Nueva Red de Educación Digital: trabajando para fortalecer la equidad

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“Quiero que los niños se enamoren de la computación para poder despertar en ellos la creatividad mediante el uso de la tecnología”, dice Claudia Mañao, educadora de Isla Tenglo y usuaria de la plataforma Edu[K], proyecto incluido en la Red de Educación Digital.

Seis instituciones, articuladas por Fundación BHP, trabajan en proyectos que contribuyen en la transformación de la educación en el país, desde la tecnología y la innovación. A diferencia de otras iniciativas, también contempla apoyo para estudiantes, educadores y padres en lo socioemocional, con una mirada de género que apunta a la igualdad de oportunidades.



Claudia Mañao tiene dos trabajos: es jefa de hogar y educadora con 14 años de experiencia en el colegio básico Isla Tenglo, ubicado a cuatro kilómetros de Puerto Montt. No hay un puente que una a esta localidad de pescadores con la capital regional de Los Lagos -y según una reciente encuesta hecha en el lugar- sus habitantes tampoco lo quieren. La necesidad urgente pasa por otra conectividad: Internet para poder tener wifi y dejar de depender de los datos de la red de celulares.

La especialidad de Claudia es la enseñanza de computación y tecnología. Hace menos de dos años -recuerda- obtuvo un logro notable: dos de sus alumnas de sexto básico, Escarle Chacón y Tiare Gallegos, desarrollaron un proyecto para un concurso nacional, que buscaba hacerse cargo de los residuos de la isla, conjugando educación ambiental y robótica.

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Alejandra Garcés, directora de Fundación BHP; Jorge Sanhueza, decano de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez; Claudia Jaña, gerenta de Educación de la Fundación Kodea; y Jessica González, directora del Centro de Liderazgo de ComunidadMujer.

“Quiero que los niños se enamoren de la computación para poder despertar en ellos la creatividad mediante el uso de la tecnología”, dice. Haber participado en ese concurso, gestionado por Fundación Kodea, le permitió acceder a nuevas herramientas educativas y a una red de apoyo con la que pretende cambiar la vida de sus alumnos y alumnas. Y la de ella misma, porque se sigue capacitando en los cursos disponibles en la plataforma Edu[k] de esa misma fundación: “Se me ha abierto un mundo nuevo que quiero enseñar”.

Este proyecto forma parte de la recientemente creada Red de Educación Digital impulsada por la Fundación BHP en Chile, que integran Enseña Chile, Aprendo en Casa, ComunidadMujer, Fundación Chile, la Escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez y Fundación Kodea, con el apoyo de Fundación Minera Escondida.

Transformar la educación

Se trata de una iniciativa que nace en pandemia, pero va más allá de ella: no solo apunta a asegurar la continuidad del aprendizaje de los estudiantes durante este período, sino que también a levantar evidencia que permita enriquecer y transformar la educación a futuro, reducir las brechas y avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa. Todo ello, incorporando el apoyo socioemocional para profesores, estudiantes y sus familias, enmarcado en una perspectiva de género.

La Fundación BHP ha dispuesto la suma de 1,6 millones de dólares como muestra de un compromiso real. Alejandra Garcés, su directora en Chile, dice que “junto con responder a la emergencia y aportar con propuestas para dar continuidad al aprendizaje y apoyar socioemocionalmente a estudiantes y sus familias, en la Fundación BHP nos planteamos el propósito de contribuir en la transformación de la educación en Chile. Estamos convencidos de que necesitamos avanzar hacia una educación más equitativa, de mejor calidad y con mayor foco en las habilidades y necesidades del siglo XXI”.

A la fecha, la Red abarca tres ámbitos: continuidad en el aprendizaje, educación en línea y apoyo socioemocional y resiliencia.

Mirada de género y psicoeducación

“La Red de Educación Digital es estratégica”, dice Jessica González, directora del Centro de Liderazgo de ComunidadMujer y jefa de uno de los proyectos de la red, porque “apunta a un trabajo colaborativo y desde una intervención integral, para que cada una de las organizaciones que formamos parte de la Red aportemos desde nuestro saber a los equipos directivos, al profesorado, a las familias y comunidades educativas en general a ser garantes para que niñas, niños y jóvenes no vean perjudicados sus proyectos de vida”.

En tanto, el decano de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez, Jorge Sanhueza, afirma que el rol de su institución en la Red será hacer frente a lo que se denomina “agotamiento emocional y parental” como consecuencia de la pandemia. El proyecto a su cargo consiste en la formación de monitores y agentes comunitarios para el apoyo y acompañamiento de las personas que están mediando la experiencia educativa en las casas de los estudiantes. “La psicoeducación, la atención temprana y la promoción de hábitos saludables serán herramientas centrales en estos agentes; y la constitución de redes de asistencia psicológica remota constituirá una característica de la intervención”, dice.

“Yo soy nacida y criada en Isla Tenglo. Los niños son libres aquí, lo sé muy bien por experiencia propia; pero se han visto afectados en su modo de vida”, dice Claudia, la educadora de Tenglo. Antes de la pandemia, solía caminar 40 minutos hasta la escuela; en el trayecto, por el sendero costero se iban sumando sus alumnos, en una caminata en la que conversaban de sus vidas, de lo que les pasaba, y llegaban todos a clases; lo mismo ocurría de regreso. Pero hoy su colegio, que acoge a 54 estudiantes, está cerrado y los menores están con sus familias.

El ejemplo de Renato

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“Cuando grande quiero ser mecánico, es lo que más me gusta”, dice Renato Placencia (9 años), quien cursa cuarto básico en la Escuela Número 621 La Achira, en Cobquecura.

De manera similar, la vida ha cambiado para Renato Placencia (9 años), quien cursa cuarto básico en la Escuela Número 621 La Achira, en Cobquecura, zona costera de la región del Ñuble. Normalmente caminaba una hora para llegar a su escuela, cruzando campos y un bosque. “Cuando grande quiero ser mecánico, es lo que más me gusta”, dice Renato en conversación telefónica desde su casa junto a su madre. Su profesor jefe, Abraham Pérez, dice que Renato es quien vive más lejos del colegio, y que se destaca por ser buen compañero: “Lamentablemente como vive en el campo no tiene internet, y solo puede estudiar con guías que le voy a dejar, y luego con llamadas de WhatsApp nos contactamos para responder sus dudas”.

El caso de Renato ilustra las situaciones y necesidades de las cuales las Red se quiere hacer parte. En esa línea, Claudia Jaña, gerenta de Educación de la Fundación Kodea, explica que el propósito de Edu[k] es “disponibilizar plataformas de calidad para que tanto docentes como estudiantes puedan usarlas en el contexto de las limitaciones que están teniendo”.

Más proyectos de la Red

Los otros tres proyectos de la Red son Aprendo en Casa, que entrega recursos educativos para fortalecer las capacidades de docentes, directivos y familias; el programa de televisión Aprender (A) SER, de la Fundación Chile, que se transmitirá por el canal Educa TV Chile; y Colegios que Aprenden, de Enseña Chile, cuyo objetivo es implementar cambios en equipos directivos y docentes para generar redes de aprendizaje continuo que potencien el progreso de los estudiantes.

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