El Corvette mira a su historia y se despoja del techo para más adrenalina
El Corvette cuenta con un techo retráctil que puede activarse a velocidades inferiores a 48 km/h y que tarda 16 segundos en guardarse.
En julio pasado, Chevrolet presentó el Corvette de octava generación, acaparando buena parte de la atención mundial. Es que la puesta al día del Corvette significó que el sexagenario deportivo estadounidense pasara a una configuración de motor central y se pusiera a nivel de los deportivos europeos más distinguidos. De hecho, gracias a que el capó ya no aloja el propulsor, esta actualización se presenta más aerodinámica y afilada. Además, la firma del corbatín adelantaba que sería un modelo que no excedería de los US$ 60 mil (en su versión base) cuando llegara a los concesionarios. Ahora, General Motors sumó la variante descapotable del afamado american sportcar y lo hizo otra vez apelando al tema económico. “Valdrá apenas US$ 7.500 más que el coupé”, prometió Brian Sweeney, vicepresidente de Chevrolet de Estados Unidos.
“Manejar a cielo descubierto ha sido desde siempre una parte importante del Chevy Corvette. De hecho cuando debutó en 1953, era precisamente un deportivo de carrocería sin techo (te contamos en MT MAG. sobre una de estas unidades que hoy rueda por Santiago). El Corvette 2020 está orgulloso de esa herencia y se convierte en el primero de motor central y convertible de la historia”, explica Chevrolet en un comunicado.
Un Corvette con mismo motor y performance, pero más diversión
Como el coupé, el Corvette Stingray convertible lleva adosado al chasis un propulsor V8 de 6,2 litros que desarrolla 495 caballos y 637 Nm a 5.150 rpm cuando lleva el pack de escapes de alto rendimiento. La unidad naturalmente aspirada es gestionada por una caja doble embrague de ocho relaciones encargada de traspasar toda la fuerza a las ruedas traseras.
"Nuestra meta desde el comienzo era que los consumidores no sacrificaran ninguna funcionalidad ni rendimiento o confort cuando eligieran un convertible de techo duro", dijo Josh Holder, ingeniero líder de desarrollo del Corvette. "Logramos mantener el diseño del coupé, además del excepcional espacio de maletero y capacidades en circuito", agregó.
Aunque Chevrolet no ha especificado en cuánto varía el peso del Corvette convertible respecto de la versión coupé (que marca en la balanza 1.527 kilos), sí explicó que este techo duro puede guardarse o posarse por sobre los dos ocupantes hasta una velocidad máxima de 30 mph, es decir 45 km/h, y que tarda 16 segundos en esconderse.
Cabe recordar que cuando se presentó esta octava generación, la marca dijo que el modelo de acceso no sobrepasaría los US$ 60 mil, por lo que esta versión se ubicaría en el orden de US$ 67.500, unos $ 49 millones.
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