Mucha pasión detrás: así Mini restaura un Austin de 1959, de los primeros 30 que se fabricaron

Austin Mini

La unidad lleva el motor Nº 8 de los ensamblados en Holanda a partir de 1959. Ahora se lo conoce como el Mini original más antiguo del mundo.




Si te gustan los autos antiguos, estarás ya familiarizado con el concepto barn find, que refiere a aquellos autos clásicos que un día fueron abandonados a su suerte en un granero o garage, pero que tuvieron la suerte de ser hallados por algún fanático que decidió darles una especie de segunda oportunidad. En 2016 te contamos del ejemplo de una citroneta bimotor del modelo Sahara que luego de ser encontrada en el sur de Francia por el nieto del dueño original -y tras una profunda intervención- terminó rematada por $ 134 millones. En 2018, también te mostramos un particular Escarabajo de cincuenta años que Volkswagen restauró completamente como una muestra de gratitud con su fiel dueña en Estados Unidos. Ahora te hablamos del caso de un Mini más que particular, el que es llamado por la firma británica como ‘el Mini original más antiguo del mundo’, debido “a su conservación de fabricación original, de hecho, es uno de los primeros 30 modelos fabricados en los Países Bajos en 1959”.

Austin Mini

En concreto, Mini sostiene que este Mini Austin 7 Classic blanco es uno de los más valiosos del planeta, puesto que si bien existen tres Mini más antiguos ‘vivos’, han sufrido ciertas modificaciones. Uno de ellos se encuentra en el British Heritage Motor Center Museum en Warwickshire, Inglaterra, mientras que los otros dos forman partes de colecciones privadas en Japón. Para suerte de este ejemplar, su primer dueño que lo adquirió en 1959 no le causó grandes daños, en tanto que su segundo propietario, prácticamente no lo sacó de un granero desde que lo adquiriera en 1986. Para agregarle aún más valor, lleva en el capó el motor número ocho salido de la fábrica europea.

El sesentón Mini a la máquina del tiempo

Mini dice que ingenieros, mecánicos, soldadores, pintores y hasta la misma comunidad Mini ayudaron a restaurar esta pieza de museo. “Se desarmó y ensambló nuevamente de manera artesanal pieza por pieza. Algunos componentes fueron reconstruidos igualmente a mano, otros solo fueron ajustados, mientras que, para algunas de las piezas originales más difíciles de encontrar, la comunidad fue la que más ayudó”, dice la propia compañía hoy bajo tutela del Grupo BMW. La pintura se restauró al tono original Farina Gray de 1959.

Esta restauración se ubica como la más emblemática hecha a un modelo que es considerado como el segundo más influyente del S.XX, solo por detrás del Ford T, y que fue el que popularizó los automóviles de motor transversal y tracción delantera. Ahora, como puedes ver luce totalmente como nuevo. Un verdadero trabajo de joyería, ¿no crees?

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