La puntada que va al fondo del mar
Artista textil, portuguesa, 28 años. Desde aquí tiramos los hilos para contar quién es Vanessa Barragão. Una mujer que está conquistando el mundo a través de su sensibilidad tejida en inmensos murales, elaborados con material de descarte, que buscan crear conciencia de rescate y protección de los corales del fondo marino.
En un viaje a Jamaica junto a sus padres, cuando era chica, Vanessa Barragão conoció por primera vez el fondo marino, mismo fondo que hoy lleva a enormes superficies con temáticas que tocan los corales y la urgencia que existe por protegerlos de la degradación que sufren por la contaminación y el cambio climático. “Me apasionaron los corales desde que los vi por primera vez. Sus colores, texturas, diferentes formas y todas las expresiones de vida a su alrededor fueron lo más inspirador que he visto en mi vida. Desde ese momento, los corales comenzaron a ser parte de mi vida, incluido mi arte”, nos cuenta.
Luego viajó al Caribe donde pudo ver cómo esos mismos corales que la habían llenado de colores, ahora agonizaban producto del calentamiento global y la contaminación. Así supo que con su arte ella debía protegerlos a través de un mensaje que reflejara la gran riqueza del mundo subacuático y, a la vez, creara una conciencia de respeto hacia lo que no vemos, lo que está, lo que vive y lo que siente, parte de un gran ecosistema. “Los corales son una especie amenazada desde hace unos años y esa es la razón principal por la que comencé a representarlos en mi arte. Es triste que una forma de vida y un hábitat tan únicos se vean amenazados debido a nuestra negligencia”, explica.
Amo los corales y, en mi opinión, juntos forman uno de los entornos más especiales del mundo. Son la mejor descripción de la vida. Todos los colores y la vida marina presentes en estos hábitats son increíbles, cada vez que los ves es como magia, te provocan una sensación única
dice Vanessa.
Cuando estudiaba Diseño de Moda en Lisboa, sin darse cuenta, empezó a liberar en su trabajo un mensaje que claramente venía desde las profundidades del mar. Los arrecifes de corales son el hogar de miles de especies marinas y dan alimento a comunidades locales, por lo tanto, todos y cada uno de nosotros estamos llamados a educarnos sobre su existencia y protegerlos porque los corales son sensibles al estrés externo y los cambios de temperatura los terminan matando.
Este paso de la vida a la muerte ha sido tejido por Vanessa, y piezas que son radiantes de colores pasan a tomar colores neutros hasta llegar al blanco absoluto que retrata cuando todo está perdido. “Quiero que mi visión de la ecología y la sostenibilidad esté presente en mi proyecto. Quiero inspirar a otros a seguir mi visión y aplicar los mismos principios de reciclaje y reciclaje en sus rutinas diarias”, dice.
Desde la universidad, cada uno de los proyectos de Vanessa estuvieron basados en los conceptos de sostenibilidad y ecología. “Reutilizar y reciclar siempre fueron principios importantes para mí, tan importantes que tuve que incluirlos en mi proyecto. Cuando empecé a trabajar en una fábrica, al mismo tiempo que desarrollaba mi propio proyecto, me di cuenta de las enormes pilas de residuos que se producían día a día”, explica.
A partir de este hecho, comenzó a buscar más fábricas y a presentar su filosofía para trabajar juntos en este problema: su obra está hecha con material de descarte de la industria de alfombras en Portugal. “Hasta el día de hoy, he recolectado 3 toneladas de material para crear mis obras de arte, las cuales están hechas con materiales 100% reciclados”, cuenta.
Vanessa afirma que su proceso se basa completamente en la libertad e intenta no hacer bocetos para futuras piezas. “Prefiero mantener las ideas en mi mente. Cuando sigo un boceto, no puedo sentir la creatividad durante el proceso, veo el proceso de creación como el momento más importante de conexión entre mi arte y yo. Lo único que selecciono antes de comenzar una nueva obra de arte son los colores, los hilos y lo más importante, la forma”, nos dice. Además, busca, por medio del rescate de técnicas ancestrales como el crochet, incorporar a las abuelas, al mundo mayor y sabio, a su proceso de trabajo y ser un aporte en lo social.
Lo dice claro: “Llegamos a un punto en el que necesitamos repensar nuestras formas de vida, tenemos que ser más conscientes de nuestras acciones. Esto es urgente, no solo para ayudar a nuestro planeta, sino para ayudarnos a nosotros mismos. Tenemos que desarrollar nuestra mentalidad hacia la naturaleza”, concluye. @vanessabarragao_work
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