Con piel hedonista
Este departamento ubicado en Barcelona, y hecho de la cabeza a los pies por el equipo de Egue y Seta para un hombre joven y exitoso, es un himno a lo sensual, al goce, al despilfarro hecho moderno. Totalmente funcional y sin dejar espacio sin intervenir, lo rodean dos terrazas que sí evidentemente envidiamos. Estar aquí es observar el atardecer, quizás, junto a una copa de vino y brindar por la vida.
Entra el dueño de casa, un joven de origen inglés que se mudó junto a su empresa a Barcelona, un emprendedor del sector de los recursos humanos, exitoso, le gusta la fiesta. Se quita sus zapatos, quizás luego de un largo día de trabajo, y anda descalzo por su departamento recién renovado, delicioso y hedonista, extrovertido y encantador. Y antes de meterse al jacuzzi de una de las dos terrazas que rodean este refugio sintoniza uno de sus playlist en Spotify. Se hunde en el agua... Mientras, a través de su sistema de sonido domotizado, suena por toda la casa “The Look”, de Metronomy. Esto sí que suena a vida, pensamos nosotros.
Es que este refugio de dos habitaciones, dos terrazas (que dan hacia el este y el oeste), dos baños de alta tecnología, bella decoración y con todos sus espacios interconectados es otra obra de Egue y Seta, estudio de diseño e interiorismo con base en Barcelona y Madrid, los que, con un equipo multidisciplinar, escuchan y observan a cada uno de sus clientes para hacerles realidad el lugar donde siempre han soñado vivir.
En el caso de este departamento original de los años setenta, que se ubica en el Ensanche izquierdo de Barcelona y fue completamente remodelado, el cliente quería un espacio atractivo visualmente, pero además muy eficiente en cuanto al vivir y el gozar contemporáneos. “La decoración es un reflejo fiel de los gustos y preferencias del cliente en todo sentido. No hay nada ahí que no haya sido aprobado por él y existen además elementos directa y expresamente requeridos por el cliente. La distribución responde a su particular forma de concebir la casa, el trabajo y la diversión con los amigos, incluyendo rincones para practicar sus aficiones, revestimientos y acabados que tuviesen en cuenta a su mascota, y la cantidad de armarios o espacio para almacenar todo lo que posee”, dicen desde Egue y Seta. Luego agregan: “Esta vivienda es inseparable y tiene poco sentido sin las dos terrazas que la rodean. La vivienda interior es un mero y muy ocasional refugio, es la bisagra que las articula y el núcleo de servicios, pero en realidad incluso los espacios interiores fueron concebidos para mirar siempre hacia afuera. Las terrazas han sido desarrolladas por Arboretum”.
Parte por parte
La cocina, sin referirnos a las terrazas, es el centro de la casa. Es abierta y con una isla en su centro, toda de negro, con acabados de piedra pizarra e implementada con electrodomésticos de diseño. Con un guiño teatral, destaca también la iluminación indirecta alojada en un techo de chapa negra corrugada que además esconde todo un sistema de sonido domotizado. “La cocina originalmente se encontraba, como era habitual en edificios de la época de los setenta, totalmente segregada de los espacios considerados como nobles (salón - comedor). El principal requerimiento en este sentido fue el de integrarla al área social y hacerla más amplia; dotarla de electrodomésticos de última generación y revestirla con acabados con suficiente presencia como para presidir o servir de telón de fondo al recibidor, al salón y al comedor. Esta cocina debía ser muchas cosas, entre otras debía ser mesa, escritorio, barra, consola, interfaz, fondo, etcétera”.
A la derecha, el living/sala de estar con tele incluida, desde aquí se pueden ver la cocina y el comedor, ambas terrazas y el jardín interior. Se pueden operar, mediante una interfaz digital, todos los contenidos multimedia y los diferentes tipos de iluminación de la casa.
En el comedor se impone una repisa que alberga los licores con frontales de mimbre metálico teñido de negro, a su costado una mesa de roble macizo rectangular que corta con la pared, y en ella una réplica de Andy Warhol.
Todo el piso está revestido por un pavimento vinílico color madera, de ultrarresistencia, mientras que en los muros se juega con revestimientos grises y color madera, dejando algunas vigas blancas del techo a la vista. El muro divisorio entre la cocina y el living es de espejos cuadriculados biselados, que por supuesto ensancha el área y le da ese toque chic comunicándose con todo el espacio.
Momento en silencio. Se acaba la lista de Spotify y el dueño de casa decide salir del jacuzzi. Ha llegado el atardecer, quizás esta vez verlo desde la terraza y con una copa de vino no sería mala idea.
Ideas que inspiran. Un departamento cuyo interior articula dos generosas terrazas, pensado para disfrutar el afuera.
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