Boris Guiñerman y el edificio Correos: De proyecto de título a emblema de la modernidad
Una pieza de la arquitectura industrial regresa para ser revisitada a más de 50 años de su origen.
Pocos son los casos arquitectónicos documentados que comienzan con el desarrollo de un proyecto de título en el final de la carrera de Arquitectura y que luego terminan con la construcción de un notable edificio en nuestras ciudades. Esta excepcional situación la comparten, bajo diferentes circunstancias, dos destacados edificios de la modernidad nacional en el siglo XX; la Catedral de Chillán, de Hernán Larraín, como proyecto de título en la Universidad Católica a inicios de los años 40, y el caso de Boris Guiñerman con el edificio Correos, en calle Exposición, como proyecto de título en la Universidad de Chile, en 1964. Ambas obras en hormigón armado son piezas urbanas reconocidas por su valor patrimonial que se mantiene vigente hoy. El edificio de Correos se convertiría en una moderna Central Clasificadora que el país requería debido al explosivo crecimiento de las encomiendas.
La obra
Emplazado estratégicamente contiguo a la Estación Central de Trenes de Santiago, la ubicación se abordó como una manera de optimizar el transporte al Sur, un destino en explosivo crecimiento. La propuesta para el proyecto de título de Guiñerman, como se evidencia en una de sus perspectivas principales, entrega una visión urbana de una ciudad moderna donde el suelo es trabajado con espesor, es decir con niveles públicos con pasarelas y patios hundidos; además el cuerpo principal de la estación es contenido por un bloque moderno hacia el oriente, el cual extiende su influencia de modernidad hasta la Alameda. La propuesta en el proyecto de título la componen dos partes, la Clasificadora propiamente tal, cuya planta tiene 100 m x 30 m y un volumen conectado de oficinas de 30 m x 30 m con atención a público.
Este último volumen finalmente no fue construido ya que todo el programa requerido pudo ser contenido en el volumen principal. Además, uno de los principales estudios de Guiñerman desarrollados en el proyecto de título fue la prefabricación de piezas en hormigón usando pre y postensado, las cuales finalmente fueron modificadas y desarrolladas en obra de manera convencional. Luego de titularse, Guiñerman trabaja entre 1965 y 1971 desarrollando el proyecto como arquitecto de la Dirección de Arquitectura del MOP, es en ese proceso en el cual la precariedad económica del país y el bajo desarrollo tecnológico del hormigón armado en Chile hacen que el proyecto original se adecue a la realidad constructiva del momento. El desarrollo de la viga reticulada de las fachadas principales se mantiene suspendido sobre pilares. Dos núcleos interiores rígidos y plantas libres, conjuntamente con la expresión final del hormigón armado con terminación a la vista, mantienen continuidad con lo desarrollado en el proyecto de título; es decir, Guiñerman logra mantener la ‘tectónica’ de la propuesta original donde las fachadas principales se constituyen como la exteriorización de un esqueleto resistente.
El edificio cuenta con 6 pisos sobre el nivel de suelo y 2 bajo este. El proceso de construcción se realizó entre los años 1970 y 1974, estando sujeto a sobrellevar diversos problemas constructivos, los cuales fueron subsanados. La ingeniería estructural estuvo a cargo de Arze, Berath, Recine Ingenieros.
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