que era “Qué hacemos con los pallets” y terminó transformándose en este programa de formación técnica de economía circular. Es im- portante porque nosotros hemos trabajado propuestas que tienen que ver con textiles, con plásticos, con los distintos residuos que, por ejemplo, una planta fotovoltaica genera –comenta Joaquín González de Sinestesia.

Se han construido huertos verticales que hoy reverdecen el jardín para adultos mayores de la comuna. Un nuevo espacio público, todo hecho con pallets. Pero también están en la mira más proyectos de economía circular. Algunos para reciclar, por ejemplo, tapas de plástico y elaborar posavasos y maceteros.

En el futuro, explican en Acciona, es necesario, por ejemplo, sumar otro actor a este proceso: los productores de materias primas como los pallet para que en el proceso de elaboración se tenga ya en mente cómo estos se pueden utilizar al final de su ciclo.

“¿Cuáles son los residuos que generamos?”. Hoy son los pallet, mañana puede ser el plástico. Incluso se está pensando en cómo reutilizar las dovelas, que son piezas de hormigón que se ensamblan para instalar los aerogeneradores. Desde Acciona plantean pensar en el ciclo completo. Ese es otro de los desafíos de la economía circular.

–El territorio es para todas las empresas el mismo. Las necesidades de las comunidades son las mismas. Lo que nosotros hicimos puede alimentar otro programa. Y esto se convierte en algo progresivo, donde todos aportamos a la convivencia sustentable en un territorio que tiene distintas vocaciones. Es una mirada mucho más completa –dice Jesvana Policardo, Subgerente del Área Social de Acciona Energía Chile.

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