Editorial

Innovar, reinventarse, darle una nueva mirada a un mismo tema, y por lo tanto conseguir un resultado nuevo y fresco, eso es en parte lo que mostramos en este número, porque aunque afuera empiece a soplar un aire más otoñal y las plantas se preparan para el receso invernal, en la cabeza queremos evolucionar y seguir avanzando.

Partimos por un mirar el mundo, y qué mejor que desde Ambiente, la megaferia de diseño y tendencias que cada año se hace en Fráncfort. La recorrimos y sacamos conclusiones. Por el tamaño y relevancia de esta feria, de aquí saldrá material para muchos meses y no son pocos los que ajustaron sus propias colecciones a lo pauteado en Alemania.

Seguimos con una visita al recién abierto Museo del Sonido; ojo, que no es de la música, sino del sonido. Cómo lo reconocemos, qué somos capaces de crear y qué y cómo oímos son parte de las experiencias que se podrán vivir aquí; talleres, enseñanza y experimentar es parte de lo que uno debería llevarse como recuerdo. La casona y su recuperación en pleno barrio Yungay es algo donde también hay que detenerse.

¿Por qué no cultivar más nuestras propias verduras? ¿Qué tipo de plantas nos gustaría ver crecer de manera vigorosa? Son algunas de las preguntas que un invernadero puede resolver, y si a eso le sumamos arquitectura podemos instalar un hito moderno y funcional en nuestro propio jardín. Iván Bravo lo investigó como trabajo de taller en arquitectura, y a partir de eso los ha seguido desarrollando.

Para cerrar, un departamento fabuloso no solo por la amplitud de los espacios, sino por la colección de arte y diseño que cobija, elegido por sus dueños para desplegar en él sus pasiones y obsesiones.

Cada uno de estos ejemplos considero que nos enseña y abre los ojos; cuando creemos que todo está dicho o visto, siempre se puede empujar un poco más allá.