Chevrolet escondió un ‘huevo de Pascua’ en su nuevo Corvette de octava generación

Así como la Ram 1500 TRX trae en la cubierta del motor una ‘sorpresa’ que hace referencia a su rivalidad con la Ford F-150 Raptor (ver nota), el flamante deportivo Chevrolet Corvette también viene con un Easter egg (así llaman en inglés a este tipo de guiños) aunque dedicado a su propia historia, particularmente en homenaje al ingeniero Zora Arkus-Duntov, quien fue conocido por su apodo de ‘padre del Corvette’ y que pasó a la historia como uno de los grandes impulsores del disruptivo Chevy de mediados del 50.

A diferencia de lo que lleva la Ram TRX, el Corvette trae su sorpresa en un lugar más visible: el parabrisas. Sin anunciarlo, Chevrolet imprimió el vidrio con una pequeña imagen de perfil de Arkus-Duntov. Si bien este ingeniero nacido en Bélgica, pero de ascendencia rusa, no fue el creador del Corvette, sí se lo señala como el artífice de la gran fama de este coche (te contamos de aquella mágica historia en un reportaje de la revista MT MAG.). Es que fue él quien pujó fuerte en GM para que el Corvette ganará cada vez un motor más grande y también se le sumara ingeniería más propia de auto de competencias, como frenos más modernos y que se utilizaran materiales más ligeros. Incluso, en ese entonces Zora Arkus-Duntov ya era partidario de que el Corvette tuviera un motor central, tal como lo comenzó a ser en la octava generación presentada en julio de 2019.

Según el sitio Corvette Blogger, este sello en el parabrisas fue usado por los ingenieros de Chevrolet como parte de un rebuscado sistema de identificación computacional que permitía el acceso restringido a zonas protegidas al interior de la compañía. Por ahora solo se reportan dos Corvette con este logo en el parabrisas, los que llegaron a un concesionario en Nueva Jersey.

Antes del destape global del nuevo Corvette de octava generación, Chevrolet había publicado un video donde otra vez Zora Arkus-Duntov era gran protagonista.