Magia

cerámica

Magia blanca, sí. En eso se puede resumir la experiencia que ha vivido la artista y ceramista chilena Fran Aldea, ahora radicada en la Gran Manzana. Desde que comenzó con su primer y gran proyecto en Chile, Minka Inhouse –con gran éxito, por cierto–, hasta el aprendizaje y experimentación personal que ha vivido en NY actualmente, su carrera ha dado un vuelco, más íntimo, más ligado a los materiales, al tanteo, a su mutación. ¿Los resultados? Maravillas escultóricas y utilitarias. Y sí, mágicas.




Minka Inhouse fue el primer salto al cielo que se pegó la ceramista y diseñadora gráfica Fran Aldea en Chile. Con esta marca y estudio descubrió el quehacer a mano, entre mantas, piezas de cerámica y talleres que impartía a alumnos ávidos por conocer un poco más allá de lo que veían en las fotos de su sitio web. Pero de algún modo, y como ella nos contó en esta entrevista, el proyecto le quedó 'un poco chico', pues se trataba –aunque precioso en el resultado– de un trabajo enfocado a seguir las modas y el ritmo del frenético retail. "No tenía mucho tiempo para experimentar o cuestionarme", nos detalla. Y hoy, años después de su primer Minka Inhouse, dio su segundo salto, esta vez en un trampolín, y hacia Nueva York. Todo se dio como los astros deparan cosas para el destino de cada quien; para ella fue algo de suerte también.

Exploración, fantasía, creatividad, ensayo y error. En este momento trabaja en un estudio compartido en Manhattan que se llama Greenwich House Pottery. "Ahí ofrecen clases de modelado a mano, torno y vaciado en moldes de yeso. Es un lugar muy interesante porque se mezclan diferentes generaciones de artistas; por un lado, personas que ya están jubiladas y, por otro, jóvenes y niños", resume la artista.

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¿Cómo podrías resumir tu desarrollo artístico hasta hoy? Los últimos 7 años mi trabajo estuvo enfocado en la producción en serie, en hacer un producto y repetirlo (en retail o en mi primer proyecto personal Minka Inhouse). No tenía mucho tiempo para experimentar o preguntarme cosas relacionadas a la técnica, calidad y materiales con los que trabajaba. Después de trabajar como asistente de Helen Levi aquí en NY, me di cuenta de que había muchas cosas por explorar y aprender. Trabajar ahí me hizo ser más consciente de mi trabajo. Antes trataba de ajustar mis ideas a una tendencia o a lo que veía que estaba funcionando en las redes sociales. Ahora siento que lo que hago es más libre y está directamente relacionado a las preguntas que me voy haciendo. ¿Qué pasa si es que uso la cerámica como pigmento para decorar? ¿Y si no uso esmalte y quemo a la temperatura más alta para vitrificar completamente la pieza? ¿Y si miro un objeto y todos sus ángulos son diferentes?

¿Por qué decidiste irte a NY? Mi pareja ganó una beca para estudiar en NYU. El primer año estuve viajando entre Santiago y Nueva York porque tenía que cerrar mi antiguo proyecto (Minka Inhouse) y, la verdad, NY no me parecía una ciudad amable para vivir. Me costó harto hacer el cambio de 'switch', tuve que cambiar mi forma de pensar y empezar a ver esta experiencia como una oportunidad única. Ahora estoy enfocada en seguir aprendiendo y profundizando con diferentes técnicas para trabajar la cerámica. Todo lo que sabía antes era bastante superficial y es alucinante aprender y hacer al mismo tiempo, a otro ritmo y compartiendo con personas que tienen los mismos intereses y preguntas.

¿Con qué materiales, formas y volúmenes estás experimentando ahora? Estoy trabajando con porcelana y construyendo piezas a partir del modelado a mano. Me gustan las formas irregulares, las marcas de los dedos, poder pensar en todos los detalles de una pieza y hacer que sea única en su forma y en el acabado de su superficie. Estoy experimentando con dos tipos de productos: las tazas y los floreros. Me gusta pensar en la relación que estas piezas van a tener con las personas; una taza para tu café de la mañana, un florero para tus flores favoritas.

Y ¿por qué la cerámica? Me parece interesante la conexión que tiene con el mundo natural; la tierra, el aire, el agua y el fuego. Me gusta que sea un oficio impredecible en sus etapas de producción y que involucre algo de magia. Uno nunca termina de aprender, por la cantidad de variables que se manejan y por la relación que tiene con uno mismo. Estoy muy agradecida de poder ser curiosa y creativa con este material.

¿Cuáles son tus futuros pasos artísticos? Mis planes a corto plazo son seguir aprendiendo, experimentando y haciendo piezas únicas para luego venderlas en una tienda física aquí en Nueva York. Más adelante quiero tener mi propio estudio de cerámica que funcione como showroom y taller, donde pueda producir, hacer clases y compartir todo lo que he aprendido.

mail: fran@fromfran.com

fromfran.com

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